ilustración| Lorenzo Montatore
miércoles, 19 de marzo de 2014
Aluminio y ceniza, parte II
Si buscamos el calificativo consecuente, término infrautilizado en nuestros días, en el DRAE, encontraremos como segunda acepción: «(Dicho de una persona) ...conducta que guarda correspondencia lógica con los principios que profesa». Si hubiera que poner un calificativo al final de True Detective, éste sería el más apropiado. Y lo es, porque ha cerrado de forma clásica, sin atender a ninguna teoría gravitatoria, ni a un giro imposible. Pese a su atmósfera opresiva y su halo lúgubre, ha dejado abierto un vano donde la luz vuelve a ser protagonista. Y es necesario que sea así. Nuestros particulares héroes Rust Cohle y Marty Hart han ganado una pequeña batalla dentro de un submundo infecto que no tiene remedio. Preguntas en el aire, muchas. Son realmente relevantes en la narrativa, absolumente no. Pizzolato ha dado una auténtica lección de guion. Y siendo consecuente se ha desmarcado de esa máxima en el audiovisual actual donde o giras o caducas. O mueres o caducas. Para todo lo demás, tienen a mi compañero José Luis Forte y Lorenzo Montatore.
Emilio Luna
redacción Extremadura