La venganza del deletreador
crítica de Bad Words | dirigida por Jason Bateman, 2013
Aparte de un estupendo cómico, Jason Bateman se ha revelado en los últimos tiempos como un solvente actor de carácter, no solo en sus acertadas colaboraciones con Jason Reitman –Juno (2007), Up in the Air (2009)–, sino también en cintas independientes de talante más abiertamente dramático como la notable Disconnect (2012, Henry Alex Rubin). Tras haberse puesto tras las cámaras en la sitcom Do Not Disturb (2008), Bateman emprende su debut como director de largometrajes con Bad Words (2013), una comedia negra de bajo presupuesto que supone la enésima demostración de su tremenda versatilidad como artista. Como no podía ser de otra forma, también se reserva el papel protagonista, todo un bombón para su exclusivo lucimiento. En el filme encontraremos la faceta más deslenguada, borde y antisocial de Bateman en un tipo de personaje que bebe claramente del inolvidable Melvin con el que Jack Nicholson logró su tercer Óscar en Mejor… imposible (1997, James L. Brooks).
El brillante prólogo de Bad Words ya sirve perfectamente para entrar en materia y hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar a continuación. En él presenciamos como a un concurso de ortografía para niños, tan populares en los Estados Unidos, se presenta el cuarentón Guy Trilby con la intención de competir, agarrándose a vacíos legales de las normas del mismo. A pesar de la indignación de organizadores y padres de los críos, Guy se convierte en concursante, comenzando una retahíla de juegos sucios para ir eliminando a sus competidores. Como contrapunto al políticamente incorrecto protagonista, la historia presenta a dos personajes que sirven para dulcificar –no demasiado, ya que Bateman tiene la sabiduría suficiente como para que la cinta no pierda su mala leche en ningún momento– el carácter de Guy: Jenny, una periodista que le sigue en su cruzada con la intención de escribir un artículo, y el pequeño Chaitanya, contrincante con quien Guy termina desarrollando unos imprevisibles lazos de amistad. Jason Bateman está pletórico en su actuación, pero es de justicia destacar las valiosas aportaciones de la cada día más en alza Kathryn Hahn y el niño Rohan Chand, que se lleva las escenas más divertidas de la película en sus momentos de gamberra camaradería con Bateman.
Bad Words no es una comedia apta para todos los públicos, ya que contiene gran cantidad de diálogos soeces, algunos gags trasgresores realmente sorprendentes –la prostituta enseñándole los pechos al niño, previo pago por parte de Guy; el momento “periodo” con una de las niñas concursantes– y un personaje protagonista que reúne los peores defectos del ser humano (racista, homófobo, machista, son algunos adjetivos que le describen bien). Sin embargo, el guionista Andrew Dodge se guarda algunos ases en la manga que, conforme avanza la historia, hacen que nos encariñemos con semejante esperpento de hombre. Y es que en el fondo, tras esta coraza de rebelde sin causa en perpetua guerra con el mundo, Guy no es más que un niño grande, travieso e incorregible, tratando de vivir la infancia que se le ha sido negada. Bateman puede sentirse orgulloso de su ópera prima, ya que con los elementos con que contaba podría haberle salido una de esas simplonas comedias comerciales tipo El cambiazo (2011, David Dobkin) o Por la cara (2013, Seth Gordon) en las que a veces se suele mover. En cambio, el resultado ha sido un sorprendente relato agridulce que, detrás de toda su picante verborrea, esconde bastante corazón. También sirve Bad Words, de paso, para reírse de este tipo de concursos en la que los niños se dejan la vida para ganar y no defraudar a unos padres que son los auténticamente competitivos y sedientos de éxito. De esto ya tuvimos un excelente ejemplo en aquella obra maestra de Paul Thomas Anderson titulada Magnolia (1999), en la que, curiosamente, el veterano Philip Baker Hall desempeñaba un rol similar al que repite en este filme. Escandalosa y, a ratos hilarante, la película no tendrá la repercusión que merece en la taquilla, pero supone una magnífica carta de presentación para un nuevo director que ya tiene en su agenda una segunda incursión con la mismísima Nicole Kidman bajo sus órdenes. Personalmente, apuesto por él. | ★★★★★ |
José Antonio Martín
redacción Las Palmas de Gran Canaria
Estados Unidos. 2013. Título original: Bad Words. Director: Jason Bateman. Guión: Andrew Dodge. Productora: Focus Features / Aggregate Films / MXN / Darko Entertainment. Fotografía: Ken Seng. Música: Rolfe Kent. Montaje: Tatiana S. Riegel. Intérpretes: Jason Bateman, Kathryn Hahn, Rohan Chand, Philip Baker Hall, Allison Janney, Anjul Nigam.