El incombustible Claude Lelouch (Toda una vida) está de vuelta con esta tragicomedia romántica sobre la falta de responsabilidades, la madurez y los frágiles lazos familiares. En esta ocasión, el realizador francés hace equipo con un reparto de quitarse el sombrero, entre los que destacan, Johnny Hallyday, protagonista de la presente cinta y colaborador de algunos de los grandes nombres del cine galo, como Godard (Detective) o Leconte (El hombre del tren); Sandrine Bonnaire, todo un icono del cine —no sólo como actriz, ya que ha demostrado que es capaz de hacerlo muy bien tras las cámaras con su filme Su nombre es Sabine—, a la que también hemos podido ver en varios títulos de Leconte (Monsieur Hire o Confidencias muy íntimas); y la guapa Irène Jacob, una de las musas de Krzysztof Kieslowski a la que vimos desdoblarse física y emocionalmente en la genial La doble vida de Verónica. Poco podemos avanzar sobre la trama, a excepción de que seguirá los pasos de Jacques Kaminsky, un fotógrafo de guerra que parece haber descuidado sus tareas paternales durante los últimos años, dedicándose completamente a su pasión por la fotografía y a crear una nueva vida en compañía de su reciente novia en los Alpes. Gracias a un amigo, un día se verá obligado a enfrentarse a esas responsabilidades que había estado esquivando consciente o inconscientemente. El próximo 2 de abril será estrenada en Francia.
texto| Alberto Sáez (Dublín)
fuente| Allocine