La gran belleza (La grande bellezza),
de Paolo Sorrentino | Italia, 2013
Finalizan los resúmenes del 2013 con un clásico: la selección de las mejores películas del año. Una compilación donde se incluyen todos los filmes estrenados en España, en Estados Unidos y en los festivales, tanto europeos como norteamericanos, que han articulado los doce meses cinematográficos. Precisamente, los festivales ha supuesto el leitmotiv fundamental de esta publicación este 2013. San Sebastián, Karlovy Vary, Sitges, Valladolid, Gijón, Londres y Sarajevo han sido los primeros destinos de EAM como medio acreditado. No serán los últimos, este año comenzaremos en Berlín el recorrido por los certámenes de Categoría A. En la capital germana estará nuestro compañero Gonzalo Hernández para contarnos que acontece en la 64ª edición de la Berlinale. Sin duda, ha sido en estos eventos donde se han visto las mejores propuestas del año, remarcando su importancia para una industria que, al igual que otras manifestaciones culturales, vive horas bajas debido a la situación socio-económica. Algo que, por otra parte, no ha menguado la calidad de una cosecha que porta grandes motivos para ir a las salas.
Una vez más, Europa acorta distancias. Y lo hace con un modelo donde no se renuncia a la identidad de la autoría pero tampoco al espectáculo. Historias más accesibles que logran empatar con el espectador de múltiples maneras. La factoría americana tampoco se ha quedado atrás con varios largometrajes de nivel encabezados por sus blasones más distinguidos. 2013 fue el año de Argo, de Adèle Exarchopoulos, de Toni Servillo, de Calin-Peter Netzer, de Ryan Coogler, de Steve McQueen, de Tom Schilling, de Pablo Berger, de Mads Mikkelsen, de Hayao Miyazaki… y de tantos otros que lograron que el público se mantuviera pegado a la butaca. Ojalá 2014 nos deje sensaciones similares. Christopher Nolan, David Fincher y Martin Scorsese seguro que aportarán un valioso grano de arena. Concluimos este largo resumen 2013 con el habitual listado de lo más granado del año, así como con la mejor película proyectada estos 365 días. Un filme que relevará a Gran Torino, Origen, Drive y la citada Argo como la mejor del año. A continuación, el top 2013.
Una vez más, Europa acorta distancias. Y lo hace con un modelo donde no se renuncia a la identidad de la autoría pero tampoco al espectáculo. Historias más accesibles que logran empatar con el espectador de múltiples maneras. La factoría americana tampoco se ha quedado atrás con varios largometrajes de nivel encabezados por sus blasones más distinguidos. 2013 fue el año de Argo, de Adèle Exarchopoulos, de Toni Servillo, de Calin-Peter Netzer, de Ryan Coogler, de Steve McQueen, de Tom Schilling, de Pablo Berger, de Mads Mikkelsen, de Hayao Miyazaki… y de tantos otros que lograron que el público se mantuviera pegado a la butaca. Ojalá 2014 nos deje sensaciones similares. Christopher Nolan, David Fincher y Martin Scorsese seguro que aportarán un valioso grano de arena. Concluimos este largo resumen 2013 con el habitual listado de lo más granado del año, así como con la mejor película proyectada estos 365 días. Un filme que relevará a Gran Torino, Origen, Drive y la citada Argo como la mejor del año. A continuación, el top 2013.
