Dieter Kosslick ha tirado de viejos conocidos para la inminente 65ª entrega del Festival de Berlín. Es el caso de Malgorzata Szumowska, que compite por segunda vez por el Oso de Oro tras su paso en 2013 con Amarás al prójimo (W...imie), ganadora del premio Teddy al mejor filme de temática homosexual. Con Body (Ciało) vuelve a diseccionar a la familia polaca con un retrato duro pero aderezado con pequeñas gotas de humor negro. Su sinopsis oficial, traducida por los compañeros de Cine maldito no es demasiado concluyente: «Janusz no es un hombre fácil de sorprender. Como juez de instrucción debe realizar precisas investigaciones, analizando la escena del crimen minuciosamente. A pesar de las situaciones extremas ante las que se encuentra, trabaja duro. Demasiado duro quizá. Sin embargo, cuando se enfrenta a su hija anoréxica Olga, todavía de luto por su madre, se siente impotente. Temiendo que pueda suicidarse, la interna en una clínica donde Ana, una psicóloga, lleva a cabo sus funciones. Años más tarde, Anna perderá a su bebé y se aislará junto a su perro en un edificio de pisos fuertemente aislados donde conjurará a los espíritus que se comunican con los vivos desde el más allá».
¿Estamos ante el gran paso de Szumowska? Sería lo lógico tras obras de nivel decente como Ellas (2011) y la nombrada Amarás al prójimo, que siguieron los pasos de su excelente segunda película, Ono (2004). Sería otro nuevo hito para el ascendente cine polaco. Aunque, precisamente, Szumoska no es profeta en su tierra; y más tras el anterior filme que retrataba la homosexualidad de un sacerdote. «Polonia tiene miedo a lo diferente», nos comentaba hace unos meses en Madrid. Veremos que nos depara Body. Janusz Gajos, Maja Ostaszewska, Justyna Suwala, Ewa Dalkowska, Adam Woronowicz, Tomasz Zietek, Malgorzata Hajewska-Krzysztofik, Ewa Kolasinska, Roman Gancarczyk y Wladyslaw Kowalski conforman su reparto. El 6 de marzo se estrenará en Polonia. A continuación, su primer tráiler.
Janusz is not a man to be easily shocked. As coroner he undertakes precise research, analysing the crime scene in minute detail. Despite the extreme situations he comes up against, he works hard. Perhaps too hard. Yet when faced with his anorexic daughter Olga, still grieving for her dead mother, he feels helpless. Fearing that she might kill herself, he commits her to a clinic where Anna, a psychologist, carries out her duties. Years before, Anna lost her baby to cot-death and now sequesters herself and her big dog in a heavily barricaded flat and conjures up spirits who communicate with the living from beyond the grave...
