RELEVO GENERACIONAL
crítica de The Seven Wonders (3x13) | American Horror Story: Coven (Temporada 3)
FX | EEUU, 2014. Director: Alfonso Gomez-Rejon. Guión: Douglas Petrie. Creadores: Ryan Murphy & Brad Falchuk. Reparto: Sarah Paulson, Taissa Farmiga, Evan Peters, Frances Conroy, Emma Roberts, Lily Rabe, Denis O´Hare, Jessica Lange, Gabourey Sidibe, Danny Huston, Stevie Nicks, Lance Reddick, Kyle Secor. Fotografía: Michael Goi, Tom Houghton. Música: James S. Levine.
Las pruebas para comprobar quién es la nueva Suprema comienzan. Tras su coronación, el futuro será muy distinto.
Uno debe aproximarse al desenlace de cada temporada de American horror story listo para ser sorprendido. Este cronista recuerda haberse quedado atónito ante el vigoroso cierre de la primera temporada, con 50 minutos que frustraron las expectativas a cada nuevo giro de guión. Con Asylum sucedió algo parecido: en su mansa estructura, que seguía a un personaje en su vejez contándonos lo que pasó con el resto de protagonistas, se coló más de una estimulante sorpresa. Con esto en mente, este The Seven Wonders es eficaz como cierre de la peripecia, pero no deja una sensación perdurable. La temporada ha sido irregular, pasto de múltiples hilos narrativos desarrollados a medio gas, y cambiando la fuerza motora de los personajes a capricho. A pesar de que el reparto ha cumplido a la perfección, los únicos personajes que han logrado la tridimensionalidad han sido Delphine, Myrtle y Misty. Ni Fiona y su hija, ni el drama de las brujas –negras o blancas– ha hecho más que marear la perdiz y rellenar los minutos de diálogos vacíos. Compensa, merece ser repetido, por el gran talento de las actrices.
Como ya hiciera en menor medida en Nip/Tuck (2003-2010), Glee (2009-) y The new normal (2012-2013), Ryan Murphy lleva las salas de guionistas con un sistema de rotación para garantizar la igualdad, según el cual cada miembro escribe el episodio que le toca, sin importar qué capítulo sea. Así, la más reciente incorporación, Douglas Petrie, firma este final de temporada. Se abre con Stevie Nicks cantando para nosotros, mientras las brujas se preparan para probar que tienen dentro las Siete Maravillas. La coronada como Suprema es Cordelia, tras la muerte de Misty –qué triste el bucle infernal en que queda encerrada–, la temporal ausencia de Zoe, hasta que la Suprema la revive, y el adiós definitivo a Madison, asesinada a manos de Kyle por negarse a revivir a Zoe. La trama de Kyle ha sido otro de los agujeros negros de la temporada, pero este fin retomando el mito de Frankenstein salva un poco el disparate argumental. La sorpresa respecto a Cordelia es relativa, ya que aunque los guionistas nunca apuntaron a que ella entrara en las posibilidades, su resignación y su capacidad de autosacrificio la ponían en el punto de mira de cualquier seguidor medianamente perspicaz.
Con el poder viene la responsabilidad. Salto temporal de meses para mostrar que Cordelia va a ser una Suprema distinta. Pero antes de poder avanzar, hay que cerrar los cabos sueltos del pasado. Como era previsible, Fiona no había muerto, sino que hechizó a su amante para que recordara haberla matado. Pero el golpe de genio de los guionistas al elegir Suprema reside en que Fiona nunca mataría a su hija. La última charla entre las brujas rompe el corazón, ayudado por el impecable equipo de maquillaje de la serie. Casi sentimos a Fiona morir en nuestros brazos. Coven resulta ser algo santurrona con este final, ya que las “malas” reciben su castigo. Con la mediación de Papa Legba, Fiona está condenada a pasar la eternidad como “mujerzuela de”, anulada como persona y con 24 horas de controlada libertad. Rodeada de olor a pescado y orina de gato. De vuelta a la actualidad, para la nueva Suprema ninguna bruja deberá sufrir más por lo que es. La exposición pública es la respuesta de Cordelia (la imagen de Sarah Paulson siendo entrevistada en su salón es todo un cariñoso guiño a la Lana Winters de Asylum). Crea un nuevo Consejo con Zoe y Queenie, y Kyle asume el rol de Spalding. El fantasma del criado tiene en el cadáver de Madison una muñeca para la eternidad. Myrtle (lo del talento de Frances Conroy no tiene ya palabras) da paso a lo nuevo y hace cumplir la ley de las brujas. Es quemada en la hoguera –sus últimas palabras son la prueba definitiva de la genialidad del personaje– por matar a sus compañeros del Consejo. Cordelia va a instaurar una nueva era, y la última instantánea de Coven así lo atestigua. El poder de la mujer como tema definitivo. | ★★★★★
