Japón de sobremesa
crítica a La casa del tejado rojo (Chiisai Ouchi, 小さいおうち, Yôji Yamada, 2014)
La última película de Yôji Yamada se construye a través de un símbolo: una casa con el tejado rojo en un barrio acomodado de Tokio durante las décadas de los 30 y 40, un periodo agitado por la Segunda Guerra Sino-Japonesa y la Segunda Guerra Mundial. La singularidad de esta pequeña casa va más allá del color de su cubierta. Bajo la espesa capa de felicidad y buenos modales que impregna el día a día de la familia Hirai, Tokiko, la cabeza de familia, se debate entre las tradiciones niponas y el amor prohibido. Sin embargo, el punto de partida de La casa del tejado rojo, y el punto de vista inicial de la historia, reside en el personaje de Taki, la criada que sirve a la familia. Yamada intenta realizar un barrido por la historia japonesa desde los ojos de Taki, aunque él mismo se encarga de traicionar su propio planteamiento y termina por construir una película sin alma que vagabundea desde un sencillo y naïf relato sobre el Japón en guerra para acabar intentando adentrarse en el análisis de la concepción del pasado a través de la memoria de nuestros mayores.
La película, construida a través de los recuerdos a modo de flashbacks que la anciana Taki le describe a su sobrino Takeshi, quiere enmarcarse dentro de la etiqueta de «gran melodrama reflejo de una época», pero el resultado se parece más a un folletín de esos que ponen a la hora del café. Yamada se muestra torpe en los diálogos (la conversación inicial en el velatorio que sirve para presentar al personaje de Taki es irrisoria por evidente) y en la construcción de una puesta en escena que permita a la película encontrar su camino. La mirada de la cinta se balancea constantemente entre los dos personajes femeninos y por ello le cuesta encontrar su enfoque, un punto de vista que dote de personalidad a un relato demasiado edulcorado, como si el recuerdo del pasado estuviera recubierto de un fina capa de azúcar glas. La casa del tejado rojo, que está basada en una novela de Kyoko Nakajima, no deja de ser más que un retrato superficial plagado de lugares comunes y escenas planas, por impersonales, que no consiguen desprenderse de un cierto tufillo costumbrista pasado de vueltas. Con todo ello, la película está más cerca de un producto de sobremesa de lo que ella misma querría. Porque Yamada pretende darle un significado mucho más profundo que queda patente en el devenir de la cinta en su última media hora. Es una verdadera pena que el lastre de su desarrollo sea demasiado pesado y convierta al final en un mero epílogo descompasado, aunque en él se atisbe el verdadero interés que podría llegar a tener esta obra. Es el complicado paso del melodrama costumbrista e ingenuo a la exploración de la importancia de la memoria de una nación y el recuerdo del pasado desde el presente. Su falta de definición en el foco desde el que se accede a la historia deja al emotivo tramo final fuera de lugar, imposible de ser entendido más que como una vil manera de intentar arrancar una tímida lágrima al espectador.
Resulta curioso ver como Yamada se está intentando acercar (aunque se queda corto) al estilo del maestro japonés Yasijurô Ozu. Si su anterior película, Una historia de Tokio, se planteaba como un remake (correcto, pero totalmente innecesario, dicho sea de paso) de Cuentos de Tokio, dirigida por Ozu en 1953, en La casa del tejado rojo podemos detectar ciertos dejes visuales (algunos planos bajos, filmados a ras de suelo) o inclinaciones temáticas (el matrimonio, el seno familiar como epicentro de la historia) mediante los que el veterano director la figura de Ozu. Son estos pequeños detalles los que aportan alguna luz dentro de la película, pero Yamada queda muy lejos del clásico. Le falta maestría y valentía para deshacerse de una representación y unos personajes de cartón piedra y apostar por la emoción sincera. Pero, sobre todo, lo que más se echa de menos es una puesta en escena mucho más coherente que le permita alcanzar cotas expresivas mayores y así dotar de una identidad propia a un relato que lo pide a gritos. | ★★★★★ |
Víctor Blanes Picó
Barcelona
Ficha técnica
Japón, 2014. Título original: Chiisai Ouchi, 小さいおうち. Dirección: Yôji Yamada. Reparto: Takako Matsu, Haru Kuroki, Hidetaka Yoshioka, Satoshi Tsumabuki, Chieko Baisho, Takataro Kataoka. Guión: Yôji Yamada, Emiko Hiramatsu (basada en una novela de Kyoko Nakajima). Música: Joe Hisaishi. Fotografía: Masashi Chikamori.