A VER CÓMO ERES POR DENTRO
crítica de Protect the Coven (3x11) | American Horror Story: Coven (Temporada 3)
FX | EEUU, 2014. Director: Bradley Buecker. Guión: Jennifer Salt. Creadores: Ryan Murphy & Brad Falchuk. Reparto: Sarah Paulson, Taissa Farmiga, Frances Conroy, Evan Peters, Emma Roberts, Denis O´Hare, Kathy Bates, Jessica Lange, Angela Bassett, Gabourey Sidibe, Danny Huston, Mike Colter, Michael Cristoffer. Música: James S. Levine.
Queenie y Delphine regresan a la mansión. Cordelia trata de recuperar su poder. Fiona y Marie trazan un plan contra los Cazabrujas. Kyle elige a Zoe antes que a Madison. Delphine revive impulsos del pasado, ayudada de Spalding.
Como en el último capítulo, la acción comienza con una mirada al pasado de uno de los personajes, para comprender mejor su personalidad. En esta ocasión es Delphine. Abrimos con Nueva Orleans en 1830 y la llegada de LaLaurie y su familia a la ciudad. Una mezcla de investigación histórica e imaginación de los guionistas desgrana la razón por la cual la negrera se comportaba así. De tal salvaje forma. Le interesaba la biología. Ver cómo funcionan los seres vivos por dentro. Es una hipótesis demencial pero factible, habida cuenta de que muchos psicópatas comienzan a satisfacer su morbosa curiosidad despellejando animales en la adolescencia. Kathy Bates hace una vez más un gran trabajo para ayudarnos a comprender la fascinación de su personaje por la sangre de los esclavos y la deconstrucción de una persona. Una fascinación que vuelve con fuerza en la actualidad, ya que repite hazañas con el jardinero de la mansión, un personaje que los guionistas se han sacado de la chistera. Y es que Delphine, y con ella Queenie, sobrevivieron al tiroteo en la peluquería. Han vuelto. Otra candidata a Suprema.
Las perrerías de Delphine encuentran en el espíritu de Spalding un compañero comprensivo. O eso parece. En Coven cada personaje va a lo suyo, así que no sorprende la revelación de que Spalding manipuló a la criada para obtener lo que más desea. Un muñeco de verdad. Tras ser recompuesta por Queenie, la sádica LaLaurie va a tener su propia forma de venganza contra Marie LaVeau. Esto sucede de forma paralela a la disolución, predecible desde el primer momento, del triángulo amoroso Zoe/Kyle/Madison. Kyle ama a Zoe y pasa de Madison, y Myrtle interviene para asegurar la historia de amor. Conoce los anhelos de una bruja celosa, así que insta a la pareja a escapar de la ciudad. Es una historia de amor aburrida, perdida en la intensidad de los sentimientos y sin hacer hincapié en lo morboso del material de base. Una oportunidad desaprovechada. Se nota que los guionistas disfrutan escribiendo monólogos para Frances Conroy, ya que recita cada vez más en los capítulos. Aquí habla de joyas, elogia el plato sorpresa de Delphine –homenaje retorcido a Criadas y señoras (The Help, Tate Taylor, 2011)–, revela amoríos pasados y discute el autosacrificio de Cordelia para proteger el aquelarre.
El camino de Cordelia no ha sido nada fácil. Algo soso para los estándares de American horror story, porque la seriedad de su sufrimiento contrasta con el carnavalesco desatine que viven sus compañeras de casa. Me explico, no es que lo que le sucede al resto de personajes no sea serio, pero enseguida se da una festiva vuelta de tuerca a sus tramas. Un contrapeso contra la gravedad de lo contado. No con Cordelia. Quizá sea por su sendero está marcado por la desgracia. Porque se nos está diciendo con sutileza que va a ser la próxima Suprema. Porque en el camino a la verdadera grandeza está la expiación que se obtiene al poner a los otros por delante. Sea por lo que sea, el personaje de la magnética Sarah Paulson hace un intento desesperado por recuperar su poder de la visión y se arranca los ojos con unas tijeras de podar.
La amenaza de la Corporación ha resultado ser nula. El gran enfrentamiento del final de temporada será entre las brujas, porque estos enemigos han caído ya. Con bastante facilidad. Protect the Coven es el episodio más sangriento de la tanda, sin duda. Y eso es decir mucho en una serie que disfruta bastante del gore. A las múltiples torturas de Delphine se ha unido un auténtico baño de sangre cuando Fiona y Marie atraen a los Cazabrujas hacia una trampa. Con la inestimable ayuda del Hombre del Hacha y un poco de magia, los mandamases de la Corporación son masacrados. Borbotones de sangre y Sprite light en una escena fuerte, donde hasta Jessica Lange –que ha dicho en más de una ocasión que no disfruta de escenas de este tipo– se moja las manos. Este episodio transmite una sensación de ser de transición. Despejar un poco el camino para afrontar los dos últimos capítulos sin subtramas que entorpezcan. No es una mala entrega, ni mucho menos, pero acrecienta la sensación dispersa de una temporada que marea demasiado la perdiz con sus brujas y sus problemas. | ★★★★★