El gris no es un color
Top 10 de la 63ª edición del Festival de San Sebastián.
No pasará a la historia esta 63ª entrega del Festival de San Sebastián. Calificar como horrible a un festival donde hay tanto trabajo invertido resulta inapropiado, por lo que es más correcto definirlo como poco memorable. Este ha sido el sino, no solo de un gran número de películas de la Sección Oficial, también de otros apartados como Nuevos Directores, Horizontes Latinos e, incluso, Perlas. Mucho color gris, mucha indiferencia. El Donostia Zinemaldia ha demostrado que los derroteros del cine contemporáneo son similares al arte pictórico actual: cuesta diferenciar original de copia, tantos los noveles como los veteranos realizadores repiten estilemas y el riesgo solo es tal si echamos un vistazo a los movimientos de su cuenta corriente. El equipo de programación del festival también es responsable. No vale todo con tal de traer a la estrella de turno, o apostar por directores con bagaje que presentan caras b de su filmografía. De todas formas, a toro pasado es sencillo valorar y no siempre se acierta. Es una cuestión de cosecha. Y la de este año se queda corta. La unanimidad es una quimera y más aquí en los aledaños del Kursaal. Esperemos que el 64 fiesta del cine de la capital donostiarra se acerque lo máximo a ella. Será una buena señal. Nos despedimos con la habitual clasificación de los mejores títulos, según los redactores de EAM, del certamen. Antes, agradecer el trabajo y dedicación de Víctor Blanes Picó, Miguel Muñoz Garnica, José Luis Forte y Juan Roures, acompañantes en este nuevo (y adictivo) carrusel de cine y sensaciones de un servidor, Emilio Luna. Eskerrik asko, volvemos a casa.