Cicatrices en el alma
crítica a Cake (Daniel Barnz, Estados Unidos, 2014) / ★★★
La pérdida de un ser querido es uno de los tragos más difíciles por los que puede pasar un ser humano y, en el caso de unos padres, sobrevivir a un hijo supone un duro mazazo del que difícilmente se pueden sobreponer. El cine nos ha mostrado este tipo de tragedia a través de demoledores dramas como la laureada La habitación del hijo (Nanni Moretti, 2001) o Rabbit Hole (John Cameron Mitchell, 2010), con una sobresaliente Nicole Kidman interpretando a una madre devastada por la muerte de su hijo de cuatro años en un accidente de tráfico. Cake (2014), el nuevo trabajo de Daniel Barnz –Phoebe in Wonderland (2008), No nos moverán (2012)– se mueve dentro de ese estilo de drama humano y honesto, mostrando de manera descarnada y dolorosa las duras secuelas físicas y psicológicas que arrastra su protagonista a raíz de otro fatal accidente. Físicas porque su cuerpo ha quedado marcado por terribles cicatrices y tendrá que vivir con unos insoportables dolores crónicos que dificultan su movilidad. Luego están las heridas más difíciles de sobrellevar, las del alma, causadas por la incapacidad de asumir la pérdida de su pequeño hijo en aquel siniestro y dejar de atormentarse por un sentimiento de culpa que le anula cualquier posibilidad de volver a ser feliz.
A Jennifer Aniston le está costando lo suyo quitarse el sambenito de ser la Rachel de Friends, algo, por otra parte, normal si tenemos en cuenta que durante diez temporadas fue la serie favorita de medio mundo. Sin embargo, a base de constancia, está consiguiendo desmarcarse de su imagen de reina de la comedia, logrando despuntar en un registro bastante más tridimensional del habitual en la notable The Good Girl (Miguel Arteta, 2002), donde ya se atisbaba un oculto talento para el drama que en Cake queda totalmente confirmado. Se sabe cuándo una actuación va mucho más allá de lo solvente cuando, tras ver la película, ya no te imaginas a ningún otro intérprete en la piel de ese personaje y eso es lo que sucede con Aniston en el papel de Claire. La actriz realiza un complicado trabajo de contención en un registro, además, muy antipático y alejado de lo que nos tuvo acostumbrados hasta el momento. Una mujer recientemente separada de su esposo, sumergida en una profunda depresión y adicta a las pastillas, enfadada con el mundo, capaz de manipular a las personas que le rodean y se preocupan por ella con tal de obtener lo que se propone, pero, a la vez, necesitada de afecto y calor humano durante las largas noches en las que, postrada en su cama, se retuerce de dolor. Convenientemente afeada –en una estrategia que recuerda descaradamente a la orquestada para que Charlize Theron se llevara su Óscar por Monster (Patty Jenkins, 2003)–, Aniston no se aleja del todo del género que mejor maneja, ya que la actitud sarcástica de su personaje y los incisivos diálogos del guión de Patrick Tobin acercan al filme a la comedia negra, especialmente en los chocantes momentos en los que aparece Anna Kendrick, metida en la piel de una compañera de terapia de Claire que, en sus mismas circunstancias, terminó quitándose la vida y ahora se le aparece en los momentos y lugares más insospechados. Estas gotas de realismo mágico se agradecen bastante, ya que rompen el tono gris y apático de la función, ofreciendo los diálogos más irreverentes y divertidos. Pese a que Cake es, claramente, un filme montado exclusivamente para lucimiento de su estrella –con momentos tan desgarradores como cuando Claire se despoja violentamente del maquillaje de su rostro o su encuentro con el personaje de William H.Macy–, sería injusto no mencionar los trabajos de un correcto Sam Worthington que, pese a no ver demasiado explotada su trama amorosa con la protagonista, al fin, parece dar las primeras señales de saber actuar más allá de los papeles de acción, y, sobre todo, de una maravillosa Adriana Barraza en el papel de la fiel y abnegada sirvienta de Claire, profundamente involucrada en ayudarla a salir adelante. Una suerte de Pepito Grillo que actúa como voz de la conciencia de su jefa y único personaje totalmente lúcido del relato. La actriz mexicana, nominada al Óscar como secundaria por su inolvidable papel de Amelia en Babel (Alejandro González Iñárritu, 2006), se revela como un perfecto contrapunto luminoso a la tristeza que irradia Claire, convirtiéndose en el corazón de la película, con más hechuras de coprotagonista que de secundaria.
Más allá del impecable rendimiento actoral de todo el casting, Cake es un más que interesante drama de corte independiente que ofrece un certero retrato de lo que es la soledad y el sentimiento de pérdida, sin caer en excesos melodramáticos en ningún momento. De hecho, a pesar de que la sombra del suicidio planea constantemente sobre los protagonistas, hay en la historia una puerta abierta a la esperanza que hace que no tengamos esa sensación de que nos estén intentando vender la moto de la lágrima fácil tan habitual cuando hablamos de películas que tocan temas de enfermedades. Esta sobriedad y economía de sentimentalismos es, a su vez, un arma de doble filo, ya que, a ratos, da la sensación de encontrarnos ante una cinta de poco calado emotivo, que marca cierta distancia con el espectador. Una frialdad que, a la hora de la verdad, hace que el filme no conecte al cien por cien con la fibra sensible del público al que va dirigido. Este déficit de emoción, achacable a la aséptica y demasiada plana labor del director, solo se ve compensado con el esforzado trabajo de Aniston. Su nominación al Globo de Oro y a otros premios importantes de la temporada la hicieron soñar con una no tan imposible nominación al Óscar. Finalmente, nada pudo hacer ante cinco bestias pardas como Julianne Moore, Rosamund Pike, Marion Cotillard, Reese Witherspoon y Felicity Jones, quedando fuera de competición. A pesar de todo, Cake supone todo un triunfo artístico para la ex de Brad Pitt que, de seguir insistiendo en papeles tan complejos como el que desempeña aquí, podría tener una estatuilla dorada entre sus manos en un futuro no demasiado lejano. | ★★★★★ |
José Antonio Martín
Redacción Las Palmas de Gran Canaria
Ficha técnica
Estados Unidos. 2014. Título original: Cake. Director: Daniel Barnz. Guión: Patrick Tobin. Productora: Cinelou Films / We're Not Brothers Productions. Fotografía: Rachel Morrison. Música: Christophe Beck. Montaje: Kristina Boden, Michelle Harrison. Intérpretes: Jennifer Aniston, Adriana Barraza, Sam Worthington, Anna Kendrick, Chris Messina, Felicity Huffman, Mamie Gummer, William H. Macy, Lucy Punch, Manuel Garcia-Rulfo.