Listen to me Marlon, Stevan Riley (Reino Unido, 2015)
World Cinema Documentary Competition
A river changes course (2013), The Law in These Parts (2012), Hell and back again (2011), Enemies of the people (2010), Tibet in Song (2009), Man on Wire (2008), Enemies of Happiness (2007), In the pit (2006) y Shape of the Moon (2005) son las integrantes del palmarés de la categoría competitiva más joven del Festival de Sundance. Largometrajes documentales que, salvo la epopeya de suspense dirigida por James Marsh (Man on Wire) —que este año tendrá respuesta ficcional con The Walk de Robert Zemeckis—, apenas han trascendido fuera del mercado anglosajón. Es la gran reválida para los programadores el certamen de Utah. Por otra parte, es la oveja negra de cada line up de un evento. Ningún festival de categoría A logra sacar partido al género salvo inclusión en su sección oficial. Sundance lo hace por partida triple, aunque la carne se dora en las categorías U.S Premieres y U.S Competition. Aun así, siempre es interesante el catálogo que ofrece Park City; algo que podemos constatar echando un vistazo a la selección de esta 32ª edición. Sea como fuere, si existe alguna posibilidad de trascender en este competitivo mercado cinematográfico, ésa estaría saliendo con el Gran Premio del Jurado bajo el brazo. Algo por lo que luchará la británica Listen to me Marlon, mirada minimalista al actor de La ley del silencio y El padrino. Un retrato sobre su vida familiar apoyada en imágenes inéditas de archivo. Es el quinto documental de Stevan Riley, que debuta en Park City tras haber pasado por Tribeca y Londres con sus anteriores trabajos. No es la única obra con aroma albión; 5 creaciones más tendrán sello o producción de Reino Unido: Dreamcatcher, 18º documental de la realizadora Kim Longinotto que nos acerca el punto de vista de Brenda, una asistencia social en la zona periférica de Chicago; How to change the world, quinta película de Jerry Rothwell que ofrece un balcón único donde contemplar los inicios de Greenpeace, desde su lucha contra la Guerra Nuclear hasta el intento por salvar a las ballenas de los arpones rusos; Dark Horse, del autor de Deep Water (2006), Louise Osmond, que, con tono dramático, describe las aspiraciones de un pequeño pueblo en Gales con la crianza de un caballo de carreras; Chuck Norris vs Communism, interesante debut de Ilinca Calugareanu (es una coproducción con Rumanía) que nos traslada a la dictadura de Ceausescu y de cómo el espectador rumano superaba la censura, VHS en mano, para ver a los ídolos del momento: Jean-Claude Van Damme, Sylvester Stallone y, cómo no, Chuck Norris; y, The Russian Woodpecke, ópera prima de Chad Gracia que, a través del artista ucraniano Fedor Alexandrovich, se sumergirá en las secuelas del desastre de Chernóbil y el conflicto ruso-ucraniano como una extensión de la latente Guerra Fría, nada menos.
Otras seis propuestas más completan la parrilla de la World Cinema Documentary Competition: la hebrea Censored Voices, una sátira sobre las contradicciones de la ocupación israelí en Gaza dirigida por Mor Loushy, creadora de la interesante Israel Ltd. (2009), otro documental sobre el movimiento sionista que cambió para siempre Oriente Próximo. La danesa Pervert Park, el debut del matrimonio Barkfors (Frida y Lasse) que ya pasó por los festivales CPH: Dox de Copenhague y el prestigioso IDFA de Ámsterdam. Introspección sobre esa letra escarlata que pesa sobre los agresores sexuales de cualquier tipo. Una crítica a una represión que engulle a la rehabilitación. La coproducción de Senegal y Estados Unidos Sembene!, biografía del padre del cine africano, Ousmane Sembene, dirigida por Samba Gadjigo y Jason Silverman. Una oportunidad única de explorar los orígenes de otros cines, de otras visiones. La canadiense The Omina Profile, un documental en clave de thriller que investiga el caso de la bloguera Amina Arraf, creadora de la bitácora Una chica gay en Damasco que levantó ampollas en Siria. Un proceso policial que terminó con un desenlace insólito. La china The Chinese Mayor, que refleja una de las marcas de la China capitalista: la alta contaminación. Algo que en la ciudad de Datong alcanza unos índices superlativos. Su alcalde tiene un plan para erradicar el problema, pero a un coste demasiado alto. Hao Zhou se estrena a nivel internacional con esta dura reflexión sobre el hipoteca futuro ambiental de una nación que dejó los límites atrás hace tiempo. Y, por último, la coproducción escandinava The Visit, dirigida por el prestigioso cineasta danés Michael Madsen, que ofrece aportaciones únicas de especialistas sobre encuentros entre seres humanos y vida inteligente de otros mundos. No pasará desapercibido. Desde hoy, 22 de enero, hasta el 1 de febrero les iremos comentando todas las impresiones que dejen en la prensa unas obras que, como pueden apreciar, prometen mantener pegados a las butacas a los espectadores de esta trigésimo segunda entrega del Sundance Film Festival.