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    Cine Alemán Siglo XXI

    Entrevista | Claire Burger

    Claire Burger

    El pasado viernes llegó a la cartelera española una de las grandes sensaciones del cine francés este 2014: Mil noches, una boda (Party Girl). Cámara de Oro de Cannes, Sección Oficial en Gijón y excelentes críticas en un dilatado camino internacional que descubre tres talentos en potencia. Hablamos en Madrid con una de sus co-autoras, Claire Burger, cálida y agradable como su cine.


    En primer lugar, enhorabuena por tu película. La pude ver en Cannes, en Una cierta mirada. Lo primero que quiero preguntarte es cómo fue estrenarte allí.

    Fue una experiencia increíble realmente. Esperábamos que iban a seleccionarnos porque en Francia, cuando haces una película de autor, saber si vas a estar en Cannes o no, es algo muy importante. Esperábamos estar en Cannes pero no esperábamos estar inaugurando esa sección tan importante, Una cierta mirada, y ganar la Cámara de Oro. Luego, ¿Cannes es un sitio bastante especial, completamente falso, no? (risas) No es la vida real. Es una experiencia muy intensa, muy cansada. Creo que dormimos poquísimo, pero al mismo tiempo fue extraordinario, porque eso se vive una vez en la vida.

    Para mi también fue agotadora pero muy enriquecedora. Según he podido leer, inspiraste tu personaje en la madre real de Samuel Theis. ¿Cuánto hay de real respecto al personaje?

    34,7% (risas). Es muy difícil decir qué es cierto y qué no es cierto porque todo estaba escrito, todo está puesto en escena, todo está interpretado por los actores, pero luego se inspira en la vida de Angélique y en su personalidad. Trabajó realmente en un cabaret, tiene cuatro hijos, uno de ellos no se crió con ella, se casó varias veces en la vida real, y una vez con uno de sus clientes. Pero todas esas cosas han sido puestas en escena para tratar de hacer entender su vida y su itinerario y las consecuencias que tuvieron sus decisiones en su vida de familia. Quizá la única cosa que es cierta y que no se puede poner en escena son las emociones que Angélique siente por sus hijos y que sus hijos sienten por ella, que abordamos en la película y que tratamos de captar y que salgan a flote. Esos sentimientos son reales.

    Ella interpreta con mucha naturalidad. Se nota que el personaje es suyo.

    Es alguien que es muy espontánea y auténtica en la vida y la idea era tratar de conservar eso. Por eso teníamos técnicas para que la cámara no fuera demasiado impresionante, para que no molestara al equipo y para que Angélique, y también el resto de actores, pudieran conservar sus propias palabras y su propio lenguaje, pero respetando al mismo tiempo el guion y la historia que queríamos contar. Hemos elaborado todo un método para tratar de conservar esta autenticidad.

    Entonces, ¿el guion estaba totalmente cerrado desde el principio, o dejasteis una puerta abierta de cara a la improvisación por parte de los actores?

    El guion estaba muy escrito, pero desde el principio sabíamos que trabajaríamos con la improvisación. Es una improvisación muy controlada: la idea es ponerles en situación para que, con sus propias palabras, no un texto que se aprendan de memoria, expresen las cosas que hemos escrito. Es como dar reglas de juego a unos niños y pedirles que creen realmente sus personajes. Durante la improvisación los vamos orientando mucho para que al final la escena se parezca lo más posible a lo que hemos escrito, pero que mantenga y conserve su manera de hablar.

    Party Girl
    Creo que Angélique ya había trabajado antes en un cortometraje tuyo. ¿Qué tal ha sido para ella trabajar en un largo? ¿Se plantearía seguir haciendo cine?

    Creo que sobre todo, la diferencia entre el corto y el largo era que éste es mucho más cansado para ella. El corto lo rodamos en cuatro o cinco días y esto eran siete semanas de trabajo, y ella tiene sesenta años. Es un trabajo que exige mucha concentración y presencia, es muy agotador. Imagino que le encantaría tener la posibilidad de trabajar en otras películas, pero nosotros estábamos obligados a prepararla psicológicamente de que seguramente, éste iba a ser el papel de su vida en todos los sentidos de la palabra. No estoy segura de que pudiera interpretar a una banquera o a una jueza. Tiene mucho talento como actriz pero, sobre todo, es porque vive en el presente, y si la pones en una situación puede creérsela y vivir en ese presente. Trabajar como una actriz profesional no creo que fuera posible.

    ¿Qué te hizo decantarte por contar una historia de ficción? ¿Te planteaste abrazar el documental?

    Nunca nos planteamos hacer documental. Habíamos hecho varios cortometrajes que tenían el mismo principio y el mismo concepto, con actores no profesionales e historias inspiradas en sus vidas o al menos en sus personalidades. Nos interesa mucho trabajar muy cerca de lo real pero asumir la idea de que es ficción, y que es una mirada que aportamos a ellos, no la verdad. Es una mirada que aportamos, pero como una forma de ultrarrealismo.

    Cambiando de tema, me interesa porque estoy haciendo un proyecto con un amigo. ¿Cómo lleváis la co-dirección? ¿Cómo habéis hecho para unificar y que no entrasen en conflicto las visiones de cada uno?

