El mito perfecto
crítica de Michael Kohlhaas | de Arnaud des Pallières, 2013La operación del director y co-guionista Arnaud des Pallières es transparente, aunque esto quizá sea involuntario: parte de la obra de Heinrich von Kleist para canonizar la figura de Hans Kohlhase, mercader que en plena Edad Media comenzó, casi sin quererlo, una revolución social. El personaje ficticio, Michael Kohlhaas, se mueve por emociones básicas que todos podemos entender –honor, venganza, justicia– y que se exponen machaconamente ante un espectador que sabe cómo va la cosa. Es el enésimo cuento de la persona que puede cambiar las cosas, íntegro hasta la médula y cuyas acciones no sorprenden. A pesar del buen hacer de Mads Mikkelsen, su “Michael Kohlhaas” es una idea, no una persona tridimensional. El corpus dramático de la cinta, por tanto, se diluye presa de un ritmo plúmbeo y una creciente sensación de sopor. 2 horas que pesan como una losa y que crucifican un mensaje pertinente.
El metraje comienza cuando Michael Kohlhaas debe pagar como peaje a un barón una pareja de caballos porque así lo marcan las nuevas leyes. Cuando su empleado se cruza con los hombres del barón y sufre un ataque, Kohlhaas se acerca a su castillo para pedir explicaciones. La situación empeora cuando encuentra sus caballos en terribles condiciones y su llamada al Gobernador de la zona (un eficaz Bruno Ganz) resulta inútil. El Poder –representado en un puñado de personajes sin nombre– es intocable. El comerciante pagará el precio por no cesar en su intento de llevar a la justicia al Barón, y de la ira que esto provoca nacerá una revuelta social. Tiene una hija que no entiende bien la cruzada en la que su padre se ha metido, y que teme por su vida. Con razón. Porque la historia nos ha enseñado que los poderosos son muy grandes para ser derrotados. Pero el honor y el rencor ciegan a Kohlhaas, que llevará su idea hasta las últimas consecuencias.
En el mundo que nos ha tocado vivir, uno se maravilla ante la historia de Kohlhaas y su cruzada anti-poder. Pero el maniqueísmo con que está todo presentado y el carácter unidimensional de los poderosos (hasta en el casting de Swann Arlaud en el papel del Barón, capaz de insultar con la mirada) pone en evidencia las intenciones del director. Si la película puede presumir de algo es de ofrecer un retrato realista de la época: los elementos son palpables, los parajes desoladores, la sangre y el hedor traspasan la pantalla. La decisión de rodar en exteriores y evitar el uso de efectos digitales para recrear los lugares le da a la cinta una honestidad de base y un sabor a cine clásico que des Pallières desaprovecha con el resto de sus decisiones. Es capaz, todo hay que reconocerlo, de crear un par de instantes destacables: la aparición de la Princesa, con la luz del sol dando un toque irreal a la escena; y el primer ataque del protagonista y su grupo en busca del Barón, un buen ejemplo de planificación y sabio montaje.
El filme toca todos los palos que ese épico viaje del héroe debe tocar, y lo hace con la solemnidad del que quiere que su discurso pase a la historia: la determinación de Kohlhaas en lo que hace; el abandono de amigos por el camino porque no están de acuerdo con los métodos; su encuentro con la religión (encarnado en el personaje de Denis Lavant); las dudas de su hija; las duras decisiones que debe tomar como jefe de la revolución o los malentendidos que se crean alrededor de su figura. Bajas por el camino en ambos lados de la contienda y un ataque contra la Iglesia por proteger a los poderosos. Dinero llama a dinero. Con el retumbar de los tambores como base de la banda sonora, la acción avanza en soporífera línea recta. Es como un europudding (ese variado reparto) que clama a gritos su lugar en la historia, aunque sin lucir evidentemente barata, como suelen ser ese tipo de superproducciones europeas. Cuando llega el desenlace, realista y trágico, ya no nos importa el destino del personaje. El interés se ha diluido hace tiempo, y desde que comenzó su revuelta estaba marcado a fuego el único resultado posible. El director corta en el momento adecuado, y el fundido a negro que lanza a los créditos ya sólo parece decir: “Lección terminada”. | ★★★★★
Adrián González Viña
X Festival de Cine Europeo de Sevilla
Francia, Alemania, 2013, Michael Kohlhaas. Director: Arnaud des Pallières. Guión: Arnaud des Pallières & Christelle Berthevas, en base a la novela de Heinrich von Kleist. Música: Martin Wheeler. Fotografía: Jeanne Lapoirie. Reparto: Mads Mikkelsen, Bruno Ganz, Sergi López, Mélusine Mayance, Amira Casar, Denis Lavant, Stefano Cassetti, Paul Bartel. Productoras: Les Films d'Ici, Looks Filmproduktionen, arte France Cinéma. Presentación oficial: Sección Oficial de Cannes 2013.