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crítica a Show Stoppers (4x12) | American Horror Story: Freak Show / ★★
FX | EE.UU, 2015. Director: Loni Peristere. Guión: Jessica Sharzer. Creadores: Ryan Murphy & Brad Falchuk. Reparto: Sarah Paulson, Evan Peters, Denis O´Hare, Emma Roberts, Finn Wittrock, Angela Bassett, Kathy Bates, Jessica Lange, Chrissy Metz, Neil Patrick Harris, Jamie Brewer, Angela Sarafyan, Shauna Rappold, Danny Huston, Celia Weston, Grace Gummer, John Cromwell, Erika Ervin, Mat Fraser, Rose Siggins. Fotografía: Michael Goi. Música: Mac Quayle.
Desde siempre, uno de los elementos más disfrutables de la franquicia American horror story ha sido la avalancha de referencias cinematográficas y más o menos populares –visuales y textuales– que ayudaban a componer los episodios. La gracia era que la mayoría no se explicitaban, que se proponía un juego al espectador para identificar las que veía. Otras veces, sin embargo, quizá la referencia era tan evidente que era mejor decirlo en el guión, y así evitar acusaciones de plagio. Cuando se supo el argumento de Freak show, todos nos imaginamos que la extraordinaria La parada de los monstruos (Freaks, Tod Browning, 1931) sería una de las películas de referencia obligada para los respondables. Pues bien, en este episodio, el penúltimo de la serie, se ha hecho alusión directa a la impactante cinta porque se iba a recrear una de sus escenas climáticas bajo la lluvia, sustituyendo el género del personaje acorralado. Aquí es Stanley, cuya coartada se ha destapado y que debe responder a sus maldades con la justicia de los monstruos. Aunque no le pase lo que esperamos que le pasa en realidad. Ahí sí que nos ha cogido por sorpresa el episodio. Y en otra cosa, la horripilanre muerte de Maggie a manos de Chester, que la corta por la mitad practicando un truco de magia y en pleno ataque de locura. Chester no está cortando a Maggie en su mente, sino a su mujer Lucy, a la amante de ésta Angela y hasta a Marjorie. La momentánea felicidad que el mago vive por su relación con las siamesas dispara su mente a un nuevo nivel de psicosis, y es la ayudante de Stanley la que paga las consecuencias.
Es un momento brutal, que deja al espectador impotente y le crea un conflicto. ¿Lo merecía?, como apunta Desiree sin pensarlo un segundo. Ayudó bastante a su compañero, pero su confesión, resultado de la culpa, permitió a Elsa y su gente vengarse con placer del hombre. A eso se dedica muchas veces la serie, a humanizar villanos que acaban muriendo y, con suerte, desatando un debate sobre si merecía ese destino o no. Para más inri, Maggie se presentó voluntaria para hacer el truco con Chester, en un intento de acercarse más a los trabajadores del espectáculo y empezar a ganarse de nuevo el amor de Jimmy, recordemos mutilado y a salvo de los policías. La lógica ha abandonado Freak show ya por completo, hasta el punto de que cada escena conduce a una nueva inconsistencia que despierta preguntas airadas en el público. Tantas, que parece imposible que los responsables de la serie no lo sepan. Así que la conclusión más razonable es que los guionistas nos están pidiendo que les sígamos la corriente, que aparquemos el sentido común y obviemos las incongruencias porque queda poco para que acabe el show. Que disfrutemos del desbarre, con su estupendo diseño de producción, fotografía e interpretaciones. El abajo firmante no puede hacer eso. Show stoppers es un disparate de los malos, de precioso envoltorio y voluntad de entretener pero un desastre que hace aguas.
Elsa se va sin que nadie se entere; Penny aparece y desaperece a voluntad; las personas mueren y nadie se preocupa por ellos; nadie detiene a Chester tras matar a Maggie; todos aceptan a Dandy como nuevo jefe porque sí; Massimo no puede amar a nadie más excepto a Elsa... una ristra de despropósitos. Como detalle impagable queda, eso sí, el nuevo cruce entre las tramas de Freak show y Asylum, ésta vez al recuperar al personaje de Hans Gruper, que más tarde huiría a Estados Unidos bajo el nombre de Arthur Arden. John Cromwell, hijo del ganador del Emmy por Asylum James Cromwell, da vida de nuevo al personaje de su padre en un flashback de los años 30 donde se descubre que el médico estaba detrás de las películas snuff donde mujeres eran mutiladas. Elsa perdió así sus piernas, y ahora Jimmy va a tener unas perfectas manos prostéticas gracias al talento de Massimo. Su plano final es conmovedor.
En el próximo capítulo, la despedida de Freak show, hay mucho que resolver. Dandy como dueño todopoderoso del espectáculo promete ser aterrador, así como la confesión de Chester tras destrozar a Marjorie, harto de sus reproches. Además, la anunciada intervención de David Burtka, el regreso de Twisty y Edward Mordrake del que habló Ryan Murphy unas semanas y la idea de que, en 1958, Elsa será una gran estrella de televisión. Con eso en mente, y sabiendo que los finales de temporada de American horror story suelen dar saltos temporales para atar los cabos, uno puede esperar en el mejor de los casos una resolución adecuada para los personajes. Ahora a esperar y confiar. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
Redacción Sevilla