    El hecho de ser tres y no dos, en cierto modo, es más fácil que ser dos. También he codirigido en otras ocasiones con otra persona, sólo dos, y hay más posibilidades de enfrentamiento. Con tres es algo más un debate, y puede llegar incluso al principio de la democracia. Lo más importante es tener mucha confianza y estar seguros de querer hacer la misma película. Hay que hablar mucho antes sobre los puntos que queremos contar, lo que queremos hacer artísticamente, porque cuanto más de acuerdo estemos antes de empezar, más fácil será trabajar después. Puedo decirte por experiencia que la co-dirección o la tri-dirección no es sólo cosa nuestra, lo hacen muchos amigos míos también, pero plantea muchos problemas; no para la película, porque cuantas más mentes pensantes habrá un mejor resultado, pero humanamente es muy difícil, para el ego y porque es difícil pensar y actuar rápidamente de una manera instintiva siendo varios, y con tantas voces en la película.

    ¿Notas si alguna de las partes lleva la voz cantante?

    Depende. Puede ocurrir, hay veces que sí y hay co-direcciones donde un director necesita acompañamiento pero lleva realmente el proyecto, pero existe la posibilidad y es nuestro caso, porque las tres tenemos el mismo ego, de que haya colaboraciones igualitarias, al mismo nivel. Eso hay que organizarlo y pensarlo todo antes: el reparto de tareas, y cómo querremos hablar de ello después, porque es un oficio en el que estás muy expuesto, y la mirada sobre quién ha dicho qué es complicado. También podemos decidir hacer todos juntos y tomar juntos todas las decisiones, pero hay que asumir el hecho de que se tarda mucho. Nosotros decidimos eso, que en todas las etapas seríamos todos responsables, que tendríamos la misma autoridad y estaríamos al mismo nivel. A pesar de todo es difícil. Todo el mundo te pregunta ¿quién ha tenido esta idea?, ¿quién tiene talento de entre todos?.

    Marie Amachoukeli-Barsacq, Claire Burger, Samuel Theis

    Una de las cosas que más me han gustado de la película es la relación entre Angélique y el marido porque se nota que hay un rechazo real. No sé si el actor era profesional o no...

    No es profesional, como todos los actores de la película, salvo Samuel, aunque no interpreta su propio papel. Los únicos que hacen de sí mismos son Angélique y sus hijos. Las chicas del cabaret y todos los papeles secundarios son papeles de composición. El personaje de Michelle es un hombre que tuvimos mucha suerte de encontrar porque tiene mucho talento como actor. ¡Lo encontramos en un bar! Y es un papel que trabajamos mucho, porque en la vida Angélique se casó con un hombre con el que estuvo dos años que conocimos y que odiábamos. Era horrible e inmediatamente nos dimos cuenta de que para el guión no era interesante. Quizá es el personaje que hemos tenido que escribir más y esta relación ha habido que pensarla y reflexionarla mucho porque no existía antes en la realidad y queríamos podernos identificar con Michell, quererlo y sentir afección por él, encontrando la manera al mismo tiempo de decir que para Angélique no era posible ese tipo de vida. Tenía que ser afectuoso pero no lo suficiente para que tuviésemos ganas de amarlo. Eso fue escribir las escenas, y también el actor. Tenía que ser tierno y generoso y desprender algo, pero desde la visión de Angélique que pensásemos que no iba a ser feliz con él.

    ¿Tuviste algunas referencias en la preparación del proyecto, algún director o película en mente? En Cannes hubo algunos miembros que nombraron mucho a Gloria...

    Gloria nos interesaba, pero hemos tenido muchas referencias. Mamma Roma, para el personaje femenino, el trabajo de Cassavetes titulado Una mujer bajo influencia (para el personaje femenino y la manera de trabajar), para el vestuario y la manera de estilizar a la clase popular pensamos mucho en Harmony Korine; para la luz, la imagen y la armonía en Andrea Arnold. También La boca del lobo, una película documental italiana que nos inspiró para el final, una película coreana titulada Monster que nos inspiró para el principio y para el final...Hemos tenido muchas inspiraciones, esencialmente para darnos valor y para pensar que este proyecto era singular y que no se parecía a nada. Otras personas habían explorado este tipo de universo, de estética y de situación.

    ¿Qué proyectos tienes a partir de ahora en solitario?

    Llevamos años trabajando juntos y somos muy amigos, pero para tratar de recuperar nuestra relación personal y que no sea solo profesional, hemos decidido, por lo menos de momento, irnos cada uno por nuestra cuenta y seguir con nuestros oficios y nuestra carrera. Todos tenemos trabajos distintos y proyectos distintos.