Menciones|
■ 24| Alabama Monroe, de Felix Van Groeningen (2012)
■ 23| Dallas Buyers Club, de Jean-Marc Vallée (2013)
■ 22| Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba (2013)
■ 21| The Spectacular Now, de James Ponsoldt (2013)
■ 20| El lado bueno de las cosas, de David O. Russell (Silver Linings Playbook, 2012)
■ 19| The Act of Killing, de Joshua Oppenheimer (2013)
■ 18| Cruce de caminos, de Derek Cianfrance (The Place Beyond the Pines, 2013)
■ 17| Mud, de Jeff Nichols (2012)
■ 16| Antes del anochecer, de Richard Linklater (Before Midnight, 2013)
■ 15| La noche más oscura, de Kathryn Bigelow (Zero Dark Thirty, 2012)
■ 14| To the Wonder, de Terrence Malick
■ 13| The Kings of Summer, de Jordan Vogts-Roberts
■ 12| The Wind Rises, de Hayao Miyazaki (2013)
■ 11| Sólo Dios perdona, de Nicolas Winding Refn (Only God Forgives, 2013)
10| UN TOQUE DE VIOLENCIA
Tian zhu ding, de Jia Zhangke (2013)
Las retiradas de Hayao Miyazaki y Tsai Ming-liang, junto a la vuelta de Koreeda, ocuparon los titulares de cine asiático de este año, dejando ligeramente de lado la nueva exhibición de Jia Zhangke. Al cineasta chino se le esperaba con gran expectación por Cannes y no decepcionó. Algo que corroboró el público de Karlovy Vary y San Sebastián semanas más tarde. Zhangke deslumbra con un políptico sobre la situación social de su país estilizado y complejo. Un trabajo que donde el mensaje y la estética van de la mano creando un obra de atractivas aristas donde su largo metraje se convierte en todo un placer. Tanto el guion del propio Zhangke –premio en Cannes— como la fotografía de Yu Likwai, entre lo mejor del año. | [Crítica]
09| PRISIONEROS
Prisoners, de Denis Villeneuve (2013)
El canadiense Denis Villeneuve se ha erigido como una de las grandes realidades del cine actual. Cualquiera lo diría al escucharlo. Comedido, tímido y perdido siempre en traducciones. Introspección de manual para un genio con la cámara. Lo demostró en Incendies (2011), ese drama de multigiros que nos acercaba el eterno conflicto árabe de una forma muy diferente. Desde las mismas vísceras. Obtuvo una nominación al Oscar en el apartado foráneo y se dio a conocer a la industria. De este modo, 2013 le ha brindado la oportunidad de estrenar dos filmes casi de manera simultánea: Enemigo (Enemy) y, la cinta que nos ocupa, Prisioneros (Prisoners). Ambas presentadas en la pasada edición del Festival de San Sebastián. Ambas con un notable Jake Gyllenhaal como protagonista. Sin embargo, son dos propuestas totalmente diferentes. La primera, es un thriller con rasgos metafísicos de atmósfera opresora. La segunda, en cambio, es una obra de suspense de manual. De perfecto manual. Deudora de la filmografía de David Fincher —especialmente Seven (1995) y Zodiac (2007)—, Prisioneros es tensión de cocción lenta, apoyada en la credibilidad que otorgan Hugh Jackman (Premio Donostia 2013), Melissa Leo y el citado Gyllenhaal. Dura dos horas y veinte pero pasa como un suspiro. Atrapa, atenaza y deja poso —y algún silbido—. El excelente guion de Aaron Guzikowski, unido a su excelente realización, factura un filme para el recuerdo. Lo hubiera firmado el mismo Hitchcock. Suspense de altos vuelos. | [Crítica]
08| LA CAZA
Jagten, de Thomas Vinterberg (2012)
Se abren las puertas automáticas de un hipermercado. Una estela cuasi siniestra atraviesa ese vano, marcada por una lastimosa cojera y unas gotas de sangre. Es el rostro de la dignidad. Esa que lucha por mantenerse con vida en un mundo marcado por un civismo prefabricado. Es una de las escenas más representativas de La caza (Jagten, Dinamarca, 2012), la última prospección anatómico-social de Thomas Vinterberg. La hipertrofiada interpretación de Mads Mikkelsen, supone la arista perfecta para un filme de cocción lenta y poso perdurable. Es la vuelta del magnetismo y la profundidad del Vinterberg de Celebración (Festen, 2002). Al servicio de un actor descomunal que deja uno de los grandes momentos de este 2013 justo antes del fundido a negro. El ser humano no olvida, no cambia. | [Crítica]
07| GRAVITY
de Alfonso Cuarón (2013)
