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    Cine Alemán Siglo XXI

    Reseña TV | Helix

    Helix

    Cuarentena bajo cero

    crítica de Pilot y Vector (1x01-1x02) | primer y segundo episodio de la primera temporada de Helix

    SyFy / EEUU, 2014. Directores: Jeffrey Reiner y Brad Turner. Guión: Cameron Porsandeh y Keith Huff. Creador: Cameron Porsandeh. Reparto: Billy Campbell, Hiroyuki Sanada, Kyra Zagorsky, Mark Ghanimé, Catherine Lemieux, Neil Napier, Jordan Hayes, Meegwun Fairbrother, Luciana Carro, Fotografía: Stephen McNutt, Música: Reinhold Heil.

    Un equipo de científicos viaja al Ártico para investigar la existencia de un virus en una estación. El virus ha infectado a tres investigadores de los cuales solo uno ha sobrevivido. Se trata del hermano del responsable del equipo de investigación, que ha sido imposible detener y deambula por la estación propagando la nueva enfermedad. La tensión entre los recién llegados y el equipo que ya trabajaba en el Ártico se agudiza después de descubrirse algunos secretos en el trabajo de estos últimos.



    El arranque de una serie con un episodio doble (tendencia cada vez más frecuente) puede ser un arma de doble filo. La oportunidad de presentarse en una hora y veinte, y no en los habituales cuarenta minutos, o posibilita recomponer con más claridad el comienzo o deja al descubierto las falencias irremediables del guion. Helix, la nueva serie de SyFy Channel, pareciera ser de las del primer grupo. Si bien después de más de una hora queda claro que se trata de esos productos en los que nada diferente estará por ver, también se reafirma el oficio de sus responsables en un género en que, combinando muchos de sus principales elementos típicos, harán de Helix una propuesta entretenida para los amantes de la ciencia ficción. Y es que la serie tiene detrás, como productor, la marca de Ron Moore, creador de la mítica Battlestar Galáctica (2004-2009), obra de culto y uno de los mayores éxitos del canal. Sin embargo, la propuesta de Moore está lejos de la poesía espacial que construyó al crear aquel mundo dividido entre clones y humanos. Este nuevo trabajo pareciera acercarse más a otras obras del género como La cosa (The thing, John Carpenter, 1982), en las que la tecnología se subordina a un thriller más de terror y menos psico-social. Tampoco es casual, Moore trabajó en el guion de la precuela de La cosa, y si bien lo abandonó antes de que comenzara a filmarse y sufriera múltiples variaciones, éste pareciera ser la confirmación de su proyecto postergado.

    Helix

    Un grupo de investigadores del Centro de Control de Enfermedades viaja al Ártico para investigar la presencia de un virus poco conocido en una estación construida bajo tierra. Al frente va el doctor Alan Farragut (Billy Campbell), cuyo hermano (Neil Napier) ha sido uno de los infectados y es, al parecer, el único sobreviviente. Acompañan al doctor su mejor estudiante (Jordan Hayes) y su ex esposa, también investigadora (Kyra Zagorsky). Queda así dibujado lo que, sin dudas, resulta el talón de Aquíles de la serie: un predecible triángulo amoroso lleno de lugares comunes – joven talentosa enamorada del profesor; profesor Casanova traicionado por su esposa; esposa, ex alumna celosa de la nueva rival–. Así se construye una primera mitad en la que pesan más ciertos elementos de caracterización vinculados con este triángulo que poco cuaja, perdiendo color el resto de la trama más jugosa.

    Sin embargo, en la segunda parte, denominada Vector, la serie toma mejor camino desarrollando lo que a todas luces se presentaba como hilo narrativo central: el virus y su contagio mortal. Es ahí donde los guionistas de la serie dan muestra de todo su talento, jugando efectivamente entre el suspense y el terror y creando un espectáculo visual efectivo en medio de un ambiente altamente tecnológico. Los primeros contagios, los protocolos, las mutaciones del virus, los secretos de investigación, la lucha por la supervivencia o personajes de misteriosa ambigüedad moral (Dr. Hiroshi Hatake) son algunas líneas argumentales que con acierto desarrolla la historia, dejando a un segundo plano la floja historia de amor inicial. Billy Campbell (The Killing (2011-) en el papel del Dr. Farragut sostiene con sobriedad un conjunto de actores con interpretaciones estables, por momento poco expresivas, pero quizás justificadas en la singular personalidad de los científicos, muy exigidos académicamente en detrimento del tiempo para consolidar relaciones mucho más personales. Catherine Lemieux, como la Dra. Doreen Boyle, pareciera de los pocos personajes alejados de los estereotipos que oxigena la trama con una personalidad bien singular y limitadas dosis de humor, aunque sus días en la estación parecen están contados.

    Helix

    Si bien todo cumple, justo, para que la serie salga a flote, en esta primera entrega de Helix hay algo memorable que pudiera terminar siendo su salvación final. Los realizadores han sido capaces de crear un ambiente muy efectivo y atractivo. Espacios cerrados, donde la frialdad exterior se deja ver claramente acompañada por unos decorados metálicos, generan un efecto de claustrofobia muy acertado que contribuyen a profundizar la sensación de terror sin escapatoria con que juega positivamente la serie. En últimas pudiéramos estar ante un micro-mundo que incluso ayudaría a generar mayor empatía por los personajes, mientras se fuera consolidando la trama del contagio y la “catástrofe”. Incluso, en Helix el espacio exterior pareciera que pierde el sentido de seguridad de las tradicionales historias de cuarentenas y contagios, en las que el salir del necesario cautiverio ya implicaba la salvación. Acá, afuera también se esconde otro misterio, demostrado en una de las mejores escenas del capítulo, en que uno de los investigadores locales sale a la superficie y solo encuentra mutaciones de mono congelados. Es este un piloto doble que deja mucho por demostrar, pero que pareciera por momentos tener los ingredientes con que hacerlo. El final posee todo el suspense necesario para garantizar buenas audiencias en la próxima entrega y esperanzar a los seguidores. Todo indica que será un camino más próximo a su género, en que el apartado romántico quedará subordinado a la claustrofóbica historia de contagio, lo que augura, al menos, entretenimiento en los trece capítulos que hasta el momento anuncia la cadena. Solo resta esperar, y ojalá no mucho, para saber a qué terminaremos exponiéndonos. | 60/100

    Alain Arias Barreto
    redacción Buenos Aires.

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