2002: Punto y aparte
crítica de Haunted Houses (1x06) | True Detective (Temporada 1)
Este artículo contiene spoilers*
HBO | EEUU, 2014. Director: Cary Joji Fukunaga. Creador: Nic Pizzolatto. Guión: Nic Pizzolatto. Reparto: Woody Harrelson, Matthew McConaughey, Michelle Monaghan, Michael Potts, Tory Kittles, Shea Whigham, Lili Simmons. Fotografía: Adam Arkapaw. Música: T Bone Burnett.
Tras el frenético capítulo 4, para siempre recordado por su virguero plano secuencia, el listón de True Detective quedó demasiado alto para ser superado en sucesivos episodios. Director y guionista se encargaron de lograr que esto sucediera con el magnífico capítulo 5, hasta el momento la joya de la corona de la serie, todo un prodigio de tensión y atmósfera que dejó a los seguidores con la miel en los labios, expectantes por saber cómo continuaría la historia tras aquel enigmático plano final de un Rust sobre el que se cernían serias sospechas de que pudiera estar moviendo los hilos de la trama muy sibilinamente. Haunted Houses sí lo tenía verdaderamente difícil para mantener tanto nivel y, evidentemente, sus creadores levantan un poco el pie del acelerador para tomar oxígeno y guardar lo mejor para los dos capítulos finales que están por llegar, donde esperamos que echen el resto. Esta sexta sesión, aun manteniendo un nivel notable, supone el punto más bajo de lo que llevamos de serial, tanto por su rebaja de intensidad como por la previsibilidad de sus acontecimientos, ya que el enigma sobre qué sucedió en aquel dichoso 2002 para que la relación entre Rust y Marty se rompiera tan bruscamente se veía venir desde los mismos inicios, siendo aquí por fin desvelado.
De nuevo, las dos líneas argumentales (investigación criminal y drama familiar) se combinan con maestría en el guión de Pizzolatto. Encontramos a Rust, continuando sus pesquisas sobre personas que desaparecieron sin dejar rastro después de que se cerrara el caso de Dora Lange, algo que le llevará a entrevistarse de nuevo con el reverendo Joel Theriot. Por su parte, Marty volverá a dejarse llevar por sus más bajos instintos cuando se encuentra con Beta, aquella adolescente prostituta a la que dio algo de dinero en el poblado de caravanas años atrás. Cuando su esposa ya le había perdonado su infidelidad con Lisa años atrás, el agente al que da vida Woody Harrelson vuelve a perder la cabeza por una mujer que podría ser su hija, siendo de nuevo descubierto por Maggie. Esto supone el inicio del final definitivo del matrimonio y el desencadenante de que la, hasta ahora latente, tensión sexual entre la esposa engañada y Rust de paso a un affaire tan tórrido como letal para la relación entre ambos compañeros de investigación. HBO siempre se ha caracterizado por no cortarse un pelo a la hora de mostrar el sexo en pantalla y en este capítulo no tenemos uno, sino dos escenas de alto contenido erótico: la de Marty con su joven amante y la de la despechada Maggie con Rust. Toda esta explosión de sentimientos encontrados favorece definitivamente a la actriz Michelle Monaghan, hasta el momento algo desaprovechada y pieza bastante pasiva en la historia que, por primera vez, cobra gran protagonismo dramático y saca de su dulce caracterización de Maggie una oculta faceta sensual y vengativa muy de agradecer a la hora de hacer su personaje más tridimensional. La actriz, rotunda en su expresión desencantada y triste, toma el relevo de Harrelson y McConaughey en la sala de interrogatorios donde los dos detectives de 2012 intentan atar todos los cabos de aquella historia pasada, siendo la encargada de desvelar estos motivos de la ruptura del triángulo Marty-Maggie-Rust.
Si en el episodio anterior, el guionista se encargó de empapar de ambigüedad las acciones del agente Rust, aquí se da un paso más a la hora de mostrar ese lado violento y turbio de Marty que ya había asomado levemente con anterioridad. Conforme la historia de True Detective ha ido avanzando, ha quedado más patente que Marty no es el tipo moralmente intachable que demuestra ser de cara a la galería sino un ser primario e impulsivo, capaz de perder los papeles con facilidad. Los dos chicos que mantuvieron relaciones sexuales con su precoz hija adolescente padecerán en sus propias carnes las represalias de un encolerizado padre al que no le tiembla el pulso a la hora de ejercer el abuso de autoridad. Woody Harrelson está sencillamente magnífico en su bipolar caracterización, tanto en los momentos de rabia contenida como en sus brutales estallidos de agresividad. Este sexto asalto es probablemente en el que más cerca ha estado de robarle el protagonismo al inconmensurable Matthew McConaughey, algo que finalmente tampoco consigue gracias a un par de tensísimas escenas de interrogatorio del agente Rust. Primera, la de su intento de extraer alguna declaración a la niña superviviente del altercado con Ledoux, ya adulta e ingresada en un psiquiátrico, en estado catatónico, desde entonces. Y, sobre todo, cómo utiliza su hábil palabrería y capacidad de persuasión para sacar una declaración de culpabilidad a una madre que ha asesinado a sus bebés, con demoledora frase lapidaria incluida. Rust en estado puro, sin asomo de empatía ni piedad. Destellos tan brillantes como éste hacen que esta sexta entrega de la mejor serie de la actualidad sea, dentro de su calidad de capítulo de transición, una nueva oportunidad para gozar de un producto de primerísima calidad en donde cada vez tenemos más claro que su mayor atractivo no reside en lo que cuenta sino en cómo lo cuenta. Y Fukunaga y Pizzolatto lo cuentan con gran maestría, llevándonos por terrenos a veces sorprendentes. Lo único malo es que únicamente nos quedan dos episodios por disfrutar y las expectativas creadas son infinitas, ya que queda mucho misterio por desentrañar aún. De momento, Haunted Houses llega a los créditos finales con el ansiado reencuentro, diez años después, entre los antiguos compañeros de investigación, en medio de una autopista y con la intención de tomar una cerveza juntos para “hablar”. Una pistola cargada de por medio nos vuelve a dejar, cómo no, con la miel en los labios y con ganas de sumergirnos en el antepenúltimo capítulo de True Detective. La espera se nos hará larga pero, sin duda, valdrá la pena. | ★★★★★ |
José Antonio Martín
redacción Canarias
Un cabo suelto|