Magia demente
crítica a Magical Thinking (4x11) | American Horror Story: Freak Show / ★★★.
FX | EE.UU, 2015. Director: Michael Goi. Guión: Jennifer Salt. Creadores: Ryan Murphy & Brad Falchuk. Reparto: Sarah Paulson, Evan Peters, Michael Chiklis, Denis O´Hare, Emma Roberts, Finn Wittrock, Angela Bassett, Jessica Lange, Chrissy Metz, Neil Patrick Harris, Jamie Brewer, Angela Sarafyan, Erika Ervin, Mat Fraser, Rose Siggins. Música: Mac Quayle.
Uno de los problemas que a veces se presenta en American horror story deviene de la buena mano de su co-creador Ryan Murphy a la hora de promocionar la serie y su forma de implicarse directamente con los fans a través de las redes sociales. Es un problema porque a veces el hombre hace promesas para conseguir titulares y retweets y después, evidentemente, debe cumplirlas. Aunque no lo hace siempre. Javier Bardem, Anne Hathaway o Bette Midler fueron nombres que salieron de su boca como posibles estrellas invitadas en Glee (2009-2015), algo que nunca acabó sucediendo. En el panel del Paley Center sobre Coven hecho en verano, Murphy y el otro creador Brad Falchuk aprovecharon la ocasión para dar algunos detalles sobre lo que sería Freak show, además de presentar el fichaje de Michael Chiklis y hacer algunas promesas. Por ejemplo, Murphy alabó tanto el reparto femenino de Coven que se comprometió a sacar a todas las actrices presentes en el panel en Freak show, en un momento en que sólo se sabía con seguridad que Jessica Lange, Kathy Bates y Angela Bassett iban a repetir, y que Sarah Paulson probablemente también. Después se supo que Emma Roberts y Frances Conroy serían fijas en la temporada, y solo faltaba saber en calidad de qué aparecerían Gabourey Sidibe y Jamie Brewer. Recién estrenada la cuarta temporada, Neil Patrick Harris pidió a través de Twitter un papel en la serie al creador, otra cosa a la que éste se comprometió. Pues bien, Harris y Brewer han hecho su aparición de forma bastante forzada en Magical thinking, episodio que sigue espesando la mezcla argumental de la serie y eliminando personajes con apenas dos capítulos hasta su fin, y que confirma la ausencia de un plan estable y conciso detrás de la temporada. Tras el prometedor inicio, ya solo queda un desbarre cada vez mayor. Eso sí, técnicamente impecable y preciosamente fotografiado.
Y no es que Neil Patrick Harris no esté muy bien en su encarnación de Chester ni que la sorprendente intervención de Jamie Brewer no sea una delicia bizarra para la audiencia, pero es que sacudir así la trama tan cerca del final para satisfacer un elemento externo a la narrativa hace un flaco favor a la historia, ya de por sí débil. Chester es un vendedor ambulante que llega al espectáculo con la idea de tratar de vender unos camaleones y tres escenas después ha comprado el circo a Elsa por 1.000 dólares. Por supuesto, tiene una muy malsana relación con su muñeca de ventriloquismo, Marjorie. Es otro demente más para una larga galería de monstruos de toda condición, y a través de estilosos flashbacks –marca de la casa de la franquicia– sabremos exactamente qué trauma tiene en su pasado. También es, convenientemente, la persona elegida por Bette y Dot para perder la virginidad, en un momento donde las siamesas deciden rendirse al placer por el placer que los miembros del espectáculo se profesan, como ya vimos en la orgía recogida en vídeo en el arranque de temporada. Adiós a su diario y hola a su despertar carnal. Con la escena de sexo entre el mago y las siamesas, FX demuestra una vez más que el basic cable puede llegar lejísimos.
El resto del episodio se dedica a avanzar con torpeza entre las tramas restantes. Se revela que, efectivamente, eran las manos de Jimmy lo que vimos en el museo. Stanley le convence para cortárselas y usar el dinero que pueden sacar por ellas para contratar el mejor abogado posible. Da mucha pena ver al chico en tal estado, y tiene una conversación con su padre donde Dell podrá al fin confesar las razones definitivas de su abandono. Desde hace tiempo los diálogos y giros de la historia son tan rutinarios, predecibles y mecánicos que solo la labor del reparto es capaz de salvar el asunto. Evan Peters, Denis O´Hare o Michael Chiklis están espléndidos, y la apuesta estilística de hacer conversar a los dos primeros con planos directos a la cámara es un acierto. El capítulo supone el debut en la dirección de la serie de alguien fundamental en su intrahistoria: Michael Goi, el director de fotografía más habitual de American horror story. El director de fotografía de una serie, normalmente el mismo o parte de un grupo recurrente, es el que establece las reglas en una producción en constante movimiento. Así que tiene sentido que Goi haya acabado dirigiendo un episodio, aunque sea éste de los más dispersos. Eso sí, rueda los trucos de magia con pericia y crea un suspense clásico pero efectivo con las inquietantes apariciones de Marjorie/Brewer.
Tras tres semanas de ausencia, la serie no ha vuelto por todo lo alto, sino que prosigue cansada lo poco que le queda de andadura. Dandy sigue con la policía en el bolsillo y enamorado de Bette, Elsa planea su ida a Hollywood y Maggie y Desiree regresan de su viaje con noticias que cambiarán la vida de los trabajadores del espectáculo para siempre. Cuando llega el final del episodio y está clara la locura de Chester y la verdadera cara de Stanley, un disparo mortal termina de encarrilar la trama en una clara dirección: venganza. Y muerte, que no paren las muertes. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
redacción Sevilla