El despertar de la nueva carne
crítica a Honeymoon (Leigh Janiak, 2014) / ★★★
Honeymoon podría ser un ejemplo perfecto de todo lo que debería ser una ópera prima que carece del presupuesto y los medios necesarios para salirse de los parámetros de la serie B. La debutante directora Leigh Janiak sabe que, a falta de grandes efectos especiales o excesivas florituras visuales, el éxito de su empresa pasa por sorprender al espectador a través de una historia que atrape su atención desde el minuto uno y que no lo suelte hasta una vez concluidos los títulos de crédito finales. Por eso, a través de un guión coescrito junto a Phil Graziadei, Janiak sabe aprovechar muy bien los pocos elementos de los que dispone para construir una efectiva cinta de suspense psicológico, que saca un fenomenal partido de los únicos cuatro actores que aparecen en ella. El escenario en donde se enclava la trama no es nuevo, desde luego. La cabaña perdida en el bosque ya ha sido utilizada en multitud de éxitos del género, desde Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980) a La cabaña en el bosque (Drew Goddard, 2012), pasando por la imprescindible Posesión infernal (Sam Raimi, 1981), por lo que el amenazante lago cercano a la casa, los crujidos de madera a medianoche y la omnipresente sensación de los personajes de estar siendo vigilados por alguien o algo son situaciones con las que cualquier aficionado al terror ya se encuentran familiarizados.
Janiak, sin embargo, utiliza todos esos tópicos para ofrecer algo totalmente diferente. Los primeros 20 minutos de metraje son bastante desechables y no sirven más que para mostrarnos el exceso de cursilería de los sentimientos que se profesan los recién casados desde que se instalan en la granja familiar de ella, situada en los bosques de una Canadá que continúa asentándose como destino turístico de pesadilla tras el reciente estreno de Tusk (Kevin Smith, 2014). Con este romanticismo empalagoso conocemos a Paul y Bea, la típica pareja que acaba de pasar por la vicaría y comienza a hacer planes de futuro del tipo ser padres. Una vez superada la introducción y su presentación de personajes, Honeymoon se va tornando en una experiencia bastante más oscura y climática, presentándonos a una Bea que se levanta de la cama, sonámbula, en mitad de la noche, para aparecer en medio del bosque, desnuda y confundida. Es a partir de ahí cuando comienzan los comportamientos extraños, las sospechas del marido y las incógnitas acerca de unas extrañas marcas que la muchacha presenta en sus muslos. Resulta conveniente no desvelar mucho más de la trama, pero lo cierto es que, mostrando lo mínimo posible y manteniendo un ritmo lento pero preciso, la directora consigue momentos de verdadera incomodidad. El minimalismo de la puesta en escena y el tratamiento del desequilibrio mental tan vinculado al sexo se acercan más a los territorios de la polémica Antichrist (Lars von Trier, 2009) que a los títulos de terror antes citados y, lo que es más sorprendente, el guión termina descubriendo una perturbadora relectura de aquellos clásicos de la ciencia ficción de los años 50 del tipo El enigma de otro mundo (Christian Nyby, Howard Haks, 1951) o La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956).
La pareja protagonista cumple a la perfección en dos interpretaciones cargadas de intensidad, especialmente una notable Rose Leslie que hasta, hasta el momento, solo era conocida por ser la amante de Jon Nieve en la popular Juego de tronos. Siguiendo los pasos de Charlotte Gainsbourg en Antichrist, Leslie no teme a desnudarse física y psicológicamente para entregar un trabajo lleno de visceralidad. Harry Treadaway sabe darle la réplica con gran aplomo, consciente de que su personaje debe mantener la cordura en medio de una situación cada vez más inverosímil. No es Honeymoon una obra apta para estómagos sensibles ya que, superados unos dos primeros tercios de película llenos de misterio, el último acto se desboca para convertirse en una sucesión de momentos desagradables que harían las delicias del David Cronenberg de su primera etapa. De hecho, hay mucho en el debut de Leigh Janiak de aquella impactante Vinieron de dentro de… (1975) que pusiera el nombre del canadiense en lo más alto de las listas de jóvenes promesas del cine fantástico de la época. Aún es pronto para saber si la realizadora será o no una alumna aventajada del maestro del horror corporal, del que toma prestado su revolucionario concepto de la nueva carne, donde lo mecánico se confunde con lo orgánico en terroríficas mutaciones o experimentos. Por lo pronto, su película dejó un buen sabor de boca en su paso por la Sección Panorama del Festival de Sitges y, pese a no ser un éxito de taquilla –su obligatoria clasificación R pesa mucho en su contra–, supone una inmejorable carta de presentación para una cineasta de la que se pueden esperar grandes cosas en el futuro. | ★★★★★ |
José Antonio Martín
Redacción Las Palmas de Gran Canaria
Ficha técnica
Estados Unidos. 2014. Título original: Honeymoon. Directora: Leigh Janiak. Guión: Phil Graziadei, Leigh Janiak. Productora: Fewlas Entertainment. Fotografía: Kyle Klutz. Música: Heather McIntosh. Montaje: Christopher S. Capp. Intérpretes: Rose Leslie, Harry Treadaway, Ben Huber, Hanna Brown.