Miradas desde el mediometro
Crónica de la octava jornada de la Berlinale 2014 | Críticas de Boyhood, Felici chi è diverso y She's Lost Control
Octavo día en la fría urbe berlinesa. Comenzamos entrevistando a Claudia Llosa por su película Aloft (No llores, vuela), lo que obligatoriamente hace que perdamos el pase de primera hora de la mañana, No Man's Land. Lo solucionamos rápidamente asistiendo al nuevo proyecto de Richard Linklater, cinta de fuerte aroma generacional que ha sido, después de '71, una de las que mayor ovación se ha llevado hasta ahora. La ha seguido el documental italiano Felici chi è diverso, radiografía, a través de una serie de entrevistas de la homosexualidad en Italia, poniendo el foco sobretodo en los 60 y 70. Buenas intenciones, aunque algo falta de objetivos y conclusiones claras. Y por último, una propuesta de Forum, la apreciable She's Lost Control, de la directora berlinesa afincada en Estados Unidos Anja Marquardt. Cinta que vaga alrededor de una joven treintañera, terapeuta sexual, que empieza a derribar sus barreras emocionales con el último cliente que llega a su consulta. Más una historia sobre la soledad de una persona que estudio sexual, She's Lost Control desconcertó a la audiencia. Es una de esas películas que se digiere mejor cuanto más se piensa. Contiene promesas de una cineasta con potencial de interés.
Boyhood
Estados Unidos
Dirigida por Richard Linklater (Before Midnight, Me & Orson Welles)
Intérpretes: Patricia Arquette, Ethan Hawke, Ellar Coltrane, Lorelei Linklater
Competición | Premiere Internacional
El nuevo trabajo de Linklater se esperaba con ganas tras su estreno mundial en Sundance. Es con seguridad una de las películas más importantes de su carrera junto a la trilogía romántica iniciada con Antes del amanecer. Y lo es por la naturaleza de la obra. Un proyecto pensado a largo plazo, que registra en apenas 2 horas y 40 minutos, 10 años en la vida de un chaval, desde su infancia hasta que se independiza, y en consecuencia, una década de política y cultura, abarcando desde el 11 de Septiembre, hasta la presidencia de Bush, las esperanzas de Obama cuando era candidato y fenómenos de la cultura pop de estos años como Crepúsculo o Harry Potter. La ejecución: reunir a los actores cada año para, poco a poco, ir grabando material de la historia, que iría evolucionando paralelamente a las carreras y el físico de sus intérpretes. Patricia Arquette recién salida de los 90, empezará una década de decadencia física y trabajos menores. Ethan Hawke mantendrá su estatus, aunque con una geografía fílmica tremendamente irregular. Y por último, los actores infantiles, que se convertirán en el leitmotiv esencial del discurso: infancia, adolescencia y juventud, marcadas por los hechos a los que toda persona debe enfrentarse.
Ellar Coltrane, el actor protagonista, asume un recorrido que al final se ha convertido en un documento sobre sí mismo, de sus primeros momentos y sus primeras decepciones. Y aunque todo es pura ficción, la veracidad que le da la decisión de Linklater de abordarlo a largo plazo dota a todo el filme de una verosimilitud de contenido que, además, es coherente con la manera de plasmarlo, optando por situaciones cotidianas alejadas de un particularismo que aliene demasiado a esta familia. La evolución viene marcada sutilmente, sin carteles ni reseñas. Sino con elipsis introducidas en cortes repentinos, de las que sólo nos percatamos una vez hemos visto el crecimiento de los intérpretes. Lo marca también mediante una elección de canciones conscientemente referencial a esos años. Empezando por Coldplay. Incluso aunque en ciertos momentos pueda parecerte un filme poco interesante, Boyhood tiene valor no sólo como proyecto de gran ambición terminado con éxito sino como registro de unos años que han marcado el momento actual en el que vivimos. Apuesta ganadora. ★★★★★ (82|100)
FELICE CHI È DIVERSO (HAPPY TO BE DIFFERENT)
Italia
Dirigida por Gianni Amelio
Panorama Documental
El italiano Gianni Amelio nunca ha pisado Berlín hasta ahora, aunque es un fijo del certamen de Venecia, donde ganó el León de Oro en 1998 por Así reían, y en 1992 ganó el Premio del Jurado Ecuménico y el Gran Premio del Jurado en Cannes por Niños robados. Tras una extensa carrera, aterriza ahora en la capital alemana, concretamente en la sección Panorama, con un documental alrededor de la homosexualidad en Italia que abarca desde comienzos del siglo XX hasta recién llegados los 80; poniendo la lupa, especialmente, en ciertos famosos de la sociedad de los 60 y 70 que rompieron moldes en su época celebrando su condición en programas de televisión en los que ellos se convertían en las estrellas.
