Futuro Óscar en la Croisette
crónica de la sexta jornada de la 67ª edición del Festival de Cannes
Críticas: Foxcatcher (Bennett Miller), Still the Water (Naomi Kawase), Bird People (Pascale Ferran)
A girl at my door (July Jung).
Sexto día. Como es norma, abrimos a primera hora con el estreno a Competición de la mañana. Foxcatcher: Bennett Miller y su llamamiento a la premios de la Academia. Obra que pide galardón, pero no en Cannes. El director ya tendrá tiempo de saborear las mieles del éxito dentro de unos meses. Su película es muy buena pero en la Croissette hay otros trabajos y otros nombres más desconocidos que merecerían mayor atención. Tras esta apertura, Un Certain Regard nos ofrece una vez más ideas algo extravagantes. El realismo mágico con trazas de Bird People y la problemática coreana de A Girl at My Door. La primera muy falta de unión y coherencia. Y, la segunda, erigiéndose en esa película interesante del día que aunque correcta no termina de implicarte. Como broche final otra premiere de Sección Oficial. Naomi Kawase y Still the Water. Sensibilidad asiática y contemplativa algo estirada y desfocalizada que, a pesar de todo, ha gustado mucho a la crítica aquí presente.
FOXCATCHER
dirigida por Bennett Miller
intérpretes: Steve Carell, Channing Tatum, Mark Ruffalo, Sienna Miller, Anthony Michael Hall, Vanessa Redgrave.
Estados Unidos, 2014 | Competición
La jornada se abría con Foxcatcher, última cinta de Bennett Miller y su paricular llamamiento a los Óscar de la Academia. Pero antes que nada, hay que ponerse en antecedentes. Miller fue el director que le dio a Philip Seymour Hoffman el papel con el que el actor ganaría el Óscar por Truman Capote. Hace tres años intentó lo mismo con Brad Pitt en Moneyball y ahora ha repetido jugada con Steve Carell. Es la primera vez que pisa Cannes y Foxcatcher ya se ha convertido en una de las películas destacadas del certamen. El destripamiento silencioso y descarnado de la esquizofrénica ambición americana reflejada a través de un episodio real centrado en la vida de Mark Schultz, campeón mundial de lucha que en 1996 se convirtió en parte de un equipo creado en exclusiva por John Du Pont, un multimillonario con problemas psicológicos con el que Mark establecería una enfermiza relación de poder que marcaría los actos del propio Du Pont. El referente de Paul Thomas Anderson está en el horizonte y The Master se percibe como una de las fuentes básicas. Foxcatcher está tratada con más sutilidad de la que uno esperaría en un filme que tira claramente a intenciones de premio. El director apenas utiliza música, es muy cuidadoso con la cámara y utiliza a Steve Carell como punto de encuentro de todo el filme. Por más que algunas escenas hayan dado a Channing Tatum esperanzas de nominación y Mark Ruffalo calque su personaje con una facilidad que ni asombra, es Carell encarnando a Du Pont quién roba el discurso. Dentro y fuera de la pantalla. Su mímesis es asombrosa hasta el punto de que uno ni siquiera se da cuenta de que el actor está ahí tras la máscara, moldeando las facciones y las contradicciones de un personaje que marcará su carrera y le abrirá las puertas a nuevas posibilidades, de la misma forma que le ocurrió a Jim Carrey con Eternal Sunshine of the Spotless Mind. Ya sabéis, el cómico que calca la tragedia. John Du Pont busca un consuelo interior en el poder sobre otras personas que se intuye fruto de la distancia emocional de su madre —pequeño papel de Vanessa Redgrave, aportando presencia y credibilidad—e incluso de un homoerotismo que Miller deja caer muy vagamente pero que no es descabellado en un deporte como el que trata. El cineasta ha estrenado en Cannes su mejor obra hasta ahora. Un filme del que oiremos hablar hasta el hartazgo el próximo año y que, pongo la mano en el fuego desde aquí, le asegurará a Steve Carell una ristra importante de reconocimientos. | ★★★★★ | 78/100 |
A GIRL AT MY DOOR
Doheeya
dirigida por July Jung
intérpretes: Doona Bae, Hie-Jin Jang, Sae-Byeok Song, Sae-ron Kim, Seong-Kun Mun.
Corea del Sur, 2014 | Un Certain Regard
July Jung es una de las contendientes a la Cámara de Oro con su debut en la dirección con A Girl at My Door, cinta coreana cercana al melodrama de telenovela sobre una agente de policía lesbiana que decide acoger en su casa a una niña que sufre abusos físicos por parte de su padre. Jung aborda temas tabú de su país como son la homosexualidad y la xenofobia poniendo el punto de mira en cómo su sociedad desvía la mirada ante la problemática de los abusos infantiles mientras aquellos que se comprometen acaban salpicados por un sistema poco justo. No carga las tintas más de la cuenta pero sí aporta escenas —y sobretodo una muy concreto en el clímax— que ayudan a que el resultado no sea demasiado débil. Doona Bae, más conocida por encarnar al androide de El atlas de las nubes, dibuja a su personaje con hermetismo y reservas. Su pasado en Seúl condiciona el presente en su trabajo hasta que se vuelve incontenible. La relación que establece con la niña le crea una dependencia afectiva a esta última que se vuelve parte clave de la trama y aunque ofrece un relato que se aprecia en sus intenciones, también está plagado de elementos desubicados; en concreto el de un emigrante extranjero que se percibe impostado en el discurso sólo para marcarlo todo con un rotulador aún más llamativo. Es un filme que se queda en zona media, como muchos hemos visto estos días. Interesante y con ese toque contemplativo y pausado que caracteriza a parte de las producciones asiáticas que retratan el costumbrismo rural de su país. | ★★★★★ | 55/100 |
BIRD PEOPLE
dirigida por Pascale Ferran
intérpretes: Radha Mitchell, Josh Charles, Clark Johnson, Anaïs Demoustier, Roschdy Zem.
Estados Unidos, 2014 | Un Certain Regard
Hace 10 años Pascale Ferran ganó la Cámara de Oro con Pequeños arreglos con los muertos. Hasta ese momento sólo había estado en Cannes una vez, en 1990 con el cortometraje Le Kaiser. Bird People es su tercera incursión, la segunda en la sección paralela Un Certain Regard. Llama la atención la coincidencia que ha habido este año en el festival respecto al tema animal, pues son varias las que hemos visto que han tratado, con más o menos complicidad, el tema. Lo ha hecho White God, lo pudimos ver en el Marche du Film a través de unos llamativos pósters, y ahora lo hace, muy líricamente y con toques de fábula infantil, la última obra de la directora francesa. Dividida en dos partes el filme, se centra por un lado en la ruptura de un matrimonio —otro más después de La desaparición de Eleanor Rigby y Winter Sleep— y, por otro, en una joven asistenta de un Hilton con tendencia a observar las vidas de la gente. Ellos son Gaby y Audrey y, como en la citada obra de Ned Benson protagonizada por Jessica Chastain, cada fragmento le pertenece a uno y otro. En apariencia las historias no pueden ser más distintas, tanto en tono como en tratamiento. Ferran aborda a Gaby con sobriedad, dibujando a un personaje aislado en habitaciones de hotel, que vive trabajando, superado por unas circunstancias personales y llevando una vida con la que realmente no se siente completo. Por su parte, Audrey parece no pedirle demasiado a nada ni a nadie. Es un espíritu soñador, que se distrae con facilidad mirando a otras a personas. De hecho, Ferran adopta esta mirada desde la apertura en un vagón de metro con una cámara que observa atenta a unos y luego a otros, escuchando sus conversaciones de teléfono, su música, y sus pensamientos. Lo que comienza con un aire documental sobre el aislamiento de las capitales deriva en su segunda mitad en una fábula de tintes muy cursis. Hay un punto de ruptura brutal en el fragmento de Audrey que marca la propuesta no muy positivamente y que entra de lleno en el terreno de la fantasía y el realismo mágico con unas pretensiones que más que cómplices resultan ridículas. Sin duda, ha sido la particularidad del día. | ★★★★★ | 40/100 |
STILL THE WATER
Futatsume no mado
dirigida por Naomi Kawase
intérpretes: Makiko Watanabe, Hideo Sakaki, Tetta Sugimoto, Miyuki Matsuda, Jun Murakami, Fujio Tokita.
Japón, 2014 | Competición
Still the Water era el regreso de otra selecta del festival. Naomi Kawase, ganadora de la Cámara de Oro en el 97 y del Gran Premio del Jurado en el 2007, estrenaba en Cannes por quinta vez para presentar su nueva obra. Cineasta de recorrido prolífico y fuerte lirismo, Kawase reincidía en su temática habitual contando la historia de una familia, un primer amor, una madre enferma y el paso del tiempo y la muerte con el mar como trasfondo y símbolo. Haciendo gala de una poesía que explota en los momentos más contemplativos —personajes apreciando la espiritualidad de una naturaleza harto delicada—, la directora va contando su historia pasando de los terrenos más plúmbeos a los más intensos sin encontrar del todo un terreno medio que equilibre la propuesta. Kayto y Kioko son amigos de la infancia. No conciben el amor hasta que llega una edad en la que empiezan a ser conscientes de ello y las frases de fuerte calado inundan sus conversaciones. Mientras sus mayores insisten en que la muerte no es el final, ellos se preguntan el motivo de que la gente nazca y muera sin razón. Todo se llena de una filosofía vital algo estirada en el metraje —2 horas 30 minutos— con la que o comulgas o te quedas fuera pero no despierta indiferencia. En el contexto, la exuberante atmósfera paisajística gana un protagonismo esencial que viene hablar de unión del alma con el universo y de la concepción del océano como fuente de purga y pureza, en una sutil alusión a la catástrofe en el suroeste de Japón hace tres años. A los incondicionales de su directora les entusiasmará sin reservas pues es un alargamiento más de una filmografía por otro lado muy coherente con la que Kawase ha sabido labrarse una identidad propia. Ya se ha situado entre las destacadas del certamen. | ★★★★★ | 70/100 |
Gonzalo Hernández
enviado especial al Festival de Cannes 2014