Los desastres humanos también se enamoran
crítica de You’re the worst (2014-) | Temporada 1
FX | 1ª temporada: 10 capítulos | EE.UU, 2014. Creador: Stephen Falk. Directores: Jordan Vogt-Roberts, Alex Hardcastle, Matt Shakman. Guionistas: Stephen Falk, Franklin Hardy, Shane Kosakowski, Eva Anderson, Alison Bennett. Reparto: Chris Geere, Aya Cash, Desmin Borges, Kether Donohue, Janet Varney, Todd Robert Anderson, Shane Francis Smith, Allan McLeod, Darrell Britt-Gibson. Fotografía: Ross Riege. Música: Adam Blau.
El enésimo arranque en boda de ensueño con discurso emotivo. La novia (rubia, por supuesto) en un reluciente vestido blanco dice unas palabras de corazón, agradece a todo la asistencia casi sin poder contener las lágrimas. La cámara empieza a recoger a sus invitados, panea de mesa en mesa, de cara feliz en cara feliz hasta encontrar a Jimmy, mitad de la pareja protagonista de You´re the worst, comedia que trata con orgullo de pervertir o evitar los clichés que las historias cómico-románticas lucen en formato cine o serie. ¿Qué está haciendo Jimmy mientras su ex-novia da el discurso? Fotografiando su pene en cada una de las cámaras desechables compradas para documentar el enlace. Hilarante. El creador Stephen Falk trabajó en Weeds (2005-2012) durante sus últimas tres temporadas, lo cual se nota en el tono y sentido del humor de esta notable y cáustica serie de diez episodios con la que FX se sigue construyendo una interesante cantera de series que bordean la diferencia entre premium cable y basic cable, partiendo de premisas osadas e incorrectas. Hay varios instantes que prueban esto en el piloto de You're the worst. Hasta que llega la escena de sexo entre Jimmy y Gretchen, uno podía pensar que estaba viendo una pose, pero que el momento sentimental iba a llegar tarde o temprano. Falk logra hacernos creer que los personajes quieren volver a verse porque follan varias veces a lo largo de esa noche, probando cosas nuevas (como escupirse) y conectando de forma evidente aunque retorcida.
El resto de la temporada se va a dedicar a cubrir el espectro de manual de los primeros pasos en cualquier relación sentimental. En dos meses Jimmy y Gretchen discutirán si son exclusivos o no, en qué casa prefieren pasar la noche, si merece la pena estar juntos si no puede haber sexo de por medio, si les importan los sentimientos del otro y cuál es su bagaje emocional. A su alrededor están otros personajes de libro felizmente pervertidos por los guionistas: los mejores amigos. El mejor amigo de Jimmy es Edgar, soldado que vuelve de Irak con Síndrome de Estrés Postraumático; la mejor amiga de Gretchen es Lindsay, casada por adelantarse a su hermana mayor y una bestia fiestera y polisexual atrapada bajo una apariencia pija y suburbana. La subversión de los clichés es la apuesta absoluta de la serie, en un intento de alejarse de todo atisbo de sentimentalismo que funciona casi siempre. Falk y sus guionistas saben crear situaciones arquetípicas y darles un vuelco con una inesperada salida de tono (casi siempre de naturaleza sexual) que lleva el asunto a un sitio nuevo, siempre divertido. Para cuando termine la temporada, de hecho, la relación de Jimmy y Gretchen será la más sana de todas las que serie refleja, un apunte de los responsables sobre la estocada mortal que la mentira o la falta de espontaneidad infligen a una relación.
La pauta visual de la serie queda establecida desde el piloto por Jordan Vogt-Roberts, que se reencuentra con su cinematógrafo Ross Riege tras la estupenda The kings of Summer (2013). Vogt-Roberts responde a la energía que emana la página con útiles pantallas partidas y un cuidado para la composición que después siguen Alex Hardcastlle y Matt Shakman, uniéndose además una eficaz selección musical tanto para transiciones como para montajes paralelos sin sonido directo. La idea es que ambas partes de la relación tengan sus argumentos razonados y sus momentos de pura locura, puntuando su camino con secundarios divertidos aunque insustanciales (el rapero Sam destaca en ese grupo) para aligerar la sensación de serie de parejas. El cuarteto protagonista ayuda a esto en gran medida, ya que ni Chris Geere, Desmin Borges o Kether Donahue son prototipos románticos de belleza. Puede que Aya Cash sí, pero el hilarante cinismo y evidente diversión que imprime a Gretchen logra (al igual que sus compañeros) que no sintamos ternura por ellos, sino una deliberada mezcla de pena e identificación. Quizá hasta envidia (¿quién no querría decir y hacer esas barbaridades?)
El gran problema de You're the worst es que a veces sus guionistan están encantados de conocerse, lo cual se materializa en una tendencia de los personajes a soltar discursos que no solo explican con innecesaria claridad lo que les pasa por la cabeza sino que además devienen en verborrea a veces irritante. Son buenos guionistas, como lo demuestra su querencia por la referencia popular inteligente, su habilidad para plantar y recoger chistes o para la creación de running gags (el disfraz de Jimmy), pero choca ver una propuesta con tales ganas de ser rompedora caer en los tópicos de manual de guión. La sospecha constante de que el tono desvergonzado es una pose lucha con la audiencia en todo momento, aunque terminada la temporada, y con esa última pantalla partida, uno se inclina a pensar que la voluntad de puro descaro es genuina. Quizá la segunda temporada, recién concedida, confirme las sospechas. Y es que el amor, aunque les dé náuseas llamarlo así, llega a todos. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
redacción Sevilla