Dos vis a vis con la Historia
críticas de «Is the man who is tall happy? An Animated Conversation with Noam Chomsky», de Michel Gondry (2013) & «Donald Rumsfeld, certezas desconocidas» , de Errol Morris (2013)
«Si asumes que no existe esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Si supones que existe un instinto hacia la libertad, entonces existen oportunidades de cambiar las cosas (If you assume that there's no hope, you guarantee there will be no hope. If you assume that there is an instinct for freedom, there are opportunities to change things.)»
Con sólo cuatro años en la carretera, DOCNYC se ha convertido por méritos propios en el festival de documentales más importante de Estados Unidos y, con ello, en el referente de un género que hasta hace poco se paseaba cabizbajo por festivales y salas de exhibición con el sambenito de “veneno para las taquillas”. El cine de no ficción parece estar viviendo una luna de miel con la industria y el público, y el reciente León de Oro para el documental Sacro Gra es una prueba más de ello. Las dos cintas seleccionadas por DOCNYC para la apertura y clausura a su semana de cine en Nueva York, evidencian las altas cotas de calidad y versatilidad a las que puede llegar este género.
Is the man who is tall happy? An Animated Conversation with Noam Chomsky, propone un viaje a los universos de dos iconoclastas. Por un lado, el del director de cine francés Michel Gondry (Olvídate de mí, Rebobine, por favor), conocido por su innovador estilo visual y sus puestas en escena; y por otro, al de una de las mentes más preclaras de nuestro tiempo, el lingüista, filósofo y activista Noam Chomsky. En la película, Chomsky responde a las preguntas del director sobre ciencia, lingüística y filosofía, mientras vemos en la pantalla cómo esos conceptos cobran vida mediante animación. Gondry es un alumno aplicado e inquieto que no trata de hacer sombra al maestro. Otra cosa hubiera sido pretenciosa. El director interpreta sus palabras en bellas imágenes expresionistas sin tener reparo en jugar con el humor e interrumpir la conversación cuando le cuesta seguir sus razonamientos.
El filme carece de arco narrativo alguno, no hay conflicto que resolver ni pregunta a la que contestar. Se trata de sentarse en la butaca para dejarse llevar por la belleza de las imágenes y las ideas del Profesor. Pueden imaginarse que sólo el ejercicio de seguir el discurso de Chomsky en toda su profundidad, ya es suficientemente estimulante. Y si a esto le añadimos la abstracción de Gondry, el viaje resulta apabullante. Is the man who is tall happy? es una experiencia intensa, quizá en ocasiones demasiado. Pero es una pieza única, algo que no estamos acostumbrados a ver. Y se agradece. Si hay algo que quizá uno echa en falta es la faceta política de Chomsky, una parte muy importante de su pensamiento que queda obviado sin ninguna explicación. Eso, y que Gondry de al cerebro del espectador un respiro de vez en cuando. | ★★★★★
Donald Rumsfeld, certezas desconocidas (The Unknown Known), del director Errol Morris (The Fog of War, Óscar al mejor documental en 2003), es un sutil retrato del escurridizo ex Secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld. El director utilizó para entrevistar a Rumsfeld el Interrotron, un artefacto inventado por él mismo parecido al teleprompter. El aparato es ingenioso: un cristal frente al objetivo de la cámara proyecta la imagen de Morris, de manera que el sujeto siente que se encuentra cara a cara con él, aunque su mirada esté fija en la cámara, directa al espectador. Morris pasó más de 30 horas tratando de descifrar la psicología detrás de la persona responsable de justificar la guerra más injustificable de la historia reciente. Quizá porque el conflicto de Irak aún sigue coleando, el ex Secretario de Estado, lejos de hacer autocrítica, se reafirma y da explicaciones que ya hemos escuchado hasta la saciedad. The Unknown Known no ofrece ninguna revelación en este sentido.
La genialidad del filme reside precisamente en lo que no vemos. Morris, después de visionar las horas de charla, se dio cuenta de que lo interesante era la banalidad que había detrás de las palabras de Rumsfeld. De esta forma, queda retratado como un personaje ambiguo, un triste burócrata perdido en una marabunta de informes. Una persona vacía. «Filmando a Rumsfeld me di cuenta de que el mal no es la presencia de algo en el ser humano, sino su ausencia», ha dicho un lapidario Morris. Su silencio, su sonrisa ladeada, sus evasivas… Lo que no nos cuenta, en definitiva, es lo que nos queda de este personaje oscuro pero fundamental para entender la política del este siglo. | ★★★★★
Inés Esteban
redacción Nueva York