Este viernes 4 de abril llega al fin a las carteleras españolas una de las indiscutibles películas del pasado año, El desconocido del lago, y lo hace cuando aún no se han apagado los ecos de la encendida polémica que desató en su presentación en el Festival de Cannes de 2013, a causa de sus muy audaces escenas sexuales. Aquello no impidió, a pesar de todo, que su realizador, Alain Guiraudie, se hiciese con el premio al mejor director en la sección Un Certain Regard, dejando bien claro que estábamos ante una obra muy notable, independientemente de los elementos más morbosos que adornan su trama. La fantástica acogida crítica se extendió posteriormente a su paso por el Festival de Sevilla, en donde se hizo con el máximo galardón, el Giraldillo de Oro a la mejor película, además de una segunda estatuilla para su fotografía. En su país de origen, Francia, se convirtió en una de las grandes favoritas en la carrera de los César, logrando 8 nominaciones –las mismas que La vida de Adèle (Abdellatif Kechiche) y sólo dos menos que la gran triunfadora Guillaume y los chicos, ¡a la mesa! (Guillaume Gallienne)–, de las que únicamente se materializaría el premio al mejor actor revelación para el sorprendente Pierre Deladonchamps. Desde EAM recomendamos fervientemente el visionado de este excelente filme y, si no lo tienen demasiado claro, a continuación daremos los motivos por los que sería un tremendo error dejar pasar una de las citas ineludibles con el mejor cine europeo.
CUATRO MOTIVOS PARA NO PERDERSE EL DESCONOCIDO DEL LAGO
♣ El desconocido del lago aúna con maestría dos géneros como son el drama romántico (a tres bandas, donde ninguno de los tres personajes principales son correspondidos como verdaderamente desean) y el thriller policiaco, en la mejor tradición del cine negro francés más clásico. La historia se desarrolla íntegramente en el escenario del lago del título, expandiéndose únicamente hasta la zona boscosa que rodea el lugar o los aparcamientos en donde dejan sus coches los asiduos al lugar, unos hombres que acuden habitualmente a pasar las horas relajándose o buscando sexo casual con perfectos desconocidos en un ambiente bucólico y libertino. Allí cruzan sus destinos los tres protagonistas: Franck (Deladonchamps) –un curioso joven asiduo al cruising que acude a diario al lago–, Henri (Patrick Dassumçao) –un solitario hombre que siempre permanece alejado del resto de los bañistas, recientemente abandonado por su mujer y con quien Franck inicia una amistad– y el atractivo Michel (Christophe Paou) –un tipo que no tiene el menor tipo de problema para llevarse cualquier conquista gracias a su poderoso físico, por lo que se convierte en el oscuro objeto de deseo de Franck–. Las relaciones que se establecen entre ellos –donde se combinan sentimientos como el deseo, los celos, las dudas y el miedo– son el motor que mueve esta historia que se resbala sugerentemente hacia los terrenos del thriller psicológico desde el momento en que un bañista es asesinado en el lugar. A partir de ahí, El desconocido del lago se transforma en una de las historias de amor más fatalistas y peligrosas del cine reciente.
♣ Al igual que sucede con La vida de Adèle, el filme de Guiraudie juega muy bien la baza de la provocación, no teniendo ningún miedo a mostrar escenas de sexo explícito entre sus actores y contribuyendo enormemente a normalizarlas dentro del cine convencional. No estamos ante una película pornográfica, pero sí es verdad que el público encontrará momentos solo aptos para mayores de 18 años –masturbaciones, sexo oral o eyaculaciones se muestran sin ningún tipo de pudor–. Es verdad que corre el riesgo de que a gran parte de la audiencia de mente cerrada pueda resultarle incómodo ver cómo dos hombres mantienen relaciones íntimas con toda la naturalidad del mundo, pero su triunfo allá donde se ha estrenado demuestra, afortunadamente, que las mentalidades están cambiando y se puede hacer un cine más libre y menos encorsetado. De hecho, la mayor polémica en Francia no vino de los tórridos escarceos sexuales de los personajes, sino de algo tan nimio como el dibujo de dos hombres besándose en el cartel.
♣ La puesta en escena, a pesar de la economía de medios, es realmente un acierto. Los responsables de El desconocido del lago han sabido sacarle el máximo partido a los escenarios para crear un clima verdaderamente opresivo (pese a desarrollarse totalmente en espacios abiertos). Desde ese lago aparentemente idílico que se convierte en escenario de un crimen, hasta esos bosques en los que los personajes se pierden para dar rienda suelta a sus deseos carnales, todo está perfectamente medido para que la acción no resulte repetitiva o monótona. La estupenda fotografía de Claire Mathon contribuye muy bien a crear esa atmósfera de turbia sensualidad que envuelve a todo el filme.
♣ El desconocido del lago es un curioso caso de película protagonizada íntegramente por personajes homosexuales que, sin embargo, ha trascendido del típico producto de temática LGBT –salvo excepciones como Weekend (2011, Andrew Haigh) o Keep the Lights On (2012, Ira Sachs), este tipo de cine lo tiene realmente difícil para llegar a estrenarse con normalidad en las salas comerciales–. La multitud de premios que lleva recolectados y la magnífica recepción por parte de la crítica, han convertido a la cinta de Guiraudie en uno de los títulos indispensables del cine europeo de 2013 y en la obra maestra de un realizador que ya había tocado el tema de la homosexualidad en películas menores como el mediometraje Ce vieux rêve qui bouge (2001) o la comedia Le roi de l'évasion (2009), que mostraba la relación entre un cuarentón y un adolescente.
Ya lo saben, si son de ese tipo de público que no tiene miedo a vivir nuevas y audaces nuevas experiencias en una sala de cine, con la mente lo suficientemente abierta para no dejarse escandalizar por el sexo explícito, dejándose atrapar en la poderosa y negrísima tela de araña tejida por su director y guionista, El desconocido del lago es la película que no pueden dejar pasar. Dirigida con mano maestra e impecablemente interpretada, no dejará indiferente a nadie y tiene todas las papeletas para convertirse en uno de los títulos de culto del nuevo cine francés.
José Antonio Martín
redacción Madrid