El negocio tras el deporte
crítica a Survivor’s Remorse (2014-) | Primera temporada.
Starz | 1ª temporada: 6 capítulos | EE.UU, 2014. Creador: Mike O´Malley. Directores: Ken Whittingham, Peter Segal, Bradley Buecker, Mike Mariano, Victor Levin. Guionistas: Mike O´Malley, Sascha Penn, Raphael Jackson Jr., Damione Macedon, Jerome Hairtson, Tracy Oliver, Victor Levin & Cord Jefferson como argumentista. Reparto: Ronreaco Lee, Jessie T. Usher, Erica Ash, Tenoya Parris, Tichina Arnold, Mike Epps, Chris Bauer, Cynthia Williams. Fotografía: Oliver Bokelberg. Música: Ludwig Göransson.
Starz continúa su interés por una parrilla variada y por atraer al público étnicamente minoritario con Survivor´s Remorse, serie con LeBron James de productor ejecutivo y basada en parte en sus experiencias como popular jugador de baloncesto. La originalidad de la serie es que su interés no radica en el deporte en sí –no vamos a ver un segundo de baloncesto en los seis capítulos– sino en lo que esto trae para la familia de un jugador y para su nombre, ahora una marca. La serie arranca con el fichaje de Cam Calloway por un equipo que le obliga a mudarse a Atlanta, lo que trae una fortuna inimaginable para los Calloway, familia (primo Reggie, mánager de Cam; tío Julius, hermana Mary Charles y mamá Cassie, además de Missy, esposa rica de Reggie) que será el núcleo protagónico de esta divertida comedia. Una comedia que aprovecha bastante las ventajas del premium cable (aunque no todas) para contar sin muchos tapujos lo que puede supone el ingreso de alguien en una industria millonaria. Se nombran marcas, se dicen palabrotas y se pueden contar historias políticamente incorrectas sin miedo a represalias.
El creador es Mike O´Malley, que durante cuatro temporadas ha formado parte de la sala de guionistas de Shameless (2011-), lo cual se nota en su primera experiencia en solitario como showrunner. Y con la confianza adicional que la cadena deposita en sus creadores, ya que Survivor´s remorse obtuvo la luz verde para la temporada entera de un tirón, sin necesidad de rodar un piloto. Es la segunda comedia de Starz, pero el hecho de hacer solo seis capítulos y prescindir de grandes nombres en el reparto revela una confianza a medias. Sea como fuere, el resultado debe haber sido lo suficientemente satisfactorio, pues la serie ha obtenido ya una renovación por diez nuevas entregas para 2015. O´Malley tiene una nueva oportunidad para convencer a los que, como el abajo firmante, hemos visto los episodios con una sonrisa pero sin dejarnos una impresión duradera. Se puede ver la influencia de los trabajos previos del creador, que es también actor, pero no para bien. De Shameless ha heredado la querencia con la idea irreverente, burra pero hilarante –toda la trama del adolescente moribundo en How to build a brand (1.3)–, y de su experiencia como actor en sitcoms en abierto está presente la idea narrativa de presentar, desarrollar y resolver un conflicto en cada episodio, en menos de media hora y con una escena o escenas cerca del desenlace donde se comente qué hemos aprendido esta semana.
Así, cada capítulo es una guía de temas a tocar respecto a lo que supone ser una estrella en un deporte que también es una industria, y sobre todo, en un tiempo donde la opinión pública debe ser considerada para todo. Hay inteligencia en la forma en que están planteados los problemas, además de materializar en reflexiones esa culpa del que sobrevive a la que alude el título, planteándose si una subida en el escalafón social te obliga a mirar atrás o a olvidarse de las raíces. Se evidencia también la ridiculez intrínseca de los convencionalismos sociales que rigen estas cosas –el comunicado de Hot Wheels–, pero todo está domesticado en la franja a desarrollar por episodio. Si los problemas son autocombustibles, si sabes que antes del minuto 23 todo estará solucionado, ¿dónde está el interés? Hasta el repentino y forzado enfrentamiento entre Cam y Reggie que explota en el final de temporada no puede tomarse muy en serio, y nunca es bueno que la audiencia pueda adivinar las acciones antes que los personajes. Como al fin y al cabo esto como es una comedia, no sorprende que el reparto fijo esté formando por intérpretes más divertidos que talentosos, con Tichina Arnold en su ya encasillado rol de madre deslenguada y dominante. Es una combinación eficaz para propiciar la risa, pero no hay mucha profundidad detrás de los personajes. Al menos de momento.
La serie acierta en su faceta más abiertamente payasa, dejando que los Calloway hablen y hablen, filosofen con su sabiduría callejera y planten chistes aquí y allí. Como signo de comedia moderna, Mary Charles es una lesbiana sin arrepentimientos, festivamente promiscua y evidentemente escrita desde la perspectiva masculina de los guionistas, ya que es casi como una fantasía. También signo de alguna variante de la comedia menos moderna, es que la mujer no es nada cariñosa con sus conquistas de cara al espectador. Su actitud abierta propiciará una de las historias más divertidas de la temporada en The decisions (1.4), cuando un cura dinamite un espejismo de cambio con una explosión homófoba de lo más descacharrante. Como curiosidad, en el pequeño plantel de directores encontramos a dos personas presentes en trabajos anteriores del creador, en este caso como actor. Bradley Buecker, que ha dirigido a O´Malley en múltiples ocasiones en Glee (2009-2015); y el guionista/director Mike Mariano, que ha coincidido con el responsable de Survivor´s remorse tanto en Me llamo Earl (2005-2009) como en Hope (2010-2014). Aunque ambos siguen la pauta estilística establecida por Ken Whittingham como director del piloto, estos detalles son siempre interesantes de conocer. Nuestro pasado profesional informa nuestro presente, de manera más o menos evidente. Quizá si Mike O´Malley pudiera librarse de tan evidentes influencias, la serie sería mejor. En unos meses lo comprobaremos. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
redacción Sevilla