De mezclar sentimientos y cine
crítica de When evening falls on Bucharest or Metabolism
Când se lasa peste Bucureşti sau metabolismo, de Corneliu Porumboiu, 2013
Por alguna razón tan maravillosa como extraña, existe una ola de directores rumanos que han puesto de golpe a su país en el mapa de la cinematografía en los últimos años. Son parte de la sección oficial de festivales y tienen el suficiente éxito como para que puedan sacar adelante su siguiente proyecto sin (muchos) problemas. Aunque lo que ha puesto en la onda a bastantes de estos estimulantes cineastas es un cine social seco, rodado con cámara en mano y sin hacer muchas concesiones al espectador. Lo bueno es que al abrir ese hueco, otro tipo de películas se pueden colar. Fue el caso hace varios años de 12:08: Al este de Bucarest (A fost sau n-a fost?, 2006), comedia cáustica y bastante irregular pero que presentó en las salas españolas a un director, Corneliu Porumboiu, con evidentes ganas de incordiar a su país, en el buen sentido. When Evening Falls on Bucharest or Metabolism, un título algo críptico, no tiene ganas de molestar pero es una experiencia plenamente disfrutable. Una película-de-actores donde el diálogo ocupa buena parte del metraje y una cotidianeidad nada afectada –y esto tiene mérito– se manifiesta ante el espectador. La historia es simple: un director y una actriz, Paul y Alina, han iniciado una aventura durante el rodaje de la última cinta de éste, de contenido político. Como resultado de esta relación, el argumento está cambiando para centrarse más en ella. En sus encuentros ensayan una escena clave y aprovechan para conocerse. Y varios días condensarán todos los altibajos de una relación. No sabemos cómo empezaron su romance ni nos importa. Interpretados por unos excelentes Bogdan Dumitrache y Diana Avramut, los protagonistas de la cinta hablarán de todo un poco pero sin caer en uno de los tópicos del cine que cubre este tipo de historias: las conversaciones sobre lo divino y lo humano. No. Aquí todo lo dicho en pantalla es plausible para una aventura de este tipo, con fecha de caducidad. Nada de metáforas ni importantes descubrimientos personales. Sabemos de ellos por sus acciones (esas llamadas de teléfono a Alina). No hay subrayados ni reiteraciones, porque se rompería el hechizo de lo creíble.
A pesar de que comienza la película con una brillante conversación donde Paul explica con bastante claridad las ventajas de rodar en digital, no existe en Porumboiu un afán de trascender. Es evidente que la comedia es un divertimento (in)ofensivo, que no inocente. Minuciosa con sus ideas –la discusión sobre la escena en la que el personaje de Alina escucha algo importante en la película de Paul–, la cinta enclaustra esas charlas inteligentes en planos rodados en una toma, con pocos movimientos de cámara y a veces encuadre fijo. Todo en aras de garantizar esa cotidianidad ya nombrada. Como comedia, su eficacia radica en el humor de las situaciones, sin forzar los mecanismos en pos de un chiste. La figura de la productora de la película como improvisada madre superiora, lidiando con estos dos “críos” y sus ganas de divertirse, proporciona algunos de los mejores momentos de un filme ligero pero muy agradable. Quizá el punto más cuestionable del metraje sea una escena, clave en la trama, donde Porumboui incluye varios minutos de una endoscopia. Es uno de los chistes más ocurrentes, pero se alarga en exceso. Hay en When Evening Falls on Bucharest or Metabolism un par de mordientes comentarios sobre el mundo del cine y la industria. Las presiones presupuestarias, el cuidado ideológico en los argumentos, las subvenciones y las razones por las que uno se dedica al oficio. La entrada en la trama de un director amigo de Paul supondrá el detonante final a la relación, cuando ambos rivalicen con sutileza por la actriz guapa. Terminado el filme y cerrada la aventura del director y la actriz, uno se queda con la sensación de haber superado una pequeña montaña. Y es que la película requiere paciencia de entrada porque, como rezaba la famosa frase de la extraordinaria La conversación (The conversation, Francis Ford Coppola, 1974) a propósito del cine de Eric Rohmer: “Es como mirar ver crecer las plantas”. Pero la paciencia tiene su pequeña recompensa, y la cinta merece ser vista. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
X edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla
Rumanía, 2013. Título original: Când se lasa peste Bucureşti sau metabolism. Guión y dirección: Corneliu Porumboiu. Fotografía: Tudor Mirceat. Productoras: 42 Km Films, Les Films Du Worso. Reparto: Bogdan Dumitrache, Diana Avramut, Mihaela Sirbu. Presentación oficial: Locarno 2013.