El comienzo de un retorcido Halloween…
crítica a Edward Mordrake, Part 1 (4x03) | American Horror Story: Freak Show
FX | EE.UU, 2014. Director: Michael Uppendahl. Guión: James Wong. Creadores: Ryan Murphy & Brad Falchuk. Reparto: Sarah Paulson, Evan Peters, Michael Chiklis, Frances Conroy, Denis O´Hare, Emma Roberts, Finn Wittrock, Angela Bassett, Kathy Bates, Jessica Lange, John Carroll Lynch, Skyler Samuels, Naomi Grossman, Jyoti Amge, Erika Ervin, Matt Fraser, Rose Siggins, Patti LaBelle, Wes Bentley, Celia Weston. Fotografía: Michael Goi. Música: Mac Quayle.
Este capítulo, original y estupendo, cumple dos tradiciones dentro del universo American horror story. En primer lugar, es la primera parte de un especial de Halloween, festividad puramente norteamericana que la televisión se toma muy en serio, hasta el punto de que las series emiten capítulos temáticos especiales siempre que llega el final de octubre. El episodio funde a negro con la mirada de Twisty (un John Carroll Lynch memorable) y un “continuará” tras casi 55 minutos de metraje. En segundo lugar, aprovecha la tesitura del doble episodio para fabular sobre una leyenda que rodea a alguien real y sus circunstancias. Como ya hemos dicho en esta página, en la primera temporada se habló de Elizabeth Short, La dalia negra, al inventarse que la chica había sido asesinada y desfigurada en la Casa encantada donde los protagonistas vivían. En la segunda tanda, Franka Potente dio vida a una mujer con depresión post-parto que creía ser Anna Frank, a la caza de doctores nazis. En la tercera se jugó con Marie Delphine LaLaurie y la bruja Marie Laveau, además de la identidad y paradero del Hombre del Hacha, despiadado asesino de principios de siglo. El título de este episodio, Edward Mordrake, contiene la identidad de la figura real revisitada, la leyenda del joven aristócrata inglés que nació con una cara en la nuca, un rostro malvado que le susurró muerte hasta la locura.
La serie usa el personaje de Ethel, del que hablaremos en profundidad más adelante, para contar la leyenda de Mordrake como espíritu asesino para aquellos circos que actúan en Halloween, y también al final del episodio como parte de un doloroso encuentro cuyo resultado es inesperado. Mordrake está interpretado por Wes Bentley, que formó parte de un piloto fallido que Ryan Murphy y Lauren Gussis escribieron para HBO, llamado Open y centrado en las relaciones sentimentales y sexuales en la actualidad. Murphy es merecidamente famoso por volver a contar con intérpretes con cuyo trabajo ha quedado satisfecho, así que la aparición de Bentley no es sorprendente, y más con su innata capacidad para inquietar. Su acento, por otra parte, no suena especialmente convincente. Su entrada viene dada por el desafío de Elsa, que protagoniza de nuevo un momento anacrónico cantando Gods and monsters, de Lana del Rey. Jessica Lange defiende con autoridad el drama de su personaje, pero su dolor es tan unidimensional que uno solo puede esperar que la cosa cambie pronto y su consigna durante diez episodios no sea “¡soy una estrella!, aparta de ahí para que pueda yo brillar”.
El capítulo terminar de introducir al reparto fijo con la entrada de Denis O´Hare y Emma Roberts en registros completamente nuevos. Por primera vez, O´Hare no está enamorado del personaje de Lange ni debe soportar horas de maquillaje, aunque su personaje apunta un talento oculto en esa “espada de Thor” que deja boquiabierto al prostituto que contrata para Halloween. Junto a Roberts, el actor forma un dúo de estafadores que llegarán al espectáculo en busca de especímenes que vender a un museo. Maggie (Emma Roberts) se hace pasar por Esmeralda la vidente, se camela a la vanidosa jefa y congenia con Jimmy (Evan Peters, prometido de Roberts en la vida real), lo cual despierta ya los celos de Dot. Y seguramente de Bette, aunque lo disimule. Con los diez regulares presentados y otros cinco/seis habituales en la trama, Freak show puede empezar su verdadera historia. Una que se presenta turbulenta. En casa de los Mott, otros personajes unidimensionales como son Gloria y Dandy celebran Halloween ante la mirada descreída de Dora la criada, la única con sentido común. Gloria no parece estar loca, sino que simplemente elige no ver la monstruosidad que ha criado. El aburrimiento y la mitomanía pueden ser mortales, y más en combinación con riqueza. Twisty prosigue su macabro plan al secuestrar a un chico para llevarlos a su autobús/casa. ¿Querrá una familia? ¿Aguantará mucho más a Dandy? Lo lacónico del personaje promueve muchas preguntas, en una trama cuyo interés no decae por lo bien planteado que está todo.
En un movimiento narrativo que la diferencia de las temporadas anteriores, Freak show parece estar centrando cada capítulo en un personaje, pero sin enfatizarlo especialmente. Si el primero trataba sobre Elsa y el segundo sobre Jimmy, éste centra su atención en Ethel, cuya historia es desoladora. En una serie tan loca y superficial (dicho en el mejor de los sentidos), choca la escena del diagnóstico que protagoniza una Kathy Bates extraordinaria. La actriz, que ganó hace dos meses un inesperado Emmy por su trabajo en Coven, debería desde ya poder repetir mención solo por los dos monólogos que tiene al principio y al final de Edward Mordrake, part 1, que la hacen llorar y con ella a nosotros. Y nos hacen odiar a Dell un poco más, aunque él tiene su ración de problemas al no poder satisfacer sexualmente a su esposa Desiree. Es un personaje contradictorio, con una combinación de dureza y vulnerabilidad que Michael Chiklis le imprime para que sintamos por él. El pasado de la pareja como artistas y padres de Jimmy incluye momentos muy tristes y ejemplos de que el morbo humano no tiene fin. Cuando uno creía que lo había visto todo, el parto de un niño langosta como espectáculo con pago previo confirma que no. Un poco sin venir a cuento, James Wong introduce la idea de las siamesas quieren separarse, o al menos una de ellas. Dot ha probado brevemente el éxito y se la ha subido a la cabeza, así que parece dispuesta a arriesgar su vida y la de su hermana en una operación sin garantías. El trabajo de Sarah Paulson, de nuevo, es sencillamente impresionante. Con un color diferente de cinta del pelo, la actriz se transforma en dos personalidades. ¿Ganará alguna a la otra? Ésta y otras preguntas quedan establecidas para la semana que viene, continuación de una noche de Todos los Santos que promete acabar con varias muertes. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
redacción Sevilla