Mediante una serie de entrevistas, Amelio registra las vidas y recuerdos de unos ancianos que parecen vivir permanentemente en el recuerdo de esos años pasados. Estructurada alrededor de estas charlas, el filme alterna imágenes de archivo con anécdotas, fotografías e ilustraciones, aunque su oficio en la dirección no esta a la altura de otros trabajos con más lustre. Su valor está en sus testimonios, algunos muy auténticos, y otros menos representativos, pero todos coherentes. Donde más se desmarque posiblemente sea en la última entrevista, cuando un chaval de unos veintidós años, que rompe con la tónica selectiva que el diretor ha seguido hasta el momento, entra en escena para contar su historia. En el conjunto queda algo descolgada, utilizada como un mero anclaje al presente, a un lugar donde el registro histórico llevado hasta ese momento cobre una universalidad latente que acerque el discurso a terrenos más actuales. Una intención algo fallida aunque loable. ★★★★★ (55|100)
SHE'S LOST CONTROL
Estados Unidos
Dirigida por Anja Marquardt
Intérpretes: Brooke Bloom, Marc Menchaca, Dennis Boutsikaris
Fórum
No hay antecedentes de Anja Marquardt. Acaba de empezar en el cine y She's Lost Control es lo primero que se conoce de ella. Afincada en Estados Únidos, pero berlinesa de nacimiento, Marquardt estrena en la sección Forum una historia alrededor de un mundo desconocido para muchos: el de los terapeutas sexuales. Personas profesionalizadas para ayudar a sus clientes a perder el miedo al contacto físico y a un factor de intimidad al que, en las grandes urbes, mucha gente suele temer de manera casi irracional. En este contexto, entra Rohan, la protagonista. Una mujer que ronda los 30, alejada de su familia emocionalmente, y con ninguna conexión real con las personas que conoce. En mitad de esta extrañeza que rodea su vida, Rohan conoce a un cliente hermético y encerrado en sí mismo que empieza a cuestionar algunos de sus secretos, derribando unas barreras que la harán perder el control de sus sentimientos.
La idea recuerda a lo que hace poco acometía Helen Hunt en Las sesiones, aunque el tono aquí es muchísimo más reflexivo y pausado, con un ambiente más estéril y vacío, en el que las habitaciones color crema y las ventanas mirando a la ciudad, enmarcan casi todas las escenas importantes de la película. La ventana es un elemento omnipresente. La ciudad entra a través de ella, mantiendo su presencia de manera constante. Decía Marquardt en la ronda de preguntas que su intención en un principio había sido rodar el filme en Nueva York, pero que por problemas de producción tuvieron que trasladarlo a Berlín. Lo cierto es que el cambio tampoco es especialmente llamativo, pero si que dice mucho del discurso que contiene, la idea inicial de enmarcar una historia como esta en una gran ciudad donde la soledad los personajes queda mejor contextualizada mediante el contraste de unas calles repletas. Marquardt habla del miedo al contacto físico, y cuando su protagonista empieza a acercarse a su cliente, también habla de convertir el contacto físico en verdadero aprecio y cariño; sentimientos que, en un principio, Rohan parece manejar con soltura, acostumbrada como está a no implicarse nunca con nadie, aunque ponga toda su presencia para ayudar a cada cliente a superar sus propios temores.
Sin indagar demasiado, la directora va soltando notas a pie de página, detalles del personaje en los que no profundiza (detalle que además le fue preguntado en el turno de preguntas) y no lo hace porque no es el objetivo. La intención es dibujar el retrato general de una persona. Sus deseos, sus anhelos, sus defectos y sus temores, y Marquardt lo hace soltando pequeños datos. Cosas que tal vez parecen importantes pero que en realidad sólo buscan complementar el rol de Rohan. No es un debut perfecto ni mucho menos. Marquardt no busca realizar una disección del mundo del sexo ni de la feminidad ni mucho menos polemizar innecesariamente. She's Lost Control tiene gran potencial, promesas en sus formas y en su contenido. A destacar el riesgo de su propuesta y la poca concesión de su clímax. Sorprendente, primero por inesperado, y luego por abierto, cuando el guión se prestaba a gritos a un final que tendiera a un desfile de estereotipos. Afortunadamente, no es el caso y Anja Marquardt ha entregado una carta de presentación que otorga mucha esperanzas sobre su futuro. Apunten este nombre. ★★★★★ (70|100)
El protagonista del día|
Gonzalo Hernández
envíado especial a la 64ª edición del Festival de Berlín
El protagonista del día|