Una Gotham sin Batman pero con Wayne
crítica a Gotham (2014-) | Episodio piloto.
FOX | EE.UU., 2014. Director: Danny Cannon. Guión: Bruno Heller. Reparto: Ben McKenzie, Donal Logue, David Mazouz, Sean Pertwee, Robin Lord Taylor, Zabryna Guevara, Erin Richards, Cory Micharl Smith, Camren Bicondova, Jada Pinkett Smith. Fotografía: David Stockton. Música: Graeme Revell y David E. Russo.
No existe término medio en la adaptación de un cómic a una serie de televisión. Se cumple o se decepciona. Hay un universo propio que respetar, con líneas argumentales establecidas y una estética a seguir. Cuando dicha historieta ha sido acompañada por exitosas puestas cinematográficas, el reto es mayor porque a nivel audiovisual, y no solo gráfico, aparecen otros referentes para juzgar. Por eso a nadie pasó desapercibido cuando FOX anunció el estreno de Gotham como una de sus principales apuestas para la presente temporada. La historia del caballero oscuro ha representado para su casa editorial, DC Comics, posiblemente su mayor éxito y para muchas productoras cinematográficas conquistas absolutas de taquilla, impulsadas por el ingenio de directores como Tim Burton (Batman, 1989; Batman Returns, 1992), Joel Schumacher (Batman Forever, 1995; Batman y Robin, 1997) o Christopher Nolan (Batman Begins, 2005; The Dark Knight, 2008; The Dark Knight Rises, 2012) y la popularidad de actores como Michael Keaton, Val Kilmer, George Clooney o Christian Bale, por citar algunos.
El proyecto de FOX llegó de la mano del guionista británico Bruno Heller, conocido por la creación de series como Roma (HBO, 2005-2007) o El mentalista (CBS, 2008-), quien se encargará además de la producción ejecutiva de toda la serie y de escribir el guión de la mayoría de los capítulos. Sin embargo, no tiene mucho en común esta nueva propuesta audiovisual con sus predecesoras versiones cinematográficas. En Gotham no parece que habrá Batman, al menos por mucho tiempo, y sí la construcción de una leyenda desde el inicio. El relato será absolutamente lineal y gradual, con punto de partida en el asesinato de los padres del pequeño Bruce Wayne (David Mazouz) en las peligrosas calles de Gotham. Tocará al recién llegado investigador James Gordon (Ben McKenzie) encontrar al culpable mientras combate la corrupción en una ciudad que parece destinada al infierno.
Los primeros 45 minutos de la serie aclaran cuál es el camino que andarán sus responsables. Gotham será una serie policíaca, al más tradicional estilo americano, con un caso central a resolver matizado por una trama continua que a chispazos irá construyéndonos el rico universo de villanos a los que en un futuro se enfrentará el caballero oscuro. Ha sido esta decisión narrativa la causa de una dividida audiencia, que por un lado agradece la singularidad de iniciar desde el origen y gradualmente construir la historia del superhéroe; y por otro siente que la estructura solo favorece prolongar la serie hasta el hastío, perdiéndose lo esencial de la historieta en intrascendentes relatos policiales. Todavía es temprano para juzgar el pulso narrativo de Heller con Gotham, pero ya podemos sacar algunas pistas del inicio. A la tradicional lista de personajes del universo Batman (Catwoman, Hiedra Venenosa, el Joker, Enigma o Pingüino) se le incorporaran algunos solo creados para la serie, una licencia que pudiera ser interesante en tanto resulte orgánica la interacción entre todos. Por el momento, convence la introducción de Fish Mooney (Jada Pinkett Smith), una sádica mafiosa propietaria de un club nocturno en Gotham, osadía de la serie que garantiza el nexo entre Pingüino y Gordon. No obstante, no es la construcción de personajes el fuerte de la serie. No se evaden los estereotipos del cómic, donde el malo es esencialmente muy malo y el bueno la total oposición. Sumemos unas actuaciones que cumplen, pero en las que pareciera que los secundarios lo tienen todo para borrar pronto a los protagonistas (brillante Robin Lord Taylor como Pingüino)
En lo visual la serie tampoco ha mostrado ir más allá de lo convencional, quedando a medio camino entre la “estética cómic” de producciones como Sin City (Frank Miller y Robert Rodríguez, 2005) o 300 (Zack Snyder, 2006), o de una visualidad más realista como la generada por el propio Christopher Nolan en las últimas tres versiones de la saga. Por momentos resulta demasiado el exceso de gris en la paleta de colores, o la falta de iluminación de algunos encuadres que rayan en la obvia construcción de una atmósfera de corrupción y vicio. De igual forma, no hay una intención expresiva demasiado manifiesta en la selección de una banda sonora con poca pregnancia. Todos elementos corregibles cuando queda toda una temporada por completar. Las elevadas audiencias del piloto no se consolidaron en los dos episodios siguientes, pero sí se estabilizaron en un número que al parecer a FOX le funciona y por el cual acaba de ordenar 22 capítulos para esta temporada. Mucho tiene para demostrar este arranque. Habrá que ver cuán capaces son de darse cuenta de ello sus responsables para al final redondear un producto que al menos entretenga a quienes por años han seguido la historia del justiciero. Sin dudas, lo preocupante no es una Gotham sin Batman y sí una Gotham sin alma. 65/100.
Alain Arias Barreto
Redacción Buenos Aires