La misma heroicidad pero tres años más vieja
crítica a Vengadores: La era de Ultrón (Avengers: Age of Ultron, Joss Whedon, 2015)
En cine los años se cuentan por segundos, como si fuesen lacasitos, y se rejuvenece o envejece a golpe de fanfarria. Nadie escapa a esa turbina que hace girar las hélices de la elipsis, que podría convertir el invierno en primavera y a los héroes ramplones en héroes ramplones con marchamo crepuscular, con tan sólo un sutil baile que conecte varios acontecimientos. En cine, el más leve parpadeo supone un vacío irreparable, pues obliga a imaginar lo ocurrido únicamente de cabeza para dentro, desde donde nuestra subjetividad proyecta de vez en cuando historias muchísimo más interesantes que las que tienen lugar en la gran pantalla. Sin cronómetro que vele por los réditos narrativos, tan importantes en Hollywood, ni osadías con vocación académica. Porque la elipsis, ya se dijo en términos menos pueriles, es ir a la cocina joven y airoso a por una cerveza y volver al salón calvo y con barriga, una década más tarde, habiendo cambiado el alcohol por el Danacol. La síntesis también es —piénsenlo— aquello que no cabe nunca en los filmes de Marvel, cuyos hilos de telaraña conectan a los diferentes héroes, uno tras otro, en sus respectivos mundos ya desarrollados, para que en última instancia se reúnan en el multiverso Vengadores. Y hasta ahora eran seis: Iron-Man, Capitán América, Thor, Hulk, Viuda Negra y Ojo de Halcón. Y tras la breve elipsis —tres años mediante, ay, en el mundo real— siguen siendo los mismos, aunque habrá incorporaciones de última hora (Quicksilver, Bruja Escarlata, Visión...). También besos, uno, y hostias, incontables. Dos horas y media que no dejan resuello al espectador, quizá ya desorientado en medio del cogollo; un litigio con las apuestas por las nubes. Tomen nota: el músculo es aquí un material extremadamente frágil, Lladró escaneado a 4K. Y en tres dimensiones. Tan nítido que se ve borroso, centelleante, al punto que te interrogas cómo es posible que Hulk exista más verosímil que tu pareja. Y más atractivo, también.
Un villano rugía berenjena al término del apoteósico primer episodio que inauguró la saga escrita y dirigida por Joss Whedon (quien repite sin desgaste aparente). Thanos se llamaba el malandrín cósmico. Vestía armadura dorada y azul, su cuerpo parecía flotar en un trono de roca sideral. Mientras tanto, en la Tierra, los superhéroes intentaban sobreponerse no sólo a los muchos golpes recibidos sino también a la desoladora panorámica que tenían ante sí: Nueva York —una vez más— en ruinas, salpicada de asteroides de hormigón y cuchillos de cristal. La iniciativa S.H.I.E.L.D. se había escurrido por el desagüe mientras Nick Furia, desde su atalaya particular, barruntaba nuevas mentiras piadosas: cómo oponerse al interés general, o sea al de los estadounidenses. A Furia casi lo matan en El soldado de invierno, pero aún nadie ha certificado que esté vivo. Nadie sabe realmente por qué está ahí, por qué un dios nórdico y un genio multimillonario —entre otros muchos— necesitarían a un tuerto sin ninguna habilidad extraordinaria, a un mortal corriente y moliente enamorado del himno The Star-Spangled Banner, para salvar al mundo del Apocalipsis. De carácter más bien ladino y bicéfalo, Nick se agazapa en las sombras igual que el Demonio, pero, gracias a Dios, no huele a azufre. En esta época fría e instantánea, Furia —acaso el verdadero baluarte de Los Vengadores— representa sin concesiones la tenacidad y el orgullo de aquel tipo sarcástico que jamás llegó a distinguir entre el críquet y el croquet, empeñado también en seguir la filosofía del "película a película", como un Simeone con parche en el ojo y gabardina de cuero negra.
Así, repitiendo esquemas y situando la cámara a la altura de un manillar de moto en un bosque ruso, Whedon ejecuta el macguffin más imperceptible jamás imaginado. La película, no sin argumentos y motivaciones internas, es en definitiva un truco de prestidigitación cinematográfica: desvía la atención del público al tiempo que lo mantiene fijo en la butaca gracias a un androide, Ultrón, que a (casi) nadie inquieta ni fascina ni seduce. Por el camino arroja, eso sí, migas de pan que deben conducirnos lenta pero sistemáticamente a un algo hasta ahora ignoto, revelando al fin la potencia de fuego de unos personajes que habitan en el imaginario colectivo de varias generaciones. Brillan los superhéroes de escaramuza en escaramuza, antes de llegar al clímax último, y cuando quieres darte cuenta ya es demasiado tarde. O quizá muy pronto. Porque recién descubrimos que el número no importa; tanto da si son dos o siete episodios. Y si cruzásemos tal meta (¡siete!), sólo cabría preguntarse cuánto tardarán en rodar de nuevo toda la serie. Ya no importaría dónde y cómo iniciamos la andadura. ¿Acaso creen ustedes que los exegetas de Fast & Furious piensan tanto en el comienzo como en seguir sumando, película tras película, derrapes y averías y recambios? Es la perseverancia del espectador unida al relato la que prohíbe juicios más profundos. Es esa misma ingenuidad del espectador que al salir del cine niega la aritmética, o su repercusión, la que sostiene durante años las idas y venidas de Toretto o de Tony Stark. Recién lo descubrimos. Y sí, Scarlett acaricia con su mano la enorme zurda de Hulk, verde y furioso como un niño al que le han robado el bocata, que escupe humo por la nariz y poco a poco se tranquiliza y nos observa con la misma ternura con que se planifica una muerte dolorosa. En realidad, Vengadores: La era de Ultrón no hace sino reproducir en bucle lo que ya somos: individuos que al despertar no recuerdan si tienen veinte o cincuenta años. Inmunes al canon del tiempo, pero más susceptibles que nunca a un esguince de tobillo en el sofá. | ★★★ |
Juan José Ontiveros
Redacción Madrid
Ficha técnica
Estados Unidos, 2015. Título original: Avengers: Age of Ultron. Guión y dirección: Joss Whedon. Fotografía: Ben Davis. Música: Danny Elfman, Brian Tyler. Reparto: Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Mark Ruffalo, Alexis Denisof, James Spader, Aaron Johnson, Paul Bettany,Elizabeth Olsen, Thomas Kretschmann, Josh Brolin, Samuel L. Jackson, Hayley Atwell, Don Cheadle, Claudia Kim, Andy Serkis, Idris Elba. Productora: Marvel Studios. Distribuidora: Disney.