Durante la noche inaugural de la 47ª Quincena de los Realizadores, el realizador chino Jia Zhangke recibió la Carroza de Oro entregada por la Asociación de Directores de Cine (SRF). Dicho galardón, otorgado a cineastas en reconocimiento a las cualidades innovadoras de sus películas, su audacia y su intransigencia en la dirección y la producción, nació en el año 2002 y, desde entonces, ha ido a parar a las manos de Jacques Rozier, Clint Eastwood, Nanni Moretti, Ousmane Sembene, David Cronenberg, Alain Cavalier, Jim Jarmusch, Naomi Kawase, Agnès Varda, Jafar Panahi, Nuri Bilge Ceylan, Jane Campion y Alain Resnais. Curiosamente, Eastwood y Varda son dos de los únicos cuatro cineastas poseedores de la Palma de Oro de Honor (la cual ella recibirá precisamente este año, al cierre del festival).
Relativamente desconocido en occidente hasta que la polémica y violenta Un toque de violencia (2013) ganó el premio a mejor guion en Cannes pese a ser censurada en China (o precisamente por eso), Jia Zhangke es uno de los realizadores más innovadores e impactantes del panorama asiático contemporáneo. Se trata de un profesional asiduo al festival galo, donde también ha presentado Placeres desconocidos (2002), Ciudad 24 (2008) e Historias de Shanghái (2010), aunque éstas pasaron más desapercibidas. Este año regresa con la esperada Mountains May Depart, nuevamente en la Sección Oficial.
«Aspiro a la libertad»
El escritor y realizador es consciente de que el minimalismo y el impacto no son contradictorios, como probó su aclamada Naturaleza muerta (2006), que le valieron el León de Oro de Venecia, el Asian Film Award a mejor director y el premio de la Asociación de Críticos de Los Ángeles a mejor película extranjera. Durante la tarde anterior a la ceremonia, Jia Zhangke dio una masterclass en el Teatro de la Croisette, tras la proyección de Platform (2000), su segunda película (la primera fue Pickpocket, por la que fue galardonado en el Festival de Berlín en 1998). La prestigiosa Carroza de Oro se suma así a una larga lista de reconocimientos de un cineasta que, indudablemente, tiene todavía mucho que decir. Precisamente porque muchos poderosos preferirían que mantuviera la boca cerrada / Juan Roures (Madrid).
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