El poder universal de la fotografía en cine
El pasado 15 de enero se dieron a conocer las nominaciones de la edición número 87 de los Premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, que se celebrarán el 22 de febrero en Los Ángeles. En el anuncio de los conocidos como Oscars hubo sorpresas, decepciones y confirmaciones de lo esperado. Si hubo alguna sorpresa positiva, y las hubo, fue la nominación de Lucasz Zal & Ryszard Lenczewski, premiados en los EFA hace apenas un mes, por su trabajo en la fotografía de Ida, también nominada como Película de Habla No Inglesa. El mérito de la designación es mayúsculo, pues es una película rodada en blanco y negro –aunque esto probablemente le haya venido bien–, centrada en un convento, situada muchos años y cien por cien polaca. Zal & Lenczewski se suman así a una corta pero muy interesante lista de directores de fotografía (ninguna mujer, lamentablemente) que han visto reconocida o recompensada su labor por la Academia.
La razón de ser de este escrito es destacar a este selecto grupo de triunfadores, cuyo trabajo demuestra el poder univesal de la fotografía, y hace que tenga sentido que se les nomine, porque a la hora de valorar ese tipo de arte, no hay que tener en cuenta lenguaje, país de origen o presupuesto de los medios. La presencia de esta pareja de polacos junto a nombres como Dick Pope (por Mr. Turner), Roger Deakins (por Invencible), Emmanuel Lubezki (por Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia) y Robert Yeoman (por El gran hotel Budapest) prueba esto. Con su nominación, que no va a pasar de eso, Zal & Lenczewski suman veintiún cinematógrafos extranjeros o candidatos por películas no angloparlantes o no mayoritariamente angloparlantes a los Oscars en sus casi nueve décadas de existencia. Una lista con cinco premiados y donde curiosamente se dan varias veces los nombres de gente que está repitiendo con los mismos directores. A saber, Bruno Delbonnel por sus películas con Jean-Pierre Jeunet (Largo domingo de noviazgo y Amelie); y Sven Kykvist por sus colaboraciones con Ingmar Bergman en Fanny y Alexander y Gritos y susurros (imagen cabecera), por las que de hecho fue galardonado y con diez años exactos de diferencia.
Largo domingo de noviazgo (Un long dimanche de fiançailles, Jean-Pierre Jeunet, Francia, 2004) |
Al hacer el repaso se puede encontrar más de una sorpresa, como que no fuera hasta 1973 que una película de estas características viera celebrada su fotografía. Ni el Neorrealismo italiano ni movimientos como la Nouvelle vague o el auge del cine japonés estuvieron presentes en esas categorías. La primera película es la ya nombrada Gritos y susurros, que además ganó, en lo que podría parecer la creación de un sólido precedente. Pero no. Pasarían nueve años hasta que otra cinta fue alabada por los académicos en este apartado, y con huecos así se han ido dando las menciones y premios hasta llegar a 2014. Huecos de ocho, seis y cinco años y una presencia más o menos estable desde la entrada en el siglo XXI. 2006, 2009, 2011 y 2013 limitaron las opciones a películas habladas en inglés, y desde el triunfo de Guillermo Navarro con El laberinto del fauno en 2007 no gana una cinta foránea.
Visto por continentes, Europa tiene una amplia ventaja. Polonia, Francia, Austria, Italia, Suecia y Alemania han tenido motivo de celebración. De Asia han sido destacados trabajos de China, Japón, Hong Kong y Taiwán. América del Sur solo tiene en Brasil y México (de producción, porque El laberinto del Fauno es medularmente española) cinematógrafos señalados en los Oscar. De África todavía no ha habido ninguna mención. Tiempo al tiempo. Y, como suele pasar en estos casos, hay casos curiosos. La nominación de la película muda The artist, francesa de producción pero indudablemente hollywoodiense en inspiración e intenciones, y con cartelería y diálogos en inglés. O la oscarizada co-producción de China, Italia, Reino Unido y Francia El último emperador, en la que se habla inglés, mandarín, japonés y ruso.
Ida (Pawel Pawlikowski, Polonia, 2013) |
La edición número 87 de los Oscars tendrá lugar en apenas un mes, e Ida tiene dos posibilidades de galardón. La categoría en la que tiene serias posibilidades es la de Mejor Película de Habla No Inglesa. Que la pericia de Lucasz Zal & Ryszard Lenczewski haya llegado a los premios del cine más importantes es testimonio del talento de los equipos técnicos de todo el mundo. Ojalá este repaso ayude a dejar claro que siempre ha estado ahí ese talento, a pesar de las dificultades de muchas de esas industrias. El hecho de que desde 1927 solo se haya destacado una veintena de nombres es una pena, pero la cada vez mayor frecuencia de este tipo de propuestas hace pensar en un mayor aperturismo. Que así sea.
■ Lucasz Zal & Ryszard Lenczewski por Ida – Edición de 2015
■ Philippe Le Sourd por The grandmaster – Edición de 2014
■ Guillaume Schiffman por The artist – Edición de 2012
■ Christian Berger por La cinta blanca – Edición de 2010
■ Janusz Kaminski por La escafandra y la mariposa – Edición de 2008
■ Guillermo Navarro por El laberinto del Fauno – Edición de 2007 ✪
■ Xiaoding Zhao por La casa de las dagas voladoras – Edición de 2005
■ Bruno Delbonnel por Largo domingo de noviazgo – Edición de 2004
■ César Charlone por Ciudad de Dios – Edición de 2003
■ Bruno Delbonnel por Amelie – Edición de 2002
■ Peter Pau por Tigre y dragón – Edición de 2001 ✪
■ Lajos Koltai por Malena – Edición de 2001
■ Yue Lü por La joya de Shanghai – Edición de 1996
■ Piotr Sobocinski por Tres colores: Rojo – Edición de 1995
■ Changwei Gu por Adiós a mi concubina – Edición de 1994
■ Vittorio Storaro por El último emperador – Edición de 1988 ✪
■ Takao Saitô & Shôji Ueda & Asakazu Nakai por Ran – Edición de 1986
■ Sven Kykvist por Fanny y Alexander – Edición de 1984 ✪
■ Jost Vacano por Das boot. El submarino – Edición de 1983
■ Sven Kykvist por Gritos y susurros – Edición de 1974 ✪
✪ Premiadas
Adrián González Viña
Redacción Sevilla