Berlín siempre fiel a sí misma.
Crónica de la novena jornada de la 65ª edición de la Berlinale.
El festival llega oficialmente a su fin. La competición termina y ya sólo quedan los estertores de Panorama y Forum, más la lenta recuperación de energías. Entretanto, balance. Mucho cine ha recorrido nuestras venas, pero de peor nivel que el año pasado. Hay trabajos puntuales que han sorprendido y emocionado pero no son tantos como se esperaba. El día de hoy lo copaba Cenicienta y su inminente campaña de publicidad con unas más que posibles nominaciones al Óscar el próximo año en categorías técnicas. Contra pronóstico ni mucho menos un filme desechable, y que, de hecho, la prensa agradeció bastante, como el año pasado sucediera con Christophe Gans, animándose incluso a un aplauso puntual muy espontáneo en el famoso clímax de la zapatilla y las campanadas. A estas alturas no se le puede pedir a un trabajo como este que sea lo que no es, y por lo menos, en sus propios términos, Branagh ha tenido éxito con su labor. La última gran premiere de un certamen que, este año, ha traído emociones muy agitadas. La Berlinale, para bien y para mal, nunca deja de sorprender.
«La película habla sobre el coraje y la bondad, y trata de incorporar la psicología moderna al corazón de un cuento tradicional. Actualmente el cine es muy cínico, y no queríamos serlo sin caer, eso sí, en el sentimentalismo». Kenneth Branagh en la rueda de prensa de la Berlinale.
BIG FATHER, SMALL FATHER & OTHER STORIES
Cha và con và / Dang Di Phan, Vietnam, 2015 | COMPETICIÓN
El vietnamita Dang Di Phan, debutante en la Semana de la Crítica de Cannes con su ópera prima, Bi, dung so! (2010), ha entregado en Berlín una pieza de una exquisitez formal absoluta, de aplacada cadencia, que, sin entrar en grandes intensidades dramáticas, nos cuenta la secreta relación homosexual que surge entre dos amigos, uno de ellos prometido por conveniencia y el otro viviendo con su hermana. Pero lo hace de tal manera que dosifica la información al límite, apuntándola casi como una nota a pie de página en algunas escenas, más preocupado por captar la atmósfera melancólica del día a día que llevan, entre clubes nocturnos y duchas de barro; con una sensualidad desbordante que resalta mucho el trabajo en la banda sonora de Chapelier Fou, grupo francés de música electrónica, de toque ambiental y con arreglos de orquesta, que añade un tono misterioso y exótico al contexto. Un filme de gran sensibilidad al que, no obstante, hay que achacarle cierta dispersión en su argumento, a veces más contemplativo que activo. Interesante y hierático lienzo de personajes a la deriva, bordeando los límites de lo que es socialmente aceptado, pero siempre a escondidas. Un trabajo verdaderamente elegante y con instantes visuales muy poderosos. 70|100.
CENICIENTA
Cinderella / Kenneth Branagh, Estados Unidos, 2015 | FUERA DE COMPETICIÓN
Continuando la costumbre de estrenar algo ligero que amenice el último día de competición, Kenneth Branagh se presentó fuera de concurso un año después de que Christophe Gans hiciera lo propio con Beauty and the Beast en este mismo certamen. Y el resultado, a tenor de las reacciones en el pase, no han sido todo lo malas que cabría esperar de un producto de esta clase; empezando por un aplauso espontáneo que coronó la secuencia de las campanadas y con una comicidad de probada eficacia. Sin entrar a comparar obras que en nada tienen que ver entre sí, el éxito de Cenicienta es que es justo lo que quiere ser, ni más ni menos. Consigue sus objetivos de pleno y eso es algo fuera de crítica. Su tono es marcadamente cursi, sus efectos especiales están dosificados pero cuando se utilizan lo hacen para enmarcar las dos escenas claves del relato (las citadas campanadas y la creación del vestido), y el ritmo está sostenido por breves toques de humor que se mueven entre lo inocente y la autorreferencia, tanto al clásico original de Disney como a la naturaleza ingenua de los cuentos. No apuesta por ningún twist de guión ni busca reinventar la rueda, no convierte a sus personajes en héroes modernos y tampoco los enaltece con un discurso feminista que, como en el caso de Maleficent, puede percibirse como algo autoimpuesto y chirriante. Obvia cualquier atisbo de pretensión discursiva para ponerla al servicio de lo que siempre ha sido el eterno cuento de príncipe y princesa, con un tono cercano a la ternura de Encantada; y con secuencias muy bien resueltas que, aunque no transmitan demasiado la personalidad del cineasta, son eficaces. Si aprovecha, en cambio, las interpretaciones de sus actores, a los que Branagh siempre dota de una teatralidad muy expuesta que se nota en sus gestos y en la manera de declamar sus frases, algo en lo que Cate Blanchett destaca por encima del resto. Un filme que es lo que promete ser, un divertimento ágil y de factura recargada, sin metraje sobrante (un logro a tener en cuenta) y con buenos actores. Más de lo que podría pedírsele. 65|100.
