¿El fin justifica los medios?
crítica de Night Moves | de Kelly Reichardt, 2013A las pantallas de Cineuropa llegaba esta semana Night moves, categorizada por el director del evento como “posiblemente, la mejor del festival”, y que llenó la sala en diferentes sesiones. Su sinopsis parte de la historia de tres ecologistas estadounidenses cuyo objetivo reivindicativo y transgresor es volar una presa hidroeléctrica. Antes de que este filme diese comienzo, su temática a caballo entre el drama y el thriller me pareció interesante y convincente, anticipando que en ella podríamos hallar acción trepidante y tensiones emocionales, replanteamientos de ideales y dilemas éticos entre el triángulo de protagonistas. Siempre es gratificante dejarse llevar títulos cuyo trasfondo promueve la reflexión y ahonda en los valores y vacilaciones del espectador, que en este caso dudará entre la ambivalencia del activismo, la concienciación, el criminalismo y la rebeldía. Sin embargo, el deslucido resultado final, por desgracia lejos de constituir una película redonda, brillante y con ritmo, me acabo pareciendo previsible, farragoso y aburrido.
La primera mitad de Night moves es, sin lugar a dudas, la parte más interesante de su narración. Este dificultoso plan en el que los tres personajes principales se embarcan presenta imprevistos y complicaciones, ya que deben conseguir una barca, ciertos fertilizantes y una buena ubicación para poder realizar su acción de terrorismo ecologista, a modo de inmenso reclamo social. Ya desde los preparativos la trama aboca una cuestión importante: ¿Hasta dónde puede llegar el fanatismo por un ideal, o hasta qué punto este ideal se corrompe si la metodología empleada para llevarlo a cabo transgrede la ética individual o el derecho de otros? Por otra parte, las personalidades y ambiciones de cada uno de los integrantes del proyecto tienen colores totalmente diferentes a pesar de compartir el mismo objetivo: poco o nada tienen que ver a priori, un ex militar solitario y cabal, un joven meditabundo pero impulsivo que vive en una granja de alimentos ecológicos, o una chica rodeada de lujos que disponen totalmente del dinero de sus padres. Por tanto, la interrelación entre ellos se antoja en un comienzo, un cúmulo de contrastes, de motivaciones y desconfianzas, entusiasmos y tiranteces, y la recreación su plan en la presa hidroeléctrica cuenta con un tratamiento fotográfico impecable y unos escenarios escogidos con acierto. Además, no abundan en los últimos años los filmes que aborden conflictos ligados al deterioro medioambiental o a la necesidad o debate de emprender acciones más activas o incluso radicales para concienciar a la sociedad de los daños y mutilaciones que el paisaje sufre para alimentar el sistema capitalista.
Pero es poco antes del ecuador de la película cuando la decepción comienza a inyectarse lentamente en nuestras venas de público ávido de cambios y expectativas: Los dilemas éticos se diluyen en una trama lenta, agobiante e insulsa; los tres personajes principales se sumen en una espiral de traiciones, culpas y paranoias, pues todos ellos tienen miedo a ser descubiertos y penalizados por las consecuencias de sus acciones, pero pierden fuelle y sacan a la luz la falta de profundidad psicológica con la que fueron creados, no sorprenden ni inculcan un concepto claro de su conciencia social o medioambiental en el espectador. La acción se vuelve inexplicablemente lenta, a ratos bastante confusa y a mi juicio, media hora menos de duración hubiese mejorado la agilidad del argumento: al ritmo le falta vigor, y los personajes acaban teniendo más horchata que sangre. Por otra parte, algunos de los criterios que rigen ciertas escenas parten, a mi parecer, de un filtro de sensacionalismo que desvirtúa la concepción original de la película, a la que le falta ejecución y solvencia para resultar creíble. Una lástima puesto que la temática escogida, la correcta ambientación, las preguntas formuladas en su apertura hacían de Night moves un thriller dramático apetecible, original e incluso necesario antes de ocupar butaca y descubrir que la promesa de un suspense sólido involuciona a una notable decepción. ★★★★★
Andrea Núñez-Torrón Stock
redacción Galicia | enviada especial al Festival Cineuropa de Santiago de Compostela.
Estados Unidos, 2013, Night Moves. Director: Kelly Reichardt. Guión: Jonathan Raymond, Kelly Reichardt. Productora: Maybach Film Productions / Film Science / Tipping Point Productions. Música: Jeff Grace. Fotografía: Christopher Blauvelt. Reparto: Jesse Eisenberg, Dakota Fanning, Peter Sarsgaard, James Le Gros, Alia Shawkat, Katherine Waterston, Clara Mamet, Nate Mooney, Logan Miller, Matt Malloy, Kai Lennox. Presentación official: 2013: Festival de Venecia: Sección oficial a concurso. 2013: Seminci de Valladolid: Mejor fotografía (Christopher Blauvelt).