Anticinematografía experimental
crítica a The second game (Al doilea joc, 2014), dirigida por Corneliu Porumboiu.
Corneliu Porumboiu es el autor más intelectual de todos los directores que componen la Nueva Ola de Cine Rumano. Su obra, siempre elocuente y experimental, ha sido definida como ‘cine de la palabra’. Su primer largometraje, galardonado en 2006 con el premio Cámara de Oro en el Festival de Cannes, describe los acontecimientos de la revolución de 1989 mediante un coloquio entre dos individuos de ideologías opuestas en un precario estudio de televisión. 12:08 al este de Bucarest muestra un desacuerdo lingüístico. En este caso, el cineasta revela la imposibilidad de definir un hecho histórico a causa de la subjetividad humana. Desde su opera prima hasta su último título integrado en la competición oficial del Festival Alternativa, los diálogos imperecederos se han convertido en el único recurso capaz de conducir sus tramas desprovistas de narrativa. La inagotable oratoria de sus personajes, junto con el uso de la cámara fija y los planos secuencia, son los tres rasgos esenciales que constituyen la tríada formal de Porumboiu. No obstante, el visionado de The second game (Al doilea joc, 2014) extrañará a los seguidores del realizador rumano porque, aunque los citados elementos sean una constante en su filmografía, el reciente abuso de éstos en su nuevo proyecto alejan a Porumboiu del universo del cine de autor, catapultándolo hacia el pantanoso terreno del vídeo arte.
Igual que en sus títulos anteriores, la palabra sigue siendo el hilo conductor de The second game. Sin embargo, la variante de dicha cinta se identifica con el proceder dialéctico, el cual es tan experimental que probablemente termine fatigando o exasperando la paciencia del espectador convencional. En este sentido, la genialidad (e irritabilidad) se halla en el genuino planteamiento de la cinta, pues se trata de una obra conceptual confeccionada a partir de una situación cotidiana. El último filme del célebre realizador es una continua charla de noventa y siete minutos entre el mismo Corneliu Porumboiu y su padre Adrian Porumboiu. En la citada conversación, que apenas llega a la categoría de debate, los dos interlocutores comentan un partido de futbol, el clásico de Bucarest entre el Dinamo y el Steaua, arbitrado hace tres décadas por el progenitor del cineasta.
La experiencia sensorial que exige The second game es tan excitante como ardua de llevar a cabo. De entrada, la primera dificultad a la que se enfrenta el público es la fórmula que Corneliu Porumboiu ha escogido para exhibir su retórica. La segunda, todavía más difícil de asimilar, es la disociación entre la imagen y el sonido. Asimismo, el filme no muestra a ambos miembros de la familia Porumboiu sentados frente al televisor comentando la acertada o imprecisa labor que cometió el anciano arbitro en el derbi rumano. El largometraje propone la asimilación de un discurso pronunciado por dos voces en off, no anónimas, pero sí deshumanizadas, a las que nunca se les llega a conocer su verdadero rostro. Por otro lado, es conveniente alegar que la rotura entre percepción visual y percepción auditiva no es taxativa, dado que las escenas proyectadas durante la hora y tres cuartos de metraje (el tiempo real de un torneo de futbol) son las de la auténtica competición de 1988 del Dinamo versus el Steaua. Cuestión que nos permite hablar del tercer obstáculo de The second game: la inexistente puesta en escena. Atrás quedaron los milimetrados planos secuencia que superaban los veinte minutos de Policía, adjetivo (2009) o When evening falls on Bucharest or Metabolism (2013). La última propuesta de Corneliu Poromboiu parte del tópico del found footage, puesto que todos los fotogramas de la película corresponden a las imágenes del partido que se emitieron en directo en la televisión nacional de Rumanía en 1988.
Con The second game Porumboiu elabora una interesante reflexión anticinematográfica a través de la supresión de la elección de los planos, la indetectable dirección de arte y fotografía o la no exhibición del escenario donde está teniendo lugar una conversación que sólo se atiende de forma sonora. Si en su penúltimo filme When evening falls on Bucharest or Metabolism exploraba las posibilidades del metacine, en The second game vuelve a jugar con dicho potencial para después destruirlo. Es una pieza que en aspectos estilísticos boicotea la filmografía anterior del autor aunque contradictoriamente la reafirma una vez más. En otras palabras, pese a que The second game no comparta la calcada puesta en escena de los títulos predecesores, detectamos la autoría de Porumboiu a través de la no narratividad, la aniquilación de la noción de suspense, la reflexión sobre el pasado revolucionario del país a través de las anécdotas sobre corrupción arbitral ilustradas por su padre y el fantasma del plano secuencia, que en esta ocasión no hace referencia a una sola toma visual, sino a la única secuencia auditiva sin cortes de casi dos horas. Una nueva genialidad. | ★★★★★ |
Carlota Moseguí
Enviada especial a la XXI edición de L'Alternativa
Ficha técnica
Rumanía, 2014, Al doilea joc. Director: Corneliu Porumboiu. Guion: Corneliu Porumboiu. Productora: 42 Km Film. Sonido: Dana Bunescu, Sebastian Zsemlye. Protagonistas (documental): Adrian Porumboiu, Corneliu Porumboiu.