Entre el deseo y la oscuridad —el misterio y la locura— yace la cumbre del miedo. Ésta es la evocadora premisa del nuevo film de Guillermo del Toro, visionario creador de El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006), quien sigue combinando con pericia la fantasía y el terror, acercándose esta vez más al segundo género. “Los fantasmas son reales, estoy segura de ello”, clama la atemorizada voz de Mia Wasikowska al principio del magnífico avance de La cumbre escarlata (Crimson Peak), el cual es, en sí mismo, una obra audiovisual memorable. Junto a la prometedora protagonista de Jane Eyre (2011) y Stoker (2013) encontramos a dos intérpretes igualmente atractivos: Tom Hiddleston, que ya compartió pantalla con ella en Sólo los amantes sobreviven (2013) pero es más conocido como el inquietante villano de Thor (2011), y Jessica Chastain, que, tras su florecimiento en 2011 gracias a Criadas y señoras, Take Shelter y El árbol de la vida, se ha convertido presurosamente en una de las actrices más admiradas del momento. El llamativo cuarteto protagonista se completa con Charlie Hunnam, protagonista del último film del realizador mexicano: la tristemente mediocre Pacific Rim (2013). Para realizar esta obra visualmente espléndida, Del Toro se ha rodeado de un excelente equipo internacional que incluye al director de fotografía danés Dan Laustsen y el compositor español Fernando Velázquez, creador de la maravillosas bandas sonoras de El orfanato (2007) y Lo imposible (2012). Altas son las expectativas depositadas en este thriller de terror gótico y, si el avance no engaña, el próximo 9 de octubre —día de su estreno en España, una semana antes que en Estados Unidos— serán plenamente satisfechas | Juan Roures (Madrid).