CHASUKE'S JOURNEY
Ten no Chasuke / Sabu, Japón, 2015 | COMPETICIÓN
Hiroyuki Tanaka, más conocido como SABU, es un conocido director japonés que se ha labrado una reputación en base a una filmografía bastante excéntrica en la que destacan títulos como Miss Zombie, Tokio Dead Rising o Postman Blues. Todas ellas cintas con toques fantásticos o de terror con muchísimas y desatadas licencias que tienen su réplica, de nuevo, en esta nueva presentación de su director en la Berlinale. Ten no chasuke es un cruce entre los juegos metalingüísticos de Charlie Kaufman y El cielo sobre Berlín de Wim Wenders; pero con la locura y el libre albedrío de un libreto cuyo desarrollo no parece presentar una lógica más allá de una incesante sucesión de escenas a cada cual más alocada. Todo al servicio de una historia que retrata a un ángel enviado a la tierra para salvar la vida de una chica que, según ‘el guion’ de su vida, no debe morir. Lo que sigue es algo a medio camino entre el cine de superhéroes aderezado con mucho de la mitología japonesa y, sobre todo, mucha ironía y parodia que, al igual que en Gone with the Bullets, hace referencia al cine americano, en concreto a Titanic y a Ghost, en dos escenas que imitan dos de sus momentos más famosos. Un sinsentido bastante mediocre que visualmente juega con la espiritualidad y el cine de aventuras. Producida por la factoría de Takeshi Kitano, ha despertado la risa general merced a un humor desconcertante, aunque eso no la redima de ser bastante insoportable por su impostada extravagancia. 45|100.
EXÓTICA, ERÓTICA, ETC.
Evangelia Kranioti, Francia, 2015 | FORUM
A la manera del documental dirigido por Lucien Castaing Taylor y Verena Paravel, Leviathan, estrenado en 2012 en Locarno (donde consiguió el Premio FIPRESCI), Exótica, Erótica, etc también utiliza el mar como excusa y contexto para remarcar el poderoso aroma que emana. Un recorrido contemplativo sobre las vagabundas reflexiones y anhelos de una mujer en torno a los amores marineros que conoció a lo largo de su vida, el olor de la sal en la piel de un hombre o el eterno quiebre de un corazón gastado. Comienza con la imagen de un barco de mercancías navegando, y ese será el leitmotiv de todo el recorrido, un monólogo sin intrusión externa por parte del director, que se limita a mostrar, sin una estructura determinada, el ambiente que se respira en un transatlántico, la cotidianeidad de una antigua prostituta de costas y el dibujo nocturno de los clubes en los que solía trabajar. La idea es buena, y da para un trabajo de gran vuelo poético. Tristemente todo se siente disgregado y amparándose más de la cuenta en la fuerza de su fotografía y poco en el contenido, cediendo peso a la añoranza en lugar de a la búsqueda de la anécdota o la crónica de un modo de vida. No es un documental que busque aleccionar, ni aclara nada; se erige más como una especie de tributo hacia mujeres que han vivido por y para el mar, hasta el punto de haber perdido sus deseos en él. Es triste y da pocas salidas. Una simple grabación y verbalización de bella factura y fácil olvido. 50|100.
Gonzalo Hernández Espinosa
Enviado especial al 65ª edición del Festival de Berlín