El último tabú
crítica de The Unspeakable Act | de Dan Sallitt, 2012La sexualidad humana constituye un aspecto central de la vida y un complejo fenómeno que trasciende con creces la mera función orgánica animal. Enraizada en componentes culturale,s abarca el sexo, las identidades y papeles de género, el erotismo y el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual; y en cada sociedad cuenta con sus propios cánones y convenciones cambiantes. En la sexualidad confluyen muchos factores relativos a la biología, la psicología, la economía, la ética, la historia, la espiritualidad y la religión. Pese a ello, en todas las etnias y culturas la prohibición y la condena del incesto han sido una de las pocas constantes que perduran inamovibles hasta nuestros días; penada legalmente, estigmatizada socialmente y considerada una tipología de parafilia. La atracción, práctica o relación incestuosa de carácter consentido, es decir, el amor carnal entre miembros de una misma sangre (sin incluir por tanto, abusos o violaciones) encuentra así escasa proyección en la ficción actual, sea literatura, cine o productos teatrales o televisivos, tal vez por lo peliagudo o moralmente irritante de su temática, por la carencia de ejemplos mundanos a los que aferrarse como referente, o bien por el tabú y la censura que existen a la hora de narrar una historia de trasfondo incestuoso.
Al festival de Cineuropa de Santiago de Compostela ha llegado The unspeakable act, un filme estadounidense independiente del pasado 2012, que desde el género dramático y con pinceladas de sarcástico humor negro y un formato estético realista, aborda el tema del incesto, esa palabra que resulta un tabú común para todos, hasta para titular una película. La premisa básica que sustenta el largometraje es sencilla: Jackie Kimball es una adolescente común, de unos 16 años, introvertida, aguda y mordaz, de hobbies normales, que lleva toda la vida enamorada de su hermano mayor Matthew, tan solo un año mayor que ella. Jackie y Matthew tienen una relación estrecha y absolutamente dependiente desde niños, plasmada en la convulsión emocional y las dificultades sociales que acarrea la llegada de la adolescencia, sobre todo para Jackie, que idolatra y adora su figura. Ambos viven en el seno de una familia americana corriente; su madre pasa el día leyendo y escribiendo, viven del subsidio gubernamental a raíz de la muerte del padre hace muchos años, Will, el mayor de los hermanos, ultima sus estudios europeos en París, y Jessie, la restante, pasa el día entretenida en su cuarto. La cinta da comienzo con una escena corriente, cuando Matthew lleva a cenar a su casa a su nueva novia, una joven dulce, alegre y charlatana que agrada a todos los miembros de la familia. A excepción de Jackie, por supuesto, la cual se encuentra absolutamente desolada ante la idea de que su hermano tenga pareja, a causa del vínculo “indestructible”, de esos cimientos secretos de “lo que no debe ser nombrado” que la atan a él de manera irremediable y enfermiza.
The unspeakable act es una historia que gana puntos conforme avanza, y lo hace por el descarnado naturalismo de sus personajes, por la vivacidad de su dolor, por su humor y sus reacciones emocionales realistas y bien construidas, por unos diálogos elaborados y de sorprendentes subtextos, que consiguen arrancarnos sonrisas, y, sobre todo, ponernos en la piel de dos personajes sumergidos en una situación tan alejada de los cánones, tan complicada para su estabilidad mental y tan socialmente vilipendiada. Pues aunque todos rechacemos de forma consciente y reiterada el incesto, entendido además como un mal que perturba y contamina el resto de relaciones afectivas y sexuales del individuo, el mérito máximo de la película reside en no caer en el moralismo, en la pretensión absurda de mostrar este amor y sus secuelas como una moraleja cinematográfica, sino despojar a la cámara de todo precepto ético para desnudar a sus personajes y situarnos en el epicentro de sus cambios. Careciendo además de secuencias explícitas innecesarias, ni recurriendo al morbo en ningún momento, consigue, a través de planos estáticos largos y atmósferas fundamentalmente interiores y de reminiscencias a la infancia, ahondar en este fenómeno afrontándolo desde el subjetivismo de Jackie. Una protagonista infeliz, irónica y con una personalidad aplastante que se encuentra muy sola a la hora de abordar este problema. A través de su voz en off vivimos su triste historia, que podría, quién sabe, estarle poniendo voz a la de otros. ★★★★★
Andrea Núñez-Torrón Stock
redacción Galicia | enviada especial al Festival Cineuropa de Santiago de Compostela
Estados Unidos, 2012, The Unspeakable Act. Director: Dan Sallitt. Guión: Dan Sallitt. Fotografía: Duraid Munajim. Productora: Static Prods. Reparto: Tallie Medel, Sky Hirschkron, Aundrea Fares, Kati Schwartz, Caroline Luft, Lyndon Braganza, Megan Brown, Greg Clements, Gonzalo Cordova, Evan Davis, Anthony De Palma, Lauren Evangelista, Mike Faist, Steven Andrew Gioe, Zelda Knapp.