Emociones habladas
crítica a Tupperware Party Massacre (4x09) | American Horror Story: Freak Show.
FX | EE.UU, 2014. Director: Loni Peristere. Guión: Brad Falchuk. Creadores: Ryan Murphy & Brad Falchuk. Reparto: Sarah Paulson, Evan Peters, Michael Chiklis, Frances Conroy, Denis O´Hare, Emma Roberts, Finn Wittrock, Angela Bassett, Kathy Bates, Jessica Lange, Naomi Grossman, Gabourey Sidibe, Chrissy Metz, Malcolm-Jamal Warner, Jyoti Amge, Erika Ervin, Mat Fraser, Rose Siggins. Fotografía: Michael Goi. Música: Mac Quayle.
Este extraño episodio, ante el cual el primer impulso puede ser calificarlo de flojo, de lioso o de mal escrito, puede a la vez ser una de las entregas más estimulantes que la franquicia American horror story ha dado en sus más de tres años de vida. Escrito por el co-creador Brad Falchuk, la narración se concentra principalmente en los diálogos, a veces hasta en forma de intensos monólogos donde los personajes lidian con su torturada psique. Desde el comienzo de la temporada, el abajo firmante ha pensado que la intención de los guionistas, la tesis de la temporada, era hablar de la Otredad y su rechazo. Pero pasan los capítulos y ese leitmotiv pierde fuerza, hasta el punto de que toca plantearse si esa era realmente la idea detrás de este espectáculo de rarezas en la Florida de 1952. Con nueve capítulos vistos, quizá la tesis sea la locura que puede producir la insatisfacción personal, el no poder vivir lo que uno quiere como quiere. Todos los personajes viven frustrados porque lo que más desean se les escapa, porque parecen incapaces de lograrlo. Y Falchuk aprovecha estos 43 minutos de metraje para recapitular y verbalizar varias de las obsesiones de los protagonistas. Sobran algunas repeticiones, pero el talento del superlativo reparto hace que los momentos conjuren una especie de magia que hipnotiza. En este episodio en concreto, Finn Wittrock está espléndido en la demente seguridad en sí mismo de Dandy, desde la secuencia de arranque con Maggie hasta las charlas con Regina y el policía. La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood parece estar de acuerdo también, ya que Jessica Lange y Kathy Bates han recibido sendas nominaciones a los Globos de Oro por su trabajo en Freak show.
Hablando de Bates, el asesinato de su personaje en el último capítulo sembraba la duda de si la actriz desaparecería del resto de la temporada, pero Tupperware party massacre resuelve la incógnita al usar a Ethel como espíritu atrapado en la frágil mente de Jimmy y Dell, ya que ambos la ven en momentos de derrumbe máximo. El hijo de la Mujer Barbuda está ahogando sus penas botella tras botella, además de redirigiendo sus afectos de la forma más malsana. Ima representa tanto una opción fácil de complacer como una suerte de figura maternal, con ese abrazo cálido que le hace sentir reconfortado. La aparición de Ethel para Dell no es la única para el Hombre Forzudo, ya que mientras firma una nota de suicidio por no poder vivir con su homosexualidad reprimida ni un segundo más, Ma Petite aparece como un destello ante sus ebrios ojos. Todo el segmento de la caravana del hombre, desde sus intentos de empezar a escribir la nota hasta que Desiree corta la soga, es muy intenso. Freak show sigue yendo más lejos cada semana en su interés por representar estados de malestar, aquí conseguido con el cambio de perspectiva de Dell mientras se ahorca (vemos su forcejeo con la soga tanto desde sus ojos como desde fuera, y es muy agobiante).
Existen partes más rutinarias y olvidables en el capítulo, como los vaivenes sentimentales de Maggie y Jimmy o las eternas discusiones de Elsa y Stanley sobre los planes que van trazando a cada minuto, pero el metraje está puntuado de momentos tan curiosos que uno tiende a centrarse más en ellos. El drama de Bette y Dot llega a un punto máximo cuando Stanley les promete al esperado doctor que separó a los siameses Brodie, y mientras aguardan su llegada en un cobertizo, tendrán la conversación definitiva sobre la posibilidad de una vida por separado. Esperemos que la decisión tomada, tras una larga y llorosa confesión del alma de las mujeres, sea la definitiva. O estos guionistas van a empezar a mosquear a sus defensores más acérrimos. El poder de la palabra es lo que ha regulado esta entrega, que también destaca por ser capaz de seguir poniendo subtramas en funcionamiento cuando el fin de Freak show está tan cerca. La locura de Dandy, casi una iluminación divina de puro desbarre, le hace culpar a Jimmy de su desgracia por no tener a las siamesas a su lado, así que contrata a un policía para culpar al joven de una masacre en una de las reuniones de mujeres en las que Jimmy usaba sus manos de langosta para estimular el sexo femenino. El culpable es Dandy, pero como Regina aprende de la peor manera posible, el dinero lo compra todo. El chico ya no tiene límites, o eso parece al menos. Desenmascararlo como el nuevo asesino de Júpiter será una de las historias que cierren en círculo la cuarta entrega de American horror story. La otra inesperada subtrama involucra a Desiree, con la aparición de un pretendiente bajo el nombre de Angus T. Jefferson. La voluptuosa mujer de Dell tiene su ración de secretos, y amenaza seriamente a Maggie para que estos no salgan a la luz.
Respecto a temporadas pasadas, los productores están contratando a directores nuevos para encargarse de los episodios. Con la salida de Alfonso Gómez-Rejón como director/productor y el hecho de que el otro director/productor, Bradley Buecker, dirige también en Glee (2009-2015), Freak show ha contado con viejos amigos de la serie (Michael Uppendahl, Howard Deutch) pero también con gente como Anthony Hemingway y Loni Peristere, supervisor de efectos visuales de varias series de Joss Whedon y director de la segunda unidad de Drive (2007), miniserie que el guionista de American horror story Tim Minear co-creó. Peristere ha dirigido en Banshee (2013-) y ahora en Freak show, ambas series con alto componente de efectos visuales. La televisión americana funciona en ocasiones así, contratando gente con experiencia en una rama temática pensando en las aplicaciones prácticas. La semana que viene se emite el último episodio antes del parón navideño de rigor, y solo sabemos de él que viene con una gran sorpresa en forma de cameo y que probablemente acabará con un cliffhanger de categoría para rumiar en las semanas de ausencia. No se sabe si Freak show puede salvarse todavía, pero solo cabe esperar que lo que queda para llenar cuatro entregas más haga justicia a los mejores momentos de la temporada, los del principio. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
redacción Sevilla