De invasiones y extinciones
crítica de Extant (2014-) | Segunda temporada.
CBS / 2ª temporada: 13 capítulos | EE.UU, 2015. Creador: Mickey Fisher. Directores: Dan Lerner, Christine Moore, Kevin Dowling, PJ Pesce, Adam Kane, Olatunde Osunsanmi, Kenneth Fink. Guionistas: Mickey Fisher, Liz Kruger, Craig Shapiro, Les Bohem, Gavin Johannsen, Tom Pabst, Gianna Sobol, Pamela Davis, Mike Werb. Reparto: Halle Berry, Pierce Gagnon, Jeffrey Dean Thomas, Grace Gummer, Tyler Hilton, David Morrisey, Kiersey Clemons, Necar Zadegan, Cleo Anthony, Kate Burton, Henderson Wade, Michael Gladis, Lyndon Smith, Hilarie Burton, Melina Kanakaredes. Fotografía: John Aronson. Música: Jeff Russo & Ben Decter.
Tras una primera temporada irregular en calidad y de audiencias nada especiales, CBS anunció la sorprendente renovación de Extant por una nueva tanda para el verano de 2015, siguiendo así la idea de la cadena de crearse una programación de verano sólida y que pudiera ayudarles a no perder esos meses ante otras cadenas. Como parte de la estrategia para amortizar la inversión y atraer a más espectadores, se hicieron grandes cambios en la historia, hasta el punto de parecer en algunos momentos que estábamos ante otra serie. Craig Shapiro y Liz Kruger sustituían a Greg Walker como showrunners junto al creador Mickey Fisher, y la trama perdía hasta tres personajes fijos, y otro dejó de serlo. La gran sorpresa es que éste fuera el marido de Molly y padre de Ethan, John, que desaparece limpiamente en el primer episodio. Con Halle Berry y Pierce Gagnon se mantuvo Grace Gummer en el papel de Julie, la ayudante de John cuyas piernas eran robóticas y cuya ambigua relación con el patriarca se concreta. Como nuevas incorporaciones, Jeffrey Dean Morgan como el cazarrecompensas JD Richter y David Morrisey como el General Tobias Shepherd, perfilado como villano aunque no definitivamente establecido. El argumento se retoma unos meses después de la desintegración física de Ethan y la huida del bebé alien de Molly, y cómo la reconstrucción del cuerpo del niño robot y las cuestiones del gobierno sobre la misión de la mujer y los eventos recogidos en la primera ponen en un brete público a los personajes.
El primer capítulo va a suponer el brusco primer paso hacia un lavado de cara bastante extremo que hace que el espectador pueda casi ver la avalancha de peticiones –u órdenes incluso– que los ejecutivos de CBS habrán hecho a los responsables. Cambios de personalidad en los personajes, nuevas presencias que tratan de encajarse como si siempre hubieran estado ahí y la creación de una senda narrativa que combina la amenaza de la Inteligencia Artificial con la noticia de que quizá una invasión alienígena no es algo necesariamente malo. Como en la primera tanda, Extant cuenta con ideas muy interesantes y es capaz de poner en pie episodios notables, pero vista como un todo la temporada no puede ser sino un paso hacia atrás. La rutinaria apuesta visual y la mecánica de los guiones y de algunas interpretaciones (el habitualmente solvente Dean Morgan está terrible en su tópico personaje) hacen daño al conjunto, sobre todo porque cuesta tomarse en serio lo dicho y hecho cuando se expresa y materializa con tal desidia. La trama va por unos vericuetos que encuentran a Molly como una demente –de cara a la opinión pública– y a Ethan bajo la tutela de Julie, mientras los alienígenas dejan embarazadas a muchas mujeres a través de esporas y sus bebés híbridos las matan en el parto. De ahí que el ejército quiera que robots humanoides como Ethan se fabriquen en masa, para poder detener la amenaza exterior. Pero como ya nos ha demostrado en múltiples ocasiones la ciencia-ficción, basta con que una de esas IA se cuestione su propósito para que haya problemas.
«Extant aporta cosas interesantes a las cuestiones que trata (que en el fondo son la maternidad, el amor, la familia, la diversidad, la solidaridad), pero tiene que mejorar si quiere llegar a ser lo buena que puede llegar a ser».
Buenas intenciones no bastan para lograr que un proyecto sea un éxito –entendido éste como que todos los elementos den lo mejor que tengan–, de ahí que la segunda temporada de Extant acabe siendo peor que la primera, presa de una suerte de repetición en el último tramo de la historia de ideas y subtramas ya vistas, lo cual es una pena porque hasta ese punto no iba nada mal. Lo mejor que puede decirse es que avanza hacia delante con las historias que propone, que no se encalla y así sus personajes son entes activos que no se sientan (mucho) a discutir lo pasado, presente y futuro para que el espectador pueda estar al día. No. Extant no tiene casi minutos muertos, y ese mérito hay que reconocérselo. La trama pasa de describir la posible amenaza de las formas de vida no terrestres a verlos como posibles aliados; de describir a los robóticos como la perfecta solución al problema como a la amenaza más seria y ante la que los personajes están menos preparados. Presenta la vida de Molly como algo en peligro y acaba haciendo que el personaje tome conciencia de que el renacimiento es otra oportunidad para hacer las cosas mejor. Se apuntan temáticas muy interesantes, y se sabe usar el potencial del género de la ciencia-ficción y su capacidad metafórica, pero en última instancia de nada sirve sin la adecuada convicción a la hora de ponerlo en imágenes.
Del reparto, casi todos cumplen con corrección, destacando el joven Pierce Gagnon y Kiersey Clemons, ambos curiosamente encargados de dar vida a las IA. En el personaje de Clemons, el robot Lucy, se concentran algunas de las más afortunadas decisiones narrativas, ya sea en cuanto a la sexualización de su persona como arma o el arco de toma de conciencia que despliega, y que juega una parte fundamental en el final de la temporada (¿o de la serie?). Hasta el talentoso y ocupado compositor Marcelo Zarvos ha dejado la serie y el puesto al dúo Jeff Russo & Ben Decter, cuya música sigue el patrón de su antecesor pero tampoco queda especialmente en el recuerdo. De nuevo las audiencias más bien discretas y la desgana general con que la tanda ha sido recibida –excepto para criticar o alabar el tosco cambio de historia del comienzo– hacen que la cuestión de la renovación peligre. Puede que la CBS considere todavía que la inversión merece la pena para tener una programación veraniega, y los guionistas ciertamente han creado un cliffhanger de peso que justifica un regreso, así que cualquiera que sea la decisión, no cogerá por sorpresa. Extant aporta cosas interesantes a las cuestiones que trata (que en el fondo son la maternidad, el amor, la familia, la diversidad, la solidaridad), pero tiene que mejorar si quiere llegar a ser lo buena que puede llegar a ser. | ★★ |
Adrián González Viña
© Revista EAM / Sevilla