Carta de amor de unos fans entregados
crítica a Mi vecino Miyazaki. Studio Ghibli. La animación japonesa que lo cambió todo (2014) | Diábolo Ediciones.
Lo mejor que se puede decir de la propuesta de Álvaro López Martín & Marta García Villar es que enseña sus cartas desde el principio. En una introducción (págs. 5-6) que antecede al prólogo, los autores dejan claro que el propósito de este libro es acercar al público a Ghibli de una manera accesible, con una estructura sencilla y un afán didáctico no exhaustivo ni técnico en demasía. De hecho, refieren directamente otras fuentes para el lector que guste de esos contenidos. No. Mi vecino Miyazaki es una guía colorida, entretenidísima y llena de curiosidades sobre el celebérrimo estudio japonés de animación, que remarca sus temas con frecuencia y repasa su historia desde su fundación en 1985 hasta su delicado estado actual, de rabiosa actualidad. De las 22 películas producidas por esta compañía única, 20 son sometidas a un análisis de varias páginas profusamente acompañado de fotos, y las últimas dos –Kaguya-Hime No Monogatari y Omoide no Marnie, de 2013 y 2014– son brevemente descritas (págs. 262-265), seguramente para no arruinar los recovecos a los muchos lectores españoles que no han podido disfrutar de ellas todavía, ya que no se han distribuido en salas comerciales de nuestro país.
Cada película cuenta, y esto es el alarde de mayor originalidad, con tres opiniones de seguidores del estudio de diferentes edades, sexo y profesión, lo cual transmite la intención final de libro (y del estupendo blog que los autores llevan desde 2010/2011): explicar que Ghibli es más que una compañía, es una comunidad de espectadores conectados por las mismas emociones y un profundo respeto por la animación. Esas opiniones varían en utilidad, pero como detalle cariñoso es impagable, y canaliza el espíritu de apertura y colaboración de los autores. Unos autores que se reparten las películas del estudio para un repaso completo, reiterativo en ocasiones –supongo que lo hacen pensando en que habrá gente que se salte películas–, y siempre interesante. La idea final es que la autoría bicéfala suene como una misma voz, y se consigue. Una voz que no se pone por encima del lector, que explica con claridad las conexiones y enlaza una curiosidad tras otra (¿sabían que el estudio debe su nombre a un término italiano usado para referirse a un viento cálido del Mediterráneo? –pág. 253–), ya sea en pleno texto o con los cuadros independientes que llenan los márgenes, usados también para destacar citas importantes de la película en cuestión, pues de todos es sabido que en el cine de Ghibli se habla con profundidad sobre temas universales y muy humanos.
Haru, en el reino de los gatos (猫の恩返し, Neko no ongaeshi, 2002), dirigida por Hiroyuki Morita |
Con diversas fuentes (entrevistas, declaraciones, comunicados, experiencias personales), los autores mezclan sus opiniones razonadas con juicios argumentados dentro de lo que la película en cuestión supone en el estudio, en la filmografía concreta del realizador y en el discurso tonal general de Ghibli. Se evidencian así los rasgos temáticos de la compañía (el empoderamiento de la heroína, la dualidad del ser humano, la maldad matizada, el amor por la naturaleza) y se pueden comparar pretensiones con resultados. Es difícil hacer todo esto sin caer en la opinión exagerada, sea cual sea la tendencia. Los autores lo logran durante casi todo el libro, con la excepción de una parte, la dedicada a Haru en el reino de los gatos (pág. 178), donde hay más saña que razonamiento medido. En ocasiones se dan demasiadas vueltas a los mismos temas y se hace repetitivo, pero cuando un capítulo logra combinar la evidente admiración con una interesante base documentada, el resultado es una delicia para el lector.
El conocido gusto por el detalle de las películas de Ghibli se contagia a una propuesta generosa en anécdotas, que logra que la lectura de las páginas se asemeje a una conversación con un compañero cinéfilo que está contando una historia, enlazando idea tras idea. Los pormenores de una veintena de títulos son expuestos para el lector, que descubre curioso la sofisticada red de vínculos entre las películas, y de las dificultades de poner en marcha proyectos así. Un epílogo de Manuel Robles (pág. 266) pone los puntos suspensivos a una propuesta que se edita coincidiendo con los aires de cambio de la compañía, tema que también se explica y que sume en la tristeza al fan medio. Acaba la propuesta con una breve enumeración de los rasgos generales de la animación del estudio, el remate final coherente a esta oda al trabajo de Hayao Miyazaki, Isao Takahata, el productor Toshio Suzuki y cientos de animadores. El cariño de los autores es contagioso, lo cual facilita una lectura nunca pesada, aunque autoconscientemente ligera. Si uno no pide más que esto, se encontrará con un libro ideal, aunque no deje mucho poso. Mi vecino Miyazaki no tiene más pretensiones que las de hacer pasar un rato de lo más agradable a los interesados en una compañía que, como reza el subtítulo, “lo cambió todo”.
Adrián González Viña
Redacción Sevilla
Mi vecino Miyazaki. Studio Ghibli. La animación japonesa que lo cambió todo
de Álvaro López Martin & Marta García Villar (2014)
editorial | Diábolo Ediciones
ISBN | 978-84-16217-08-3
precio | 23,95 €
nº de páginas | 271
Fecha de publicación: 10 de octubre de 2014
encuadernación | Tapa dura
★★★