Estreno en Estados Unidos: 23 de octubre. Reino Unido: 30 de octubre.
Inauguración de la 59ª edición del BFI London Film Festival el 7 de octubre.
Por todos es sabido el gusto de la Academia Norteamericana por esos dramas inspiradores protagonizados por personas luchadoras que se crecen ante la adversidad y, a ser posible, basados en hechos reales. A ese grupo de películas pertenecería Suffragette (2015), último trabajo de la directora Sarah Gavron —nominada al BAFTA al mejor debut por Brick Lane (2007)—, con guion de Abi Morgan. Ambientado en la Inglaterra de 1912, cuando las mujeres no tenían ni voz ni voto y tenían que sufrir todo tipo de abusos en sus lugares de trabajo, agachando la cabeza ante las injusticias, el filme muestra la dura lucha de un grupo de heroicas féminas por conseguir que se les apruebe un derecho, tan común hoy, como es el de votar a los cargos públicos electos en un mundo, por entonces, gobernado por los hombres. Un emocionante relato que, vistas las primeras imágenes, cuenta con un trabajo de ambientación tan impecable y académico como nos tiene acostumbrados el mejor cine británico de época, adornado por la banda sonora compuesta por Alexandre Desplat, último ganador del Óscar por la partitura de El gran hotel Budapest (Wes Anderson, 2014).
Suffragette, por encima de cualquier atractivo estilístico o narrativo, es de ese tipo de cintas que se sostienen, muy especialmente, en el trabajo de los intérpretes. En este caso estamos ante una obra de actrices (y muy grandes), las cuales tendrán oportunidad de entrar en las próximas carreras de premios gracias a unas actuaciones sentidas y viscerales. La protagonista, Carey Mulligan —Shame (Steve McQueen, 2011), Drive (Nicolas Winding Refn, 2011) o El gran Gatsby (Baz Luhrmann, 2013) son suficientes muestras de su enorme potencial interpretativo—, hace suyo uno de esos personajes que lo tienen todo para colocarla en la terna de las cinco nominadas al Óscar a la mejor actriz, perfectamente secundada por Helena Bonham Carter, Anne-Marie Duff, Romola Garai, Ben Whishaw, Brendan Gleeson y, sobre todo, la siempre magnífica Meryl Streep que, con su caracterización de la líder sufragista británica Emmeline Pankhurst, podría lograr su vigésima nominación a la estatuilla dorada, todo un récord. Como anécdota, citar que Suffragette es la primera película que consiguió el permiso de los diputados para poder rodar en las Casas del Parlamento del Reino Unido.