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crítica de Mandela: del mito al hombre | Mandela: Long Walk to Freedom, de Justin Chadwick, 2013
Nelson Mandela murió el 5 de Diciembre de 2013, al mismo tiempo que en Londres tenía lugar la premiere de la película dirigida por Justin Chadwick que abarcaba gran parte de la vida del famoso presidente. Durante el mismo, las hijas de Mandela, Zindzi y Zenani, fueron informadas de la muerte de su padre, y aunque se les ofreció la posibilidad de posponer el estreno, ambas decidieron que se emitiera a pesar de todo. El público sólo tuvo conocimiento una vez la película hubo terminado, cuando, en mitad de los créditos, uno de los coproductores se subió al escenario para anunciar la triste noticia, seguida inmediatamente de dos minutos de silencio. Mandela: Del mito al hombre se ha beneficiado indirectamente de esta situación, revistiendo todo su marketing publicitario de una solemnidad elegíaca que despedaza todos los logros de una persona en una obra estética y sentimentalmente barroca, como sólo Hollywood es capaz de hacer. Abarcando gran parte de las cimas vitales del “mito”, la obra condensa en dos horas y media todas las citas destacables que cabría encontrar en cualquier ficha medianamente completa sobre la biografía de Nelson Mandela, recalcando sus logros, admirando sus ideales, pero cuestionando sus prioridades para con su familia, todo sea por equilibrar una balanza siempre más inclinada hacia la canonización que hacia la verdad.
Hablamos de un hombre que a comienzos de los 60 defendería la llamada a las armas como vía contra la represión, sufriendo a lo largo de su encierro en la isla Robben una serie de cambios ideológicos que, una vez liberado, le llevarían a convertirse en una de las últimas “súper estrellas” de la paz mundial. Se nos cuentan esos hechos, pero no se documenta lo realmente interesante: los matices que existían en el pensamiento de Mandela. Sí se nos cuenta, por otra parte, algo que otras películas habían pasado por alto o muy de puntillas: el progresivo distanciamiento de su mujer, merced al encierro de ella durante 16 meses en completo aislamiento, alimentando un odio que más tarde su marido no compartirá. Y en esa crisis matrimonial tan simplificada se intuye un potencial dramático que podría ahondar en el personaje de una forma diferente, alejándose de los gestos de admiración que inundan producciones como esta, para entrar en zonas donde, por resultar más impopulares, están más inexploradas. Cabe reconocerle al guión que por lo menos se abra a ciertos cuestionamientos, como el primer matrimonio de Mandela y su actitud altiva e indiferente o ese leve coqueteo con la idea de que tenía cierta fama de mujeriego, actitud que puede venir merced a la propia autoindulgencia de Mandela al estar inspirada la obra en su propia autobiografía.
Mandela: Del mito al hombre, se embadurna en su barroquismo con el placer de alguien que se reboza en el barro, musical y visualmente. Aun con apuntes de cierta poesía, como el prólogo, donde queda ya marcado el carácter apelatorio de la cinta, con un Mandela infantil mirando directamente a cámara, el cineasta no puede evitar ahogar las imágenes en una artificiosidad que lo desbarata todo, manipulada digitalmente y con una iluminación de contraluces muy del gusto de otras cintas como Lincoln o similares. Tampoco podemos culparle. Hasta ahora, la mayoría de obras que han abarcado la figura del sudafricano han acabado pecando de la misma y constante falta de naturalidad. De la Invictus (2009) de Clint Eastwood al pobre intento de abarcar a la esposa de Nelson en 2011 con Jennifer Hudson poniéndole rostro en Winnie (Darrell James Roodt, 2011), pasando por el imprescindible Sidney Poitier mano a mano con Sir Michael Caine en Mandela y de Klerk (Joseph Sargent, 1997), hasta llegar a la estimable Adios Bafana (2007) de Bille August; al final los errores casi siempre son los mismos. Una convencionalidad muy perjudicial, serenidad en la narración y menos afán de didactismo. En el conjunto, la vida de aquel al que llamaban Madiba, ha quedado enteramente documentada, desde múltiples puntos de vista, por todos estos filmes.
Chadwick parchea la irregularidad del desarrollo con material de archivo para aquellos eventos que, o bien por falta de metraje no puede abarcar, o sólo desea complementar con un tono verídico que de cierta legitimidad a lo que esta contando. Y por el camino, suelta la semilla de la discordia. El odio irracional acaba siendo culpa tanto de los blancos como de los negros y un país regido por personas cargadas de rencor nunca podría llevar a nada saludable. Pero es una idea poco carismática y de la se prefiere no hablar. El director muestra a pesar de todo un esfuerzo loable con un material que en principio iba a destinado a las manos de Tom Hooper y es interesante preguntarse si el resultado habría cambiado algo bajo la batuta de aquel que dirigió la fanfarria de Los Miserables (Les Miserables, 2012) hace un par de años. La respuesta dirá bastante de la personalidad que puede albergar Mandela: Del mito al hombre. Trivializar grandes vidas filmadas a ritmo de grúa y helicóptero es una de las especialidades de la casa y un buen discurso es como el mejor de los guiones. Sólo hace falta una imagen evocadora, una apelación constante a la nostalgia infantil pasada por un etalonaje afín a las mejores fashion movies y unas composiciones deudoras de nombres como Zimmer o Williams. Repetirlo en bucle hasta el infinito, situar al actor frente a la cámara y dejarlo declamar con ese rictus de seriedad que imprima un escalofrío en la espalda mientras su mano se alza en alto emitiendo un grito de guerra. Levantémonos, aplaudamos, y reduzcámoslo a una frase que quede bien en el perfil social. | ★★★★★
Gonzalo Hernández
redacción Madrid.
Reino Unido, Sudáfrica. 2013. Título original: Mandela: Long Walk to Freedom. Director: Justin Chadwick. Guionista: William Nicholson. Intérpretes: Idris Elba, Naomi Harris, Tony Kgoroge, Riaad Moose, Zolani Mkiva, Simo Mogwaza, Fana Mokoena, Thapelo Mokoena, Jamie Bartlett, Deon Lotz, Terry Pheto. Gys de Villiers. Fotografía: Lol Crawley. Productoras: Videovision Entertainment, Distant Horizon, Origin Pictures, Pathé. Fecha de estreno oficial: Canada, 7 de Septiembre de 2013 (Festival Internacional de Cine de Toronto).