Red de mentiras extramuro(s)
El viernes 11 de julio llega a las carteleras españolas Dos vidas (Zwei Leben, 2012) –candidata alemana al Óscar 2014 a mejor película de habla no inglesa–. Un thriller basado en hechos reales que ancla sus raíces en la Guerra Fría. Georg Maas y Judith Kaufmann –los directores– orquestan un drama sobre el telón de acero que se forja en la intriga y se consolida en las medias verdades y las duplicidades existenciales. Ambientada poco después de la caída del muro, la cinta aborda el tema de las mujeres noruegas que tuvieron hijos con alemanes durante la ocupación. Su intertextualidad nos remite a las fantásticas La vida de los otros (2006) y Bárbara (2012), la comparativa semeja desproporcionada pero Dos vidas aguanta el careo y se erige como la tercera pata de un trípode sobre la angustia, la mentira, la Stasi y la historia reciente alemana. Con el tono y el pulso característicos de la eficiencia germana esta cinta, de enredos y falsedades, promete ser uno de los grandes alicientes de la parrilla veraniega. Ahí van cinco razones para que no se la pierdan.
Liv Ullmann
La actriz noruega Liv Ullmann fue uno de los iconos femeninos de los años setenta, estuvo nominada al Oscar en dos ocasiones y fue una de las actrices fetiches del gran Ingmar Bergman, con el que trabajo en una decena de películas. Tras algunos años desaparecida en combate regresa de la mano de Georg Maas y Judith Kaufmann. Una oportunidad única para volver a disfrutar de su presencia en la gran pantalla.
Una lección de Historia
La historia siempre es distinta, depende de quien la cuente y de quien la escuche. Pero por encima de las vicisitudes inherentes a la naturaleza de Clío, subjetividad vs objetividad, en Zwei Leben se encuentran los atributos que acompañan a cualquier relato histórico. Desde las turbias aguas de la ficción deambulamos por las vidas que otros tuvieron y apreciamos la influencia de los hechos en su porvenir.
La stasi
Dos vidas, al igual que las arriba citadas La vida de los otros y Bárbara, pone de manifiesto una realidad que nos es ajena. La Stasi era el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana (RDA) a pesar de centrar sus operaciones en Berlín su red de influencia se fue extendiendo allende sus fronteras físicas y legales. Llegaron a tener una presencia relevante en países como Noruega y gozaron de una nómina de informadores civiles que duplicaba a los trabajadores permanentes de la organización.
Cóctel perfecto
La candidata alemana a los Óscar asocia lo mejor del drama familiar y lo mejor del cine de espionaje. De manera equilibrada y sin excesos trágicos ni giros argumentales imposibles los directores consiguen una acertada simbiosis. Mentiras, medias verdades, angustias, dobles identidades y desestructuración familiar en poco más de hora y media de metraje.
Eficiencia germana
Abruma el argumento. Abruma el hecho de que sea otro drama sobre el telón de acero. Dos vidas no es solo una película sobre cómo sufría la gente que vivía bajo el yugo de la RDA, de la misma manera que El hundimiento (2004) no solo es otra película sobre nazis. Con su buen hacer característico, al margen de pirotecnias sensibleras, la dupla realizadora construye un relato dinámico, que no exige paciencia ni reflexión desenfrenada, sí en su justa medida. Dos vidas posee la capacidad de satisfacer las demandas del espectador ávido de ritmo y del necesitado de disciplinada enjundia.