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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | The Turning

    The Turning

    Mi chica en llamas y otras historias

    crítica de The Turning | de Jonathan auf der Heide, Tony Ayres, Cate Blanchett, Jub Clerc,
    Robert Connolly, Shaun Gladwell, Rhys Graham, Justin Kurzel, Yaron Lifschitz, Anthony Lucas,
    Claire McCarthy, Ian Meadows, Ashlee Page, Stephen Page, Warwick Thornton, Marieka Walsh,
    Mia Wasikowska y David Wenham, 2013

    Una primera secuencia lírica e inquietante nos arrastra a los parajes australianos en el comienzo de The Turning, la adaptación cinematográfica del best-seller homónimo de Tim Winton. Este peculiar y extenso proyecto fílmico caracterizado por su bella fotografía y un exquisito hilo argumental, arrastra del papel a la cámara las diecisiete historias entrelazadas que tienen lugar a lo largo de tres décadas y que abordan conflictos humanos y experiencias emocionales de diferentes colores. Para lograr la ambiciosa consecución de esta antología, diecisiete cineastas distintos, bajo la dirección de Robert Conolly, aportan su granito de arena en la elaboración de cada una, produciendo así distintas estéticas y tratamientos narrativos, amparados en la unidad del guión acuñado por el propio Tim Winton, con una clara vocación de preservar las raíces literarias de su obra y construir un discurso expresivo que guarde los secretos y recuerdos de sus personajes. No se convierte así The Turning en un compendio desordenado o asimétrico hecho a base de una suma de interpretaciones por parte de sus múltiples creadores, sino que la ironía socarrona, los componentes místicos y religiosos en torno a la redención, y la búsqueda de la identidad y de la sexualidad se plasman como leitmotivs fundamentales de la obra. La aptitud narrativa de Winton, probablemente el novelista australiano más laureado de su generación, junto a su rico lenguaje repleto de sugerencias, sutilezas e imágenes veladas se trasladan con inteligencia a este puñado de relatos, cuyo mayor exponente es su gran emotividad y contagio de fuerzas: rabia, dolor, deseo punzante, compasión, culpa, amor, tristeza, pintan un empático lienzo que disecciona con agudeza los problemas más habituales del ser humano, esos que no cambian con el transcurso de los siglos.

    Esta película episódica, estrenada a nivel mundial en la parrilla del Festival Internacional de Cine de Melbourne convierte a actores de gran talla en cineastas noveles (Mia Wasikowska, Cate Blanchett y David Wenham), realza a directores más experimentados como Tony Ayres (The Home Song Stories) y Justin Kurzel (Snowtown), y abre puertas espacio a prolíficos talentos de nueva hornada como Jonathan auf der Heide (Tasmania) o Warwick Thornton (Samson & Delilah), junto a otros diversos nombres como el veterano creador de documentales y cortos Rhys Graham, Anthony Lucas (del corto The Mysterious Geographic Explorations of Jasper Morello), Claire McCarthy (The Waiting City), o la galardonada cortometrajista Ashlee Page y Marieka Walsh (del cortometraje The Hunter). Así, nos sumergimos en historias de diferente ubicación espacio-temporal en el lapso de treinta años, unidas por finos hilos. Comenzamos la andanza viviendo las inquietudes y sueños de futuro propios de la adolescencia de un chaval llamado Biggie y su mejor amigo, para seguir con la pérdida de virginidad y la poética del desnudo en el primer amor de dos púberes. En Damage goods, el capítulo más logrado, dominado estéticamente por una pantalla partida, un introvertido fotográfo saca instantáneas de una chica hermosa chica con la cara quemada llamada Strawberry Allison y encuentra la belleza en la destrucción, además de inquietarnos con un poema visceral. Entre otros, en On her knees, observamos una complicada relación entre una madre (Cate Blanchett) y su hijo; en Small mercies nos topamos de frente con el desaliento que provocan los divorcios con un niño de por medio; en Lon, clear view, que incluye pasajes a través de una cámara subjetiva, habla del aturdimiento infantil en torno al mundo, de un dios erigido como un locutor entre las estrellas; Family especula sobre la capacidad de triunfo y superación en una historia de deportistas, en Cockleshell una joven se rebela contra el maltrato que vive en el día a día de su hogar; The turning, que da nombre al filme y al libro, habla de los cambios irreversibles como “cuchillos calientes” a la hora de rehacer completamente tu vida; y, Defender, que cierra la obra de manera magistral, retrata los lastres que el pasado acarrea consigo de un niño a un adulto.

    The Turning

    Las voces en off de The Turning, su lenguaje narrativo rico en matices, la acusada crítica que mediante símbolos hace contra la conducta violenta, su contagio potente de espiritualidad y redención nos acercan al complejo universo literario de su autor, y nos instan a rebuscar en su bibliografía próximamente, de la cual apuntan que bebe mucho del material autobiográfico de Winton. Bien es cierto que la duración de este proyecto, de tres horas exactas, puede echar hacia atrás a cualquier espectador, pero con un pequeño empujoncito de paciencia hallaremos en sus episodios dosis de esa excelencia narrativa que no abunda precisamente en los últimos años, órganos palpitando en busca de la salvación de sus almas atormentadas, vidas entrelazadas por traumas, pulsiones, experiencias familiares, sexuales y sentimentales que son, en la otra punta del mundo y a lo largo de tres décadas, parecidas a las nuestras. Su variedad estética es una muestra de valentía, su batido de aportaciones nóveles junto a otras de amplio reconocimiento, y las interpretaciones de su variado elenco de actores enriquecedoras, sinceras, y convincentes. The Turning es una obra que gustará más a los devoralibros que a los cinéfilos empedernidos, pues encontrarán en cada mini-historia ese ingrediente básico y genuino de los buenos relatos; la expresión condensada de una emoción, el rasgo comprimido enterrado en su personaje, y el elemento sorpresa que capta y sostiene nuestra atención. No es, desde luego, una película al uso, pero la huella que deja es envolvente, sus rostros y vivencias, originales, y la sensación final que evoca en el espectador, se parece mucho a la plenitud. Toda una maravilla. | ★★★ |

    Andrea Núñez-Torrón Stock
    redacción Santiago de Compostela

    Australia, 2013, The turning. Director: Jonathan auf der Heide, Tony Ayres, Cate Blanchett, Jub Clerc, Robert Connolly, Shaun Gladwell, Rhys Graham, Justin Kurzel, Yaron Lifschitz, Anthony Lucas, Claire McCarthy, Ian Meadows, Ashlee Page, Stephen Page, Warwick Thornton, Marieka Walsh, Mia Wasikowska, David Wenham. Guión: Tim Winton. Productora: Arenamedia / Screen Australia. Música: Ryan Walsh. Fotografía: Warwick Thornton, Stefan Duscio, Miles Rowland. Reparto: Cate Blanchett, Rose Byrne, Miranda Otto, Richard Roxburgh, Hugo Weaving.

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