    Yo creo que también cada uno debe encontrar su propia voz

    Sí, pero hay que recuperarla más que encontrarla. Samuel es actor, hacía dirección de teatro; Marié trabaja como guionista con muchos directores y yo tengo formación de montadora, pero de momento sólo hago de dirección, con otras personas además de con ellos. El hecho de trabajar juntos desde hace tanto tiempo nos ha dado confianza para reflexionar sobre la validez de propias ideas. Ahora tenemos que recuperar la confianza y saber lo que queremos hacer cada uno de nosotros. Estamos seguros de que no tenemos que volver a trabajar juntos inmediatamente y al mismo tiempo, cuando hablamos estamos un poco perdidos porque tenemos el reflejo de debatirlo todo y ahora tenemos que debatir con nosotros mismos.

    Party Girl

    ¿Tienes proyectos inminentes?

    Estoy empezando a escribir un nuevo largo, pero sólo el principio. Cómo aún tengo que ir promocionando esta película es muy difícil centrarme en esta nueva idea, pero creo que empiezo a tener algo entre las manos. Es muy pronto para hablar de ello.

    ¿Será muy distinta?

    Es distinta. Tampoco quiero hacer películas de superhéroes, ni trabajar con grandes estrellas del cine francés. Probablemente sea una película realista e intimista, probablemente con actores no profesionales.

    Cuando hablo con estos directores europeos, me gusta preguntarles si les llegan proyectos de Inglaterra o Estados Unidos porque son países que, cada vez más, adoptan a gente de aquí

    Es verdad, sobre todo para los países que no son Francia, porque en Francia tenemos un cine probablemente muy singular y las películas de autor francesas no podrían hacerse en ninguna otra parte y seguramente en Estados Unidos menos que en ningún otro sitio. Por tanto, gente como nosotros no tenemos tantas ofertas o propuestas. Nos han contactado algunas productoras de Nueva York ya cuando empezamos a hacer los cortos. A priori, no tiene ningún sentido, porque en Francia tenemos todas las herramientas necesarias para producir este tipo de películas, y sería más dificil producirlas en Estados Unidos.

    Claro, pero van buscando a lo mejor convertirte en un director europeo afincado en Estados Unidos y adoptar esa visión, ¿no?

    Sí y no. Creo que de momento el mercado americano le interesa más a personas que pueden hacer películas de género o ganar dinero.

    Ya para terminar, viendo tu película me he acordado mucho de un director y una película que se han hecho aquí. El director se llama Paco León y también ha utilizado a su madre como base para contar su historia.

    Creo que se ha hecho varias veces sí. Incluso Cassavetes también hizo que actuase su madre. Este tipo de películas las hemos hecho varias veces en cortos: contar la vida de alguien para tratar de contar algo sobre una región o una clase social. El hecho de que su madre interprete su propio papel compete más a Samuel, pero no pusimos en la película que estuviese inspirada en la vida real de Angelique. Cuando la ves, no tienes porqué saber si son sus hijos reales o no, y la historia tiene que funcionar sin saberlo. Por ejemplo, en Cannes el jurado de la Cámara de Oro no sabía que estaban interpretando sus propios papeles ni que Samuel era el hijo de Angelique. Ni siquiera tienen el mismo apellido. Pero a partir de la promoción de la película esta idea ha circulado y creo que es interesante y que fascina a la gente pero al mismo tiempo, si se basase únicamente en eso no funcionaría. Tiene que poder funcionar como una película completa, aunque los actores no sean profesionales o se conozcan entre ellos. Tiene que contar una historia, tienen que circular las emociones, tenemos que tener un objetivo.

    Te lo comento porque siempre me ha gustado mucho el cine que mezcla realidad y ficción y que incluso se plantea acercarse de tal forma que utiliza personajes reales para contar esa historia. Es algo fascinante.

    A nosotros también. Siempre nos ha encantado trabajar así. Pero cuanto más avanzamos, más me doy cuenta de que todas las películas se inspiran en la realidad, en la vida. El hecho de que la gente sea no profesional, que se interpreten a sí mismos o interpreten sus propias vidas está fuera de la película, no es la película, pero permite cosas. Por ejemplo, es como una gramática cinematográfica que juega con el ultrarrealismo y que el espectador percibe de una manera “que tiene que ser verdad”. Cualquier cineasta tiene que encontrar la manera de que el espectador crea en su historia, aunque sea onírico, aunque sea una película con marionetas. Tiene que encontrar el medio de proponer algo en lo que pueda creer. En nuestro caso utilizamos toda una serie de artificios que dan una sensación de realidad, pero es una idea de la realidad, no la realidad. No es una cámara de vigilancia, y no estamos robando imágenes de cosas que están sucediendo delante de nosotros: Todo está puesto en escena y el hecho de trabajar con actores no profesionales por su espontaneidad o inspirarse en la vida de la gente para tener una densidad en los personajes es una herramienta como el hecho de rodar con la cámara al hombro, tener luz natural o usar primeros planos: Es un lenguaje para dar una sensación y para sacar al espectador de lo que está acostumbrado a ver: gente muy guapa y famosa en situaciones que lo hacen soñar. La idea es llevarlo a otra parte, a algo que le trastorne. Como todos los cineastas, la idea es que el espectador crea en ese universo, le sorprenda y vea algo original.


    entrevista| Gonzalo Hernández.
    transcripción: Andrea Núñez-Torrón Stock.
    lugar| Hotel Petit Palace de Madrid.



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