Termina la proyección en el Victoria Eugenia (San Sebastián). Una enorme ovación acompaña el camino de los créditos. Dura varios minutos pero aun perdura en la mente. Igual que la nueva película de Alfonso Cuarón: Gravity (2013). El talentoso cineasta mexicano ya nos dejó atónitos con el universo apocalíptico de Hijos de los hombres (Children of Men, 2006). Cuarón, junto a su hijo Jonás, retorna a la ciencia-ficción y lo hace por la puerta grande. Formato tridimensional, George Clooney y Sandra Bullock, dos pesos pesados de la industria actual. El resultado, una epopeya que podría haber firmado el mismísimo Stanley Kubrick. Una experiencia para el espectador, sin ningún tipo de fisuras y donde se demuestra que la potencia visual es el mejor lenguaje. George Clooney rebosa carisma por los cuatro costados, dentro de un papel minoritario pero extraordinariamente relevante. Sandra Bullock está de Oscar. Y no de los regalados —¿recuerdan The Blind Side?— La actual novia de América, consigue extrapolar toda la tensión y angustia de una situación límite, donde la claustrofobia que imponen Tierra, estrellas e inmensidad ahoga y deja sin aliento. El tercer protagonista en cuestión es el 3D, justificado a todas luces y que logra con sutileza introducir al espectador en esa órbita que delimita vida y muerte. Poco se le puede achacar a la obra de Cuarón. En plena Era Digital, donde todo el mundo tiene derecho a voz y voto, saldrán detractores. Dejémonos de metafísica y profundidades impostadas. Esto es espectáculo de obligado visionado. Un espectáculo con el que siempre han soñado los grandes de la cinematografía. | [Crítica]
06| 12 AÑOS DE ESCLAVITUD
12 Years a Slave, de Steve McQueen (2013)
Qué gran director es Steve McQueen. Con sólo tres creaciones ha conseguido retratar un espectro de emociones mayor (y mejor) que muchos que llevan 30 años en esto del cine. Sus películas son tan descarnadas, tan certeras, que duelen. Ver cualquiera de ellas es una experiencia que no deja a nadie indiferente, y casi me atrevo a decir que deberían ser de obligada visión para todo el mundo. Con 12 años de esclavitud, su obra más comercial hasta la fecha, ha creado uno de los relatos más aterradores, brutales y emotivos sobre una época que en Estados Unidos (casi) todo el mundo parece querer olvidar; una época en la que un puñado de personas tuvieron poder sobre la existencia de otras en virtud únicamente del color de su piel. McQueen no nos ahorra nada: ni una palabra, ni una humillación, ni un golpe. Y consigue hacerlo sin que resulte sensacionalista ni morboso. Pero sí extremadamente doloroso, en todos los sentidos de la palabra. Una película terriblemente necesaria. Porque siguen —y seguirán— haciendo falta cineastas que nos cuenten aquello que no queremos oír. Bravo, Mr. McQueen. | Por Judith Romero. [Crítica]
05| LA VIDA DE ADÈLE
La vie d'Adèle, de Abdellatif Kechiche (2013)
Todos los focos apuntaban a James Gray, Jim Jarmusch, Nicolas Winding-Refn o los hermanos Coen en Cannes. Sin embargo, fue tunecino con nombre casi impronunciable el que obtuvo toda la atención con un chasquido. Un chasquido genial llamado La vida de Adèle. Un filme que, entre sus muchas virtudes, nos descubre a una actriz de belleza y potencial descomunal: Adèle Exarchopoulos. Un poderío tal que Kechiche cambió el nombre de la protagonista de la novela gráfica que adaptaba –Clémentine—. Tras la Palma de Oro, todo lo que vino después en forma de controversia en bucle lo único que le restó son las posibilidades de obtener más premios. El reconocimiento de la crítica y el espectador ya eran suyos. Estamos ante una de las obras más redondas del siempre fructífero cine galo de la última década. Un armonioso y sensible retrato del descubrimiento sexual que abruma y deja huella. Esa que duele pero que jamás se borra. | [Crítica]
04| THE MASTER
de Paul Thomas Anderson (2012)
43 años. Esa es la edad de Paul Thomas Anderson. Es probable que su mente tenga unas décadas de más. Este director estadounidense ha pasado de aprendiz de Stanley Kubrick a creador de universos únicos, plasmados bajo un binomio antitético de sensibilidad e incomodidad. Obras maestras como Magnolia (1999) y Pozos de ambición (There Will Be Blood, 2007) así lo atestiguan. Con The Master ofrece un lienzo inigualable sobre las creencias cimentadas bajo el yugo de las necesidades primarias del ser humano. Articulado bajo la sumisión de dos mentes al borde de la disolución psíquica y que desgranan todos los miedos y verdades incómodas que nos rodean a diario. Todo se rige bajo el sexo y el dinero. De la unión de ambos conceptos nace el poder. Y con éste no hay barreras en los caminos, sólo miradas furtivas o aplausos complacientes. Anderson construye un mosaico donde cada tesela abre un vano para que el espectador, como si de un voyeur se tratara, sienta en primera persona esa dolorosa y sedienta sensación de convertirse en Freddie Quell (Joaquin Phoenix). Horroriza ver a ese hombre masacrado por tiempo. Duele identificar algunos de sus rasgos, que resultan familiares, inherentes. Que contrastan con una visión acomodaticia de la realidad. Un ejercicio donde tenemos las cartas pero