Una temporada de cambios y ambición
crítica de Parks and recreation (2009-) | Temporada 6
NBC / 6ª temporada: 22 capítulos | EEUU, 2013, 2014. Creadores: Michael Schur & Greg Daniels. Directores: Dean Holland, Nicole Holofcener, Jay Karas, Jorma Taccone, Morgan Sackett, Wendey Stanzler, Michael Trim, Julie Anne Robinson, Alan Yang, Adam Scott, Ken Whittingham, Beth McCarthy-Miller, Nick Offerman, Michael Schur. Guionistas: Michael Schur, Alan Yang, Donick Cary, Matt Murray, Harris Wittels, Aisha Muharrar, Matt Hubbard, Dave King, Amy Poehler, Sam Means, Joe Mande, Megan Amram, Jen Statsky, Emma Fletcher, Rachna Fruchbom. Reparto: Amy Poehler, Aubrey Plaza, Nick Offerman, Adam Scott, Jim O´Heir, Retta, Aziz Ansari, Rashida Jones, Rob Lowe, Jon Glaser, Billy Eichner, Henry Winkler, Lucy Lawless, Jay Jackson, Ben Schwartz, Kristen Bell, Jenny Slate, Andy Forrest, Kevin Symons. Fotografía: Tom Magill. Música: Mark Rivers.
De entrada hay que decir que como sitcom, es difícil hacerlo mejor que Parks and recreation. Son ya seis temporadas y 112 episodios donde Michael Schur y su groupe de guionistas y divertidísimos intérpretes han acuñado un tono perfecto para contar lo que quieren. Saben cómo hacerlo, saben quiénes son los personajes y la mitología de su universo. Anclados en una suerte de realismo, o al menos veracidad en lo que cuentan, pero bañado por un enfoque de comedia disparatada. Un equilibrio que dominan y del que han sido capaces de sacar decenas de historias divertidas e interesantes. Y también algunas decisiones erróneas. La 6ª temporada ha vivido una existencia de lo más tumultuosa, tanto para bien como para mal, y ha sido fascinante ver cómo Schur se adaptaba a las circunstancias, sin contar con que esta temporada tenía otra serie en antena, la hilarante Brooklyn Nine-Nine (2013-), aunque ésta tenga un co-creador más bien al mando, Dan Goor. La temporada comenzó en Londres y pasó por Francia y otros lugares de Inglaterra; no contó con uno de sus actores, Chris Pratt, durante buena parte de los primeros episodios; tenía 13 capítulos para despedir a dos personajes fijos que dejaban la serie (Ann y Chris), siendo Ann un personaje fundamental; Amy Poehler ganó un merecido Globo de Oro en enero por su papel de Leslie Knope, cada vez más icónico; se jugó con la trama del embarazo de la nueva mujer de Ron, Diane, condicionados por lo difícil que es trabajar con Lucy Lawless cuando no está fija en una serie, ya que vive en Nueva Zelanda; dos guionistas de los importantes dejaron la serie para trabajar en la comedia de FOX y el presidente de NBC les dio por segura la renovación meses antes de rodar el final de temporada. La popularidad de la serie es tal que Michelle Obama ha participado en el penúltimo episodio, aunque eso beneficia a ambas partes, evidentemente. La sorpresa que cierra la temporada, y que no vamos a desvelar, es el cambio definitivo en una serie que siempre ha disfrutado con descolocar al espectador.
No todo es perfecto ni ideal, por supuesto. El verano pasado se anunciaba la salida de Rashida Jones y Rob Lowe de la serie, y supimos que iban a despedirse en Ann y Chris (6.13), pero la forma de orquestar su salida ha dejado bastante que desear. Quizá se deba a la ocupada agenda de Jones, pero su personaje no ha salido en varios de estos 13 episodios, y no ha sido hasta los últimos que se ha transmitido una verdadera sensación de que dos protagonistas iban a dejar la serie. De hecho, la conmovedora despedida de Ann y Leslie (que resultó ser temporal) nos hizo pensar en las múltiples oportunidades perdidas. El mundo de la serie se ha adaptado con credibilidad a las nuevas circunstancias, y no se ha tratado su ausencia como una súbita desaparición de la que después no volvimos a saber nada. El resto de la temporada ha sabido navegar en ese punto intermedio que dominan de pura sitcom, con sus recursos a pleno funcionamiento, y su honesto acercamiento a los trabajadores públicos. Los efectos de la fusión de las ciudades, que dio comienzo a la temporada, han puesto en marcha varias tramas interesantes y sorprendentes, donde la propensión de los guionistas al chiste demente ha funcionado muy bien. La evolución de los personajes no se nota forzada, ni se enfatiza en exceso el momento en el que se encuentran en sus vidas, como un recordatorio machacón para el espectador vago.
En una entrevista concedida para publicitar el arranque de la temporada, Nick Offerman, que interpreta al gran Ron Swanson, hablaba de que en una pausa del rodaje en Londres, Amy Poehler y él se sentaron a descansar en un banco y hablaron del increíble viaje de una pequeña serie que comenzó a la sombra de la The office (2005-2013) americana y ha terminado no solo por tomar entidad propia sino por hacerse un hueco en la parrilla televisiva por méritos propios. La ambición siempre ha sido parte del ADN de la serie, pero en esta temporada se ha notado más que nunca. Con Leslie fuera de su trabajo como concejala, se ha instado al personaje a pensar a lo grande, con la lección de que el trabajo bien hecho tiene recompensa. La misma lógica se aplica al resto de los personajes, en cuanto a que lo se cuenta en consecuente con sus personalidades y se trata sus trayectorias como los pasos lógicos de una vida real. Casi siempre, porque en la vida uno no está supeditado a una estructura temporal de meses y acción por episodios, pero Parks and recreation palía bastante bien el inconveniente. Es puro material de la era de Internet, con frases memorables, gags ingeniosos y una galería de excéntricos personajes recurrentes que llenan vídeos de Youtube. Su apuesta por la referencia popular no es caprichosa, y el lado emocional de sus criaturas respira sin que a uno le dé vergüenza ajena ver ese tipo de escenas.
Con todo lo dicho, uno podría pensar que nos encontramos ante una serie que roza la perfección, cuando no es el caso. Este crítico reitera que en el papel y en la práctica la comedia da todo lo que una sitcom puede dar, pero al problema de la salida de Ann y Chris ya apuntado se suma algunas pegas con el humor de la serie. Dicho de otra forma, algunas de sus apuestas cómicas resultan más cargantes que divertidas. El sostenido acoso laboral a Jerry, el escaso registro de Aubrey Plaza y Chris Pratt, aunque sus personajes sean hilarantes, la enemistad del concejal Jamm o la estupidez supina del estilo de vida de Tom y el grupo de personas que representa han sido siempre puntos débiles en la sólida estructura cómica de Parks and recreation, aunque es evidente que los guionistas no lo ven así, ni el sector del público que adora esos segmentos de la serie. Tras seis temporadas, el producto sigue evolucionando y probando cosas nuevas, lo cual es siempre bienvenido. Es estimulante que una comedia no se duerma en los laureles de su éxito. El final abre muchísimas posibilidades, así que solo queda esperar unos meses y prepararse para dejarse sorprender. Siempre queda el famoso portal de vídeos para mitigar la espera. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
redacción Sevilla