Ridículo Real
crítica de Grace de Mónaco | Grace of Monaco, Olivier Dahan, 2013
Extracto de la primera crónica del Festival de Cannes 2014
Olivier Dahan abrió Cannes con estrépito. Grace de Mónaco se llevó los primeros abucheos (y el aplauso de un par de extras, todo sea dicho); incluso para su actriz protagonista, Nicole Kidman, centro de los flashes dentro y fuera de la pantalla. El director francés ha retomado el biopic utilizando la excusa de la artista iconizada. Acertó con Edith Piaf y lo ha vuelto a intentar con Grace Kelly. Como en su momento hicieron Diana o Mi semana con Marilyn, Dahan disecciona a su personaje centrando el foco en la dualidad entre su faceta profesional y el sacrificio para con su marido y sus deberes como princesa. Lo hace contando el papel que la actriz jugó en las negociaciones entre Rainiero y Charles de Gaulle, cuando éste último presionó a Mónaco para que el principado dejará de ser el paraíso fiscal que era. La crisis política obligará a Grace a tomar la iniciativa de ganarse al Presidente de la República Francesa en base a lo que mejor sabe hacer. Interpretar. Convertir su vida en un papel más que, poéticamente, oculte el vacío de una mujer que no tenía nada más que su historia de cuento. Esa es la intención lítica del cineasta. La tragedia tras un personaje idealizado.
Dahan busca el melodrama con la insistencia de un redactor de moda. Encuadra a Kidman como si posara para el último spot de Channel Nº5 o para la portada de cualquier magazine de cotilleos que uno pueda imaginarse. Utiliza formas afines al melodrama clásico. Ese afán por la búsqueda del plano perfecto, en la tradición en la que Josef von Sternberg visualizaba a Marlene Dietrich. La imagen en la que la que la actriz brilla, casi como un diamante de Swarovsky, merced a una fotografía que busca tal efecto. Dahan presiona el rostro de la actriz evidenciando un interés de trascendencia que resulta hilarante. La pretendida complejidad que el cineasta decía haber buscado no se transmite. Por mucho que se diga que la película puede tener cierta ambigüedad de lectura en el tratamiento bipolar de Grace. La vida de esta mujer era ficticia ya que detrás de ella no había nada, sólo frío lujo. La idea se queda en el aire, sepultada por la cursilería de unas composiciones musicales llamativas, de un montaje de manual y de un guión que, de nuevo, vuelve a hablar del personaje con óptica descontextualizada, la del que habla desde el presente sin ser capaz de ver con perspectiva. El mismo gran error de prácticamente el cien por cien de biografías que llegan a la cartelera. Por alguna razón cinematográfica, a Dahan, además, se le antoja la necesidad de sacarse de la manga un par de situaciones históricamente inventadas que reúnen en la misma escena a los dos antagonistas, y en esa misma afirmación deja a las claras sus intenciones, una llamada de atención que iguale a lo que en su momento fue La Vie en Rose, tirando al traste un concepto que bien podría haberle dado jugo. El de la dualidad de la princesa de Mónaco y la definición de sí misma; ahondar en ese autoengaño y el encubrimiento de un vacío total y absoluto. Tristemente, las intenciones acaban embarradas. El filme es plano y por más dobles (y optimistas) lecturas que se puedan buscar, lo que aparece en pantalla es lo que hay. Grace de Mónaco está lejos de la decencia que Dahan logró imponer a su traslación de Piaf. Su trabajo ha sido catalogado ya como una de las peores aperturas de Cannes en estos últimos años. No es para menos. | ★★★★★ |
Gonzalo Hernández
enviado especial al Festival de Cannes 2014
Francia, Estados Unidos, 2014, Grace of Monaco. Director: Olivier Dahan. Guion: Arash Amel. Productora: Stone Angels / YRF Entertainment / Film Fund Luxembourg. Fotografía: Eric Gautier. Reparto: Nicole Kidman, Tim Roth, Milo Ventimiglia, Derek Jacobi, Parker Posey, Paz Vega, Frank Langella, Geraldine Somerville, Robert Lindsay, Roger Ashton-Griffiths, Flora Nicholson, Jeanne Balibar. Presentación oficial: Cannes 2014.