A vueltas con la infancia
crítica a Después de la generación feliz (Després de la generació feliç, 2014), dirigida por Miguel Ángel Blanca.
Tras la genial Your lost memories, la expectación por ver el nuevo trabajo de Miguel Ángel Blanca era máxima. La primera película del vocalista de Manos de topo, rodada a cuatro manos junto a Alejandro Marzoa, fue toda una revelación, algo extraordinario y fresco en el panorama independiente del cine español. Sin embargo, Després de la generació feliç se queda estancado en el campo del experimento musical audiovisual volviendo a explotar el potencial narrativo de los videos domésticos olvidados. El producto está más bien ideado para un performance en directo que combine los vídeos y la música, como ya hicieron en varias salas (como la barcelonesa Apolo) a finales del año pasado. Puede que el experimento debiera haberse quedado ahí, puede que su exhibición desde un planteamiento convencional (entiéndase, un patio de butacas lleno de público que ha pagado su entrada) no sea el mejor modo de presentar un ensayo de estas características. Aun así, Després de la generació feliç no es una obra vacía. Blanca la dota de contenido, y sus conclusiones ponen los pelos de punta.
La película parte de un acontecimiento que sorprendió al propio director. Xesco Boix, aquel cantante de música infantil que invitaba a los niños a disfrutar de la vida y aseguraba que el porvenir era maravilloso, acabó suicidándose a mediados de los años 80. El mismo que nos pintaba un mundo de colores, que nos hablaba de la felicidad, de gallos que hacían kirkiriki, gatos que hacían miau y patos que hacían cuac mientras los alimentaba en el jardín, ese mismo acabó sus días superado por la propia vida que describía. ¿Qué les podría deparar el futuro a estas pobres criaturas que disfrutaban con las letras de las canciones infantiles y crecían soñando con los mundos que describían? Con este planteamiento, la película se construye en tres frentes: por un lado, las imágenes de vídeos domésticos sin dueño conforman el mapa visual de una generación; por otro, las versiones musicales de los clásicos infantiles adaptados por Joan Colomo, Za! y Sara Fontán junto con la banda sonora de Internet 2 crean la atmósfera extraña, psicodélica e incluso insana que esta exploración de los miedos de la infancia requería; por último, el triangulo se completa con la historia que se intenta dibujar a través de la voz en off y que nos habla de las tragedias de una familia en la que el padre era músico de canciones infantiles, la madre era una bruja y los niños fueron abandonados en el bosque. La unión de estos tres vértices nos empuja a hacernos una pregunta diabólica: ¿fue nuestra infancia realmente tan feliz?
Si en Your lost memories las imágenes de los vídeos domésticos se ponían al servicio de la ficción para reforzar la narración y como un elemento indispensable de ella, en Després de la generació feliç son el punto de partida, junto con la música, desde el que se crea una historia a base de pequeños diálogos que nos hace reflexionar sobre le significado de la infancia y su construcción en el subconsciente. De ahí que la película se defina como una «home movie musical». La música no se entiende sin la imagen ni la imagen sin la música. Y sin ellas, no existiría la pequeña historia que las acompaña. La indivisibilidad de estos tres frentes dota de un discurso a la película que se deja entrever entre líneas. Y es que no se trata de desdeñar el trabajo de Blanca en este film, ni mucho menos. Nuestros recuerdos de infancia, olvidados en vídeos domésticos perdidos, nos hablan de las promesas perdidas de la infancia, de la articulación de la imagen como foto fija de la superficie del instante que oculta todas las dudas y miedos que hay debajo. Lo mismo ocurre con las canciones. Su armoniosa melodía y sus letras ideales esconden tras su fina capa de felicidad un mundo oculto de desesperanza que aflora con la adaptación que hacen de ellas los músicos que participan en la película. Por ello, hay un fondo más que interesante en la película de Blanca. Després de la generación feliç nos habla del irremediable destino de infelicidad que nos esperaba tras ese mundo de color de rosa que nos dibujaban las canciones infantiles. Puede, entonces, que lo que ocurra es que el resultado final se acerque más a un experimento videomusical y su visualización resulte más cómoda en el entorno de una exposición artística o de un performance que sentado cómodamente en un butaca con las luces apagadas, aunque sea en el marco de la programación de un festival de cine independiente. | ★★★★★ |
Víctor Blanes Picó
Enviado especial a la XXI edición de L'Alternativa
Ficha técnica
España, 2014, Després de la generació feliç. Dirección: Miguel Ángel Blanca. Guión: Miguel Ángel Blanca. Música: Joan Colomo, Sara Fontán, Spazzfrica Ehd, Internet 2. Productora: Boogaloo Films.