Mientras todos los medios de comunicación se hacen eco del próximo estreno hollywoodiense de Susanne Bier, Serena, que contará con la participación de dos de los actores del momento: Jennifer Lawrence y Bradley Cooper, su filme de producción danesa, A Second Chance (En chance til, 2014), a su paso por el festival de Toronto, dejaba muy buenas sensaciones.
Escrita por el magnífico guionista que co-creó, junto a von Trier, la extraordinaria Anticristo, Anders Thomas Jensen, el largometraje sigue a Andreas y Simon, dos detectives y amigos que llevan vidas muy distintas; Andreas ha iniciado una vida en familia con su esposa e hijo, mientras Simon, parece no levantar cabeza de borrachera en borrachera por bares de striptease. Todo cambiará cuando ambos reciban una llamada sobre un altercado doméstico entre una pareja de drogadictos. A raíz de ese, en principio, rutinario incidente, Andreas empezará a perder paulatinamente su fe en la justicia y será Simon quien, en un intento de hacerse con el control de su vida y salvar a su amigo de la autodestrucción, deba restablecer el equilibrio entre lo correcto y lo incorrecto.
La ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2010 por In a Better World, presenta este drama que cuenta con la participación de Nikolaj Coster-Waldau (Mil veces buenas noches) y Ulrich Thomsen (Silencio de hielo), Maria Bonnevie (Uskyld), Nikolaj Lie Kaas (Skytten) y Lykke May Andersen. A continuación, su primer y excelente tráiler.
«Bier dirige con un pulso firme, sin renunciar a ciertos tics sentimentales inevitables en un relato así, pero manteniendo la atención durante todo el metraje. Ayuda una historia bien construida, que sabe evitar los lugares comunes, intentando ofrecer una reflexión, de fuerte ambigüedad moral, sobre la paternidad y el derecho a las oportunidades, planteando preguntas que planean en la cabeza del espectador a lo largo de todo el filme. Es una de las mayores virtudes de A Second Chance, la capacidad para que te cuestiones la corrección de los actos del protagonista». Gonzalo Hernández. El antepenúltimo mohicano. [Crítica]