no sabemos las reglas del juego. Desde el primer fotograma corroboramos que se trata de una obra maestra. Independientemente de lo inteligible del mensaje de Anderson, The Master es todo un prodigio que a 1080p se convierte en una experiencia inigualable. Es la excelencia de la técnica. Formación clásica, resultado vanguardista. Cada plano, cada encuadre, representan la perfección cinematográfica. La iluminación que otorga su camarógrafo, Mihai Malaimare Jr., resulta tan prodigiosa como el uso de la cámara del cineasta californiano. Un envoltorio de lujo para un relato de recorrido anatómico cíclico: mente-garganta-vísceras-mente. Es la obra de un genio. El mayor halago es visionar su obra. ¿Los premios? ¿qué diablos importa? | [Crítica] [Blu-Ray Review]
03| DE TAL PADRE, TAL HIJO
Soshite chichi ni naru, de Kirokazu Koreeda (2013)
Una mañana en Donostia. Sala repleta. Dos horas con un mago. Un prestigitador japonés apellidado Koreeda. Un director que convierte lo convencional en algo mágico. Es su cine. Es por ello que cada obra se convierta en un acontecimiento. De tal padre, tal hijo lo es con mayúsculas y con letras en oro. Tras esas dos horas las lágrimas invaden al espectador. También una enorme ovación. Todo partiendo desde la sencillez, desde la humanidad de sus personajes. No hay lugar para méritos individuales. Es un triunfo del todo. Y de cómo llegar al público sin argucias ni trucos. Imantar y extrapolar. Más que merecido su Premio del Jurado en Cannes. Es el cuento de 2013. Una oda a la esperanza y a la vida con marchamo de clásico. | [Crítica]
02| OH BOY
de Jan-Ole Gerster (2012)
Ganadora del premio a la Mejor Película en la última edición de los Lola Awards (los premios de la Academia alemana), Oh Boy describe una contundente metáfora sobre la necesidad de elegir entre la utopía —tiempo para 'realizarse'— y la vida —falta de convicción para 'ser'—. Advertimos el tono seco y seductor de una historia cuyo guión mezcla eficazmente la comedia con el drama, logrando así desarmar al mirón de turno. La película de Jan Ole Gerster es tan europea como la Nouvelle vague, sencilla en forma y con un fondo entendible; de trazo claro y asentimiento o negación tragicómica; no pretende abrumar con largos discursos acerca del porvenir: tan solo muestra y deja leer, siendo consciente del gancho cinético inherente a su protagonista, Tom Schilling. El actor se desplaza como una pluma o un peso pluma con cigarrillo en la boca. Desde cualquier vertiente, resulta creíble y destila autenticidad. La historia, apenas veinticuatro horas condensadas en ochenta y cinco minutos de relato, muestra una sucesión de momentos agridulces que resisten más allá del simple discurso retórico. | Por Juan José Ontiveros [Crítica]
01| LA GRAN BELLEZA
La grande bellezza, de Paolo Sorrentino (2013)
El mejor calificativo que se le puede aplicar a un filme es el volver desear verlo. Es lo que consigue Paolo Sorrentino con La gran belleza. Una creación que hipnotiza desde su comienzo gracias a la clarividencia de Jep Gambardella —sobresaliente labor de Toni Servillo— y que nos traslada a una Roma de raíces decadentes. Una sociedad de espíritu marchito, dibujada por un Sorrentino que se viste del mejor Federico Fellini. Cada elemento, cada trazo se cimenta en un canon perfecto. Tanto, que logra la emotividad en casi todos los fotogramas. El metraje finaliza y uno piensa con qué escena se quedaría. La respuesta está clara: con todas. La belleza evocada, la belleza emotiva, la belleza fugada. Sin lugar a dudas, la mejor película del año. Por una vez, hagamos caso a los Premios del Cine Europeo. Por una vez, que los académicos americanos hagan su trabajo y le otorguen el Óscar al mejor filme de habla no inglesa. El espectador ya tiene una cita obligada el próximo año –y sucesivos—: revisionar La gran belleza. [Crítica]
■ Mejores series de televisión.
■ Mejores trabajos de fotografía cinematográfica.
■ Mejores banda sonoras.
■ Mejores películas españolas.
■ Mejores filmes estrenados en España.
■ Los mejores largometrajes del 2013.
Agradecer, para terminar, la gran labor de mis compañeros Juan José Ontiveros, José Martín, Ignacio Navarro, José Luis Forte, Andrés Tallón, Gonzalo Hernández, Patricia Martínez, Pedro José Tena, Adrián González Viña, Judith Romero, Inés Lendínez, Rodrigo Moral, Inés Esteban, Rodrigo Moral, Daniel Bermeo, Daniel Jiménez Pulido, Ginebra Bricollé, Álvaro Martín, Andrea Núñez-Torrón Stock, Alberto Sáez, Alejandro Salgado, Amalia, Sánchez y Julio Mogollón. Así como todos los responsables de la técnica. Por un 2014 de gran cine y mejor vida. Gracias por su fidelidad.