La novia cadáver
crítica de Life After Beth (2014), dirigida por Jeff Baena | ★★ |
El joven Zach está destrozado por partida doble. Por un lado, su novia Beth ha finiquitado su relación, alegando que desea vivir nuevas emociones y experiencias. Por el otro, ella acaba de fallecer inesperadamente, víctima de la picadura de una serpiente venenosa mientras hacía una excursión por el bosque. Primero abandonado y luego “viudo”, Zach se ha hundido en una depresión, impotente ante el hecho de que su chica se haya marchado dejando tantas conversaciones pendientes, contando únicamente con el apoyo moral de sus ex suegros. Como hay que tener mucho cuidado con lo que se desea, sorpresivamente, Beth vuelve de la tumba para incorporarse a su vida cotidiana como si nada hubiese pasado y, lo que es mejor, con la intención de reanudar el noviazgo con Zach. En líneas generales, este es el punto de partida de Life After Beth (2014), debut como director de Jeff Baena que viene a inscribirse en el cada día más prolífico subgénero de la comedia negra en su variante zombie. Estamos ante una propuesta de cine independiente que tiene bastantes puntos en común con la exitosa Memorias de un zombie adolescente (2013), que también retrataba la historia de amor entre una chica y un no-muerto, con todos los inconvenientes que ello acarrea. Tal vez sea Life After Beth un trabajo más minimalista, que prefiere centrarse más en los complicados temas de pareja que en el apocalipsis zombie que parece apoderarse de la humanidad.
Avalada por buenos comentarios a su paso por el Festival de Sundance, la cinta le ofrece a Dane DeHaan –el jovencísimo villano de la estupenda Chronicle (Josh Trank, 2012)– la oportunidad de lucirse en un personaje de comedia, el del pánfilo Zach, tan enamorado hasta los tuétanos de su novia que no duda en aprovechar al máximo esta segunda oportunidad que el destino le ofrece para estar junto a ella, aun cuando ésta se haya convertido en un ser agresivo, acaparador y con un insaciable apetito sexual. Aubrey Plaza, una de las musas indies del nuevo cine americano, resulta una elección de casting perfecta para el rol de la peligrosa Beth, gracias a su particular belleza, alejada de los estándares de Hollywood, y una vis cómica envidiable. Por otro lado, la galería de personajes secundarios está bastante lograda y contribuye lo suficiente a que la historia tenga una mayor vivacidad, especialmente los padres de Beth –interpretados por unos eficientes John C. Reilly y Molly Shannon–, muy divertidos en su intento de disfrazar de “normalidad” el retorno de su niña resucitada. El filme de Baena no cae casi nunca en el humor disparatado o de brocha gorda, dando prioridad en todo momento a la acidez de los diálogos y lo macabro de algunas situaciones.
Hasta ahí llegan las buenas noticias. Desgraciadamente, a pesar de que sus responsables se esfuerzan en que su producto no caiga en lo vulgar o facilón, lo cierto es que la película no termina de encontrar el equilibrio adecuado entre humor negro y romanticismo, además de adolecer de cierta arritmia narrativa, algo preocupante si estamos hablando de una comedia de escasos 93 minutos de metraje. Y es que, a medida que avanza la historia, se va apoderando en el espectador la sensación de que el Jeff Baena guionista agota demasiado rápido las posibilidades de la misma, dando rodeos alrededor de una simpática anécdota que hubiera funcionado mucho mejor como un cortometraje. Se puede perdonar que en ningún momento se explique el porqué de la vuelta de los difuntos de sus tumbas para volver a incorporarse a sus quehaceres diarios, ocupando, incluso, sus puestos de trabajo. Lo que no tiene perdón es que se desperdicie a una actriz del talento de Anna Kendrick en un papel secundario como tercer vértice de un triángulo amoroso que nunca se llega a desarrollar, o que la película, en su búsqueda de alejarse del bendito disparate de obras como Zombies Party (Edgar Wright, 2004) o Juan de los Muertos (Alejandro Brugés, 2011), opte por un tono agridulce que no cumple con las expectativas de arrancar la carcajada. Solamente cuando la genial Aubrey Plaza se desmadra totalmente en el tramo final de su conversión en caníbal –impagables sus arrebatos destructivos contra todo tipo de mobiliarios–, Life After Beth ofrece leves demostraciones de la divertidísima obra que podría haber llegado a ser. Aun así, he de reconocer que atesora méritos suficientes como para seguirle la pista en el futuro a su director. | ★★★★★ |
Jose Antonio Martín
redacción Las Palmas de Gran Canaria
Estados Unidos. 2014. Título original: Life After Beth. Director: Jeff Baena. Guión: Jeff Baena. Productora: Abbolita Productions / American Zoetrope / Starstream Entertainment. Fotografía: Jay Hunter. Montaje: Colin Patton. Intérpretes: Aubrey Plaza, Dane DeHaan, John C. Reilly, Molly Shannon, Cheryl Hines, Paul Reiser, Matthew Gray Gubler, Anna Kendrick.