El juego continúa
crítica de Hassun (2x03) | Hannibal (Temporada 2)
NBC | EEUU, 2014. Director: Peter Medak. Guión: Jason Grote & Steve Lightfoot. Creador: Bryan Fuller. Reparto: Hugh Dancy, Mads Mikkelsen, Laurence Fishburne, Caroline Dhavernas, Hettiene Park, Scott Thompson, Aaron Abrams, Raúl Esparza, Cynthia Nixon, Lara Jean Chorostecki, Shawn Doyle, Maria del Mar, Barry Flatman. Fotografía: James Hawkison. Música: Brian Reitzell.
El juicio de Will tiene lugar. Jack sigue sin saber cómo se siente ante la culpabilidad del acusado.
Es curioso que un episodio de importante contenido como éste dé la impresión de ser un capítulo de transición una vez han terminado los 43 minutos de rigor. Nos habrán malacostumbrado a las cruentas escenas de crímenes y los procesos detectivescos –que los hay en este Hassun, pero de distinta forma– como grandes eventos del capítulo. Esta decimosexta entrega de Hannibal juega con la posibilidad de que haya un nuevo asesino misterioso en el tupido tapiz de relaciones personales del núcleo protagonista. Quizá sea el doctor Lecter continuando sus retorcidas travesuras, pero el episodio es ambiguo al respecto. Lecter pudo cometer los crímenes y montar toda la parafernalia para que el juicio de Will no se resolviera, pero se apunta también a la teoría del fan enfermo. La oreja como regalo de amor, y la literal interpretación del papel de la justicia –ciega, sin corazón y sin cerebro– son los cuadros de horror de esta semana. Hacer que Will siga en la cárcel y su juicio tenga que repetirse puede ser tanto un gesto de amor como de odio. La metafórica imagen que abre el episodio parece apuntar a esto: Will sueña con un bucle eterno donde es ejecutado en la silla eléctrica.
Se admiten sospechosos. Quizá por ello se nos ha recordado que Brian el criminalista no soportó a Will desde un comienzo, o que Alana y nuestro falso culpable estuvieron a punto de tener una relación. O quizá todo sea una broma de los guionistas, y el caníbal esté jugando de nuevo. Sabemos cuánto le gusta reírse de la justicia. El juicio sirve para exponer con claridad el caso para el espectador: Will está acusado de cuatro asesinatos / Jack no puede afirmar con seguridad que crea culpable al joven / el doctor Chilton está convencido de su culpabilidad y Hannibal sigue siendo el hombre-ciervo. Para los mayores fans, el episodio marca el regreso de uno de los mejores personajes presentados en este lavado de cara de la novela de Thomas Harris: Freddie Lounds. Reconvertida en mujer, la periodista más ambiciosa presta su testimonio en el caso. Lara Jean Chorostecki vuelve a lucir un look maravilloso –esa pamela no tiene desperdicio– y cuenta bajo juramento que Abigail Hobbs le contó que temía por su vida en compañía de Will. Todo vuelve a concéntrica fuerza al primer caso de la serie: la familia Hobbs.
Si una de las cosas negativas que encontrábamos en la primera temporada era que se dedicaba muy poco tiempo a insuflar tridimensionalidad a los personas principales fuera del binomio Will/Hannibal, en estos nuevos capítulos la tendencia se está corrigiendo un poco. Quizá se deba al flashforward que abrió la temporada y lo que puede suponer para Jack Crawford, pero lo cierto es que el solvente Laurence Fishburne está teniendo cancha para lucirse. Sus palabras sobre la enfermedad de su esposa –interpretada, recordemos, por la verdadera esposa del actor, Gina Torres– son conmovedoras, y su culpa le sigue pesando en lo referente a Will. Estamos con él en su proceso mental, tortuoso y complicado porque le puede costar su carrera. Está admitiendo indirectamente que su supervisión del acusado fue lamentable. El casi octogenario Peter Medak vuelve a dirigir en la serie tras encargarse de Ouef (1.4), y su trabajo es tan profesional como lo fue en su momento. La explosión de la casa reflejada en los cristales del coche de Jack o los sueños de Will son algunos de los momentos memorables de un capítulo que también supone la despedida de Kade Purnell, al menos de momento. Bryan Fuller decía hace unas semanas en una entrevista que estaban tratando de traer de vuelta a Cynthia Nixon para la última tanda de episodios, pero que no era seguro todavía. El trabajo de Purnell ha terminado, ya que el juicio se tendrá que repetir y Jack está saliendo de la contención interna del desastre. El resto de tramas descansan en esta ocasión, aunque la carga simbólica de la serie sigue funcionando. Will usa de nuevo su habilidad para ponerse en la piel del asesino que envía orejas por correo. La posible invitación a un divertimento. Ahora solo queda esperar a que se dicten las reglas. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
redacción Sevilla