El desparpajo hebreo conquista al público vallisoletano
Palmarés de la 59ª edición del Festival de Valladolid (Seminci).
Era una apuesta segura. Con el permiso de los hermanos Dardenne, el dueto Tal Granit-Sharon Maymon ofrecieron la mejor sesión de cine en esta edición de la Seminci. Espiga de Oro para esta tragicomedia, reverso del Silent Heart de Bille August —presentado en Donostia—, que aborda la eutanasia sin ningún tipo de complejo. Excelentes críticas y valoraciones para una justa ganadora del máximo galardón. Ojalá que se convierta en acicate para una próxima distribución en España. Eso sí, pese al excelente nivel de la cinta hebrea, si el entorchado hubiera marchado a Alemania, tampoco hubiera sido descabellado. Camino de la cruz (Kreuzweg), con un amplio recorrido internacional que comenzó en febrero en Berlín, se ha tenido que conformar con la Espiga de Plata y el Premio FIPRESCI. Gran filme con una temática complicada que en España levantará más de una ampolla. En las categorías interpretativas, sorpresa en el lado femenino con el triunfo de Aliza Rosen y Levana Finkelshtein (Mita tova), que se impusieron a la priori favorita Marion Cotillard (Dos días, una noche). Por parte masculina, Nils Arestrup suma un nuevo laurel a su dilatado palmarés por su inmensa labor en Diplomacia. Destacar, también, las dos menciones a la simpática cinta turca El corderito (Kuzu). Mejor fotografía y guion para un filme muy interesante. Para terminar, subrayar que nuestro compañero Álvaro Martín, enviado especial a la Seminci, ha logrado por segundo año consecutivo el premio al mejor cortometraje amateur con Desintegración. Nuestra más sincera enhorabuena. A falta de nuestra charla con Bong Joon-ho, las reflexiones finales y el habitual top 10, cerramos la cobertura de esta notable entrega de la Semana Internacional de Valladolid. Próxima parada, Gijón.