Remy van Heugten empezó pisando fuerte cuando su obra de fin de carrera, Over rozen (2004), fue nominada al Student Academy Award de Los Ángeles. Su primer largometraje, Valentino (2013), fue un éxito de público en los Países Bajos, lo que Heugten busca superar con su segundo film, Gluckauf, un potente drama filo-paternal ambientado en la provincia holandesa de Limburgo, un lugar al margen del mundo que no ofrece oportunidad alguna de escapar. Ni para los personajes, ni para la audiencia, que se enfrenta a una experiencia casi claustrofóbica. El director, que se crió en sus calles, no tiene reparos en plasmar sus recuerdos con abrasiva frialdad.
Bart Slegers encarna a un criminal que, pese a su innata mezquindad, haría cualquier cosa por su hijo. Gluckauf, cuya desangelada atmósfera recuerda al Winter’s Bone de Debra Granik (2010), es un drama social sobre ese asfixiante amor y la maldición que lo envuelve. Remy van Heugten confecciona una obra muy personal que espera conquistar a la audiencia Festival de Rotterdam, como ha hecho en las primeras proyecciones para prensa, donde se ha destacado la calidad del guion y las interpretaciones, así como la lóbrega fotografía y el impactante montaje. Además, el desnudo realismo del realizador ha sido comparado al cine de los hermanos Dardenne, ambientado al otro lado de la frontera. Quizá dentro de unos años, su fama también sea comparable. Por ahora, Heugten deberá conformarse con las salas holandesas, en las que Gluckauf se estrenará comercialmente el 29 de enero.
Juan Roures
Redacción